Capítulo 10

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Era incómodo estar en una casa que no era la mía, pero más aún con una familia que ni siquiera consideraba mía.

- Buenos días - dije cortéz.

- Erick, toma asiento - pidió mi padre.

Elevé los hombros al no tener otra cosa que hacer, la mirada de su ahora esposa dejaba clara molestia de mi presencia.

Por otro lado, esos dos niños parecían tener toda la intención de sacarme de su espacio, no había que ser muy listo para saber que no era bienvenido.

- Creo que voy a salir a caminar - dije poniéndome de pie.

- Vaya que educación - murmuró ella.

- La mejor que me han dado, bueno dado, porque solo mi madre cuidó de mi.

- Con tu madre estamos divorciados.

- Exacto, con mi madre, pero por años te olvidaste que tenías un hijo. Mírate, ellos ni siquiera son los tuyos y los cuidas más que a mí - reclamé.

- Sube a la habitación - ordenó mi padre.

- A mi no me vas a venir a mandar.

- Mientras no cumplas los dieciocho me haces caso porque aunque no te guste estás bajo mi responsabilidad.

- ¿Sabes qué? Yo no tengo porque aguantar en un lugar que no soy bienvenido, míralos, a lo lejos se nota que no me quieren aquí y aunque no tengo dieciocho como dices tú, me puedo y soy capaz de cuidarme solo.

Caminé nuevamente hacia la habitación, realmente aventurarme solo no me daba ningún tipo de temor.

Salí de ahí sin despedirme de nadie, tampoco me sorprendió que mi padre no me haya insistido, estaba acostumbrado a no tenerlo cerca.

No tuve más opción que dirigirme al encierro de la secundaria, al menos ahí tenía mi propio espacio.

- ¿Sí? - pregunté a través del celular.

- ¿Borraste mi número?

- Ellen, no.

- ¿Podemos vernos? Aprovechando que te dejaron salir.

- Estoy ocupado, yo creo que deberían volver a Miami.

- Tenemos tiempo, no te preocupes. ¿Entonces qué?

- ...bien, mándame la ubicación - cedí.

- Nos vemos entonces.

Debía buscar la forma de librarme de esas personas, algo dentro de mí me decía que no era bueno mantenerlos cerca.

Busqué ropa adecuada para salir, no pude evitar curiosear en el closet de Christopher, si se daba cuenta posiblemente me iba a querer matar.

- De todos modos me buscas problemas por todo - dije sacando una sudadera.

Procuré salir con cuidado, la verdad no sabía si hacerlo me podría traer algún problema y las cosas con mi padre no estaban bien.

- Comenzaba a extrañarte - susurró mientras me abrazaba.

- ¿Y tu hermano?

- Buscando que hacer, ya sabes.

- Qué necesitabas, debo volver pronto - añadí.

- ¿Tú siguiendo indicaciones? Pero si odias que te manden - comentó.

- Cómo sea.

Abrió su pequeño bolso sacando algo que solo llevaba a pensar una cosa, ella era la típica mujer que le gustaba planificar cosas sin consultar.

- ¿Quieres ir? - dijo enseñando unas llaves.

- Osea que viniste por sexo.

- Eso hacen los novios ¿no?

- Ese es el asunto, nosotros no somos...

Sus labios interrumpieron mi discurso, sentir su mano en una zona especifica de mi cuerpo me trajo vagos recuerdos de lo sucedido con Christopher.

Me dejé guiar por el momento, siendo incapaz de detenerla.

- Está bien, vamos. Creo que necesito un desquite - dije agitado.

Imposible Quererte - ChriserickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora