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—¿Beomgyu y tú?—

—Sí, he decidido salir con él—

—Wow, se le cumplió su sueño—

—¿De qué hablas?— un palillo de pan relleno de chocolate me mecía entre mis dedos.

—Es que todos nos dimos cuenta, menos tú. Por lo que me contó Hyuka, Beomgyu se mudó con Taehyun para poder olvidarte. Él era conciente de que ya no tenía oportunidad, pero la vida dió un giro de 180 grados y terminaste viviendo con él—

—Vaya... Supongo que las cosas pasan por algo—

—Así es. Estoy muy feliz por ti Micha, por ambos en realidad. Desde hace años ansiaba verlos juntos, y parece que pronto podré hacerlo—

—¿De qué hablas?—

—¿Taehyun no te dijo?—

—¿Decir qué?—

—Huening y yo nos mudaremos a su mismo edificio—

—¿Estás bromeando? ¿No es una broma verdad?—

—De hecho...no, no es una broma. Pronto estaremos muy muy cerca—

—Ahh, ¡no sabes lo feliz que soy Eunbyeol!—

—También estoy feliz, pero me siento nerviosa—

—¿Por qué?—

—El mudarte con tu pareja es un gran paso, es como casarse pero sin anillo, ni fiesta de compromiso—

—Pero es porque ambos lo decidieron ¿no?—

—Ya son 5 años y siempre que hablo de matrimonio, él lo evita. ¿Qué significa eso?— un suspiro se oyó a través de la línea.

—Eun, ustedes aún son jóvenes. Aún no terminas la universidad y él está por graduarse del conservatorio. Supongo que lo evita porque aún no es tiempo para que se casen—

—Tal vez tengas razón. A veces me ahogo en un vaso con agua—

—Solo espera por tu chico, estoy segura que él te ama y que quiere compartir el resto de su vida contigo—

—Gracias por recordarmelo, te extraño mucho ¿Sabes? pero ya pronto nos veremos—

—Te esperaré con ansias mejor amiga—

Era medio día, Beomgyu y Taehyun salieron al supermercado. Mientras tanto yo sacudía el polvo de los muebles de la sala.
Vivir con ellos era muy genial, cada uno se turnaba para hacer los deberes y cada uno ponía sus reglas. Eran como los hermanos que nunca tuve.

Mi típica playlists para los días de limpieza resonaba en el grande departamento. Mis conciertos con la escoba eran muy entretenidos. Terminé rápido, no había mucho que limpiar después de todo.

Tomé una refrescante ducha, y mientras esperaba a que secara mi cabello, decidí hacer un acto de bondad. Doblé la ropa seca de los chicos y fui a dejarlas a sus habitaciones.

Cada habitación iba acorde a sus personalidades. La habitación de Tae era oscura y con una decoración minimalista.
Un perfecto lugar para dormir sin interrupciones.

A cambio, Beomgyu al igual que yo tenía una ventana, la luz hacía que linda y cálida habitación deslumbrara por dónde la vieran. Sí era un poco desordenado, pero nada que no cambie una buena puntería al cesto de ropa sucia. Una tira de fotos de nosotros relucía en su pared, su guitarra colgada, además de algunos pósters de superhéroes.
Dejé su ropa sobre su armario, y me recosté sobre su cama. Poco a poco mis párpados iban cayendo, hasta que se vieron interrumpidos por mi peculiar tono de llamada.

—¿Hola?—

—Jagi, ya estamos cerca. Me encargué de comprar tus bocaditos por cierto—

—Oh, los espero con ansias— dije mientras me ponía en pie y caminaba hacia la cocina. —¿Ordeno el almuerzo?—

—Hazlo, porque ni Taehyun ni yo queremos cocinar—

—Bien, bien. Cuídate, nos vemos—

—Te veo en unos minutos, te quiero linda—

—Te quiero Gyu— colgué mientras buscaba el número de aquel restaurante italiano entre todas las notas del refrigerador.








—Su pedido llegará en menos de media hora—

—Gracias— me desvanecí en el mueble y encendí la televisión. Nunca la miraba, pero ahora que había tiempo intentaría ver aquel drama que estaba en emisión.

El timbre de la puerta sonó. Sacándome de mi concentración.

—¿Por qué siempre olvidan las llaves?— me quejé fuertemente, como para que me escuchen a través de la puerta.

Abrí con enojo, lista para regañar a mis roommates. Nunca imaginé que se trataría de alguien totalmente diferente.

—Micha...— dijo el joven alto que llevaba un color diferente. ¿Plomo? ¿Celeste plomeado? No lo sé, pero en cuanto mi mirada se posó en él, sentí mi estómago revolverse.

—Sabía que estabas aquí— sin ningún preámbulo soltó su maleta y me rodeó con sus enormes brazos.

Nunca le correspondí, pero si quedé totalmente paralizada mientras unas ganas inmensas de gritar y llorar me consumían.

Beomgyu acaba de llegar, y observaba tal escena desde el marco de la puerta. Con todas mis fuerzas empujé a Soobin y me escondí detrás de Taehyun quien iba entrando.

Esto no era nada bueno.


















[Perdón por tardar tanto en actualizar]

L I M E R E N C E  [ Choi Beomgyu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora