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—Hola Micha— los ojos de aquel chico brillaban, juraba que podía ver estrellas dentro de sus pupilas.

—Soobin...— vapor salió de mi boca al pronunciar su nombre. —¿Eres tú mi admirador secreto?—

El chico quien ahora traía el cabello de un color extraño, entre púrpura y gris asintió tímidamente con su cabeza.

—Sé que no merezco otra oportunidad, pero de verdad quiero hacer bien las cosas. He aprendido a amarte de verdad, con todo este tiempo que hemos pasado como amigos, me di cuenta de que eres alguien tan valiosa y en serio, en serio quiero seguir a tu lado. Ya no como tú amigo, si no como alguien que a tu lado se convertirá en una mejor persona y una mejor pareja—

—Soobin, yo...—

—Aceptaré tu decisión, sea cuál sea. Entiendo que aún no me perdones, lo entiendo. No te quiero obligar a aceptar nuevamente mis sentimientos— Soobin había cambiado bastante gracias a la ayuda de la psicóloga. Ya no era el mismo de antes, ahora el lucía radiante y tan seguro de si mismo. Su aura era tranquila y pacífica.

Yo tampoco era la misma, en estos meses había cambiado tantos aspectos de mi personalidad. Dejé de lado mis inseguridades y mis complejos. Dejé atrás el pasado y le di una oportunidad a lo que estaba por venir, por más doloroso que fuera. Me siento más preparada para la vida y para asumir mejor mis decisiones.
Tomar riesgos a veces es la mejor opción para encontrar lo que te hace feliz.

—Está bien. Aceptaré tus sentimientos Choi Soobin—

Una enorme sonrisa se dibujó en su rostro. Una sonrisa contagiosa que de la misma forma de dibujó en mi rostro. Estaba dispuesta a tomar el riesgo, dispuesta a darle una nueva oportunidad no solo a él, si no a la vida.

Ambos miramos la ciudad desde el punto más alto de aquel lugar, la vista era asombrosa. Seúl por la noche era una de las 7 maravillas sin duda.


—Ten— dijo el de cabellos lavanda. Un candado con las iniciales S y M.

—¿Estabas tan seguro de que diría que sí?— arqueé una ceja, a lo que él respondió con una risa.

—¿Estuve equivocado?— su suave nariz rozó la mía.

Mi corazón empezó a latir muy rápido después de su acercamiento.

—Pongamoslo aquí— Soobin señaló un lugar que no estaba tan lleno.

Enganché aquel candado en la rejilla y su mano y mi mano lo cerraron.

—Este es nuestro reinicio— el de cabello lollipop extendió su largos brazos y me abrazó.  

Con mis manos acaricié su ancha espalda, mientras poco a poco su fragancia iba invadiendo mis fosas nasales. Ese aroma tan único.
















L I M E R E N C E  [ Choi Beomgyu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora