—En 5 minutos cierro la puerta y nadie más ingresa a mi clase— decía la maestra quien tenía un mandil y un gorro blanco con las costuras en color rojo.
No veo gente conocida, tal vez sea una buena oportunidad para hacer amigos nuevos.
La maestra de cabello pelirrojo tomó la perilla de la puerta y miró una última vez su reloj. —Okay, ya es hora— cerró de manera lenta como su tuviera la esperanza de que alguien más aparezca.
—Espere— dijo alguien quien metió su brazo por el poco espacio que había entre la puerta y su marco.
—Uh, Soobin. Te dije que no llegarás tarde— la señora regañaba al pelinegro, mientras este miraba al suelo. —Pasa— dijo con un enojo fingido. —Que no vuelva a suceder—
—Sí, maestra— dió un leve reverencia y entró a la cocina.
El pelinegro colgó su mochila en el perchero. Y se ubicó a unas cuántas mesas de mí.
Miró por todo el lugar, y al igual que yo buscaba caras conocidas.
Levantó levemente su brazo y me saludó. Pude leer un —hola— de sus labios.
Mi respuesta no tardó, de la misma forma le saludé agitando suavemente mi mano.
—Bueno jóvenes, soy la profesora Oh. Creo que muchos me conocen como la psicóloga de la escuela, pero en esta oportunidad les enseñaré repostería. Vamos a aprender a preparar deliciosas recetas. ¿Está bien?—
—Sí— respondimos todos al unísono.
—Que chicos tan obedientes. Bueno, primero lo primero. Vayan por sus mandiles y también lávense bien las manos—
Los mandiles yacían colgados cerca al lavamanos. Cada uno se acercó a buscar el que tenía bordado su nombre.
—Este es tuyo Micha— dijo el pelinegro quien tenía mi mandil en sus manos. .
—Oh, gracias—
Acomodé el mandil y lo sujeté en mi cuerpo. Me quedaba entallado.
Por otro lado Soobin con su gran tamaño hacía que el mandil le quedara muy raro.
Aún así se lo colocó. Todos al verlo echaron una carcajada.
—Vaya, nuestro jóven Soo es más grande de lo que creía—
El atinó a reír y a seguir la broma.
—Hoy prepararemos galletas con chispas de chocolate— la maestra explicó todos los procedimientos y todos los ingredientes que utilizaríamos.
—¿Puedo preparar contigo?— preguntó el pelinegro con timidez —Solo te conozco a ti, y pues me das más confianza—
—Oh, está bien— asentí y el pelinegro trajo todos sus materiales.
Una lucha de harina se armó cuando Heejin y Zhin Lu empezaron a jugar.
Todos nos echamos a reír después de ver a la maestra detener a esas dos. Y en el intento cubrir su rostro con harina. Una imagen muy graciosa sin duda.
Después de una hora de mezclar ingredientes por fin teníamos lista la masa.
Hicimos bolitas con esta y las colocamos en la bandejas.—Iré a precalentar el horno— Soobin. Tenía la nariz cubierta de harina. Lucía como un conejo cuando sonreía.
Llevé su bandeja y mi bandeja, cada una en cada brazo. Metimos las galletas al horno y esperamos mientras aseábamos nuestro lugar de trabajo.
—Hey, no te comas las chispas de chocolate—
—Oblígame— dije con la boca llena de chocolate.
Un olor agradable empezó a salir de los hornos, un olor dulce y muy muy delicioso.
Soobin miraba emocionado como las galletas se aplastaban.Que tierno.
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L I M E R E N C E [ Choi Beomgyu]
Fiksi PenggemarDonde Beomgyu se enamora de la ex novia de su mejor amigo. Hwang Michaela es abandonada por su novio, el chico más popular de la secundaria. Después de dos años de infidelidades y mentiras, ella decide renunciar a este. Michaela descubrirá que senti...