La Balsa

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Wanda estaba sentada en el asiento entre Clint y Sam. El chaleco de fuerza era bastante incómodo que por suerte le permitía respirar.

Sam estaba en silencio, mirando a un punto en el suelo. Wanda sabía que él y Rhodey eran muy buenos amigos y que estaría muy preocupado por la salud de Máquina de Guerra.

Al lado de Sam, se hallaba Scott. Estaba casi dormido. El agotamiento que tenía por haber sido de veinte metros de altura lo había dejado así. En el asiento de adelante, mirando a los cuatro "presos", estaban dos guardias con armas y T'Challa con mucho enojo.

- Oye - le dijo Wanda a Pantera Negra, este la miró. - Sé que la ira que tienes por asesinar a quien mató a tu padre es enorme y se ha apoderado de ti.

- ¿Qué sabes tú? - le espectó T'Challa con más enojo del que se le veía en la cara.

- Porqué viví casi lo mismo que tú - le contestó ella. T'Challa se quedó callado y Wanda prosiguió. - Cuando tenía diez, una de las bombas de Stark destruyó mi edificio, asesinando a mis padres... Desde ese día, mi hermano y yo nos cegamos en la venganza y en las ganas de matar a Stark y destruir a los Vengadores.

La atmósfera era bastante silenciosa. Scott, Sam y Clint estaban escuchando atentamente a lo que ella decía. Incluso T'Challa. Ella nunca lo había contado desde la vez que conoció a Ultrón hacía más de un año.

- Esa sed de venganza me nubló todo. Me metí en experimentos ilegales y así obtuve mis poderes; les hice ver cosas inimaginables a los Vengadores; lo que le hice ver a Tony conllevó a la creación de un robot homicida que destruyó mi ciudad, mi hogar y a mi hermano - ella trataba de no quebrarse al relatar todo eso. - Luego, cuando escuché la verdad entendí todo. Stark no tuvo la culpa de lo sucedido con mis padres.

>> Aunque en las últimas semanas le he tenido algo de aborrecimiento a Tony y ahora esto - la chica levantó su torso para remarcar que usaba un chaleco de fuerza. -, dejé de culparlo de las cosas horribles que me han pasado. Yo también soy culpable de mis elecciones... En este momento de rabia, estoy culpando a Stark por haber firmado los Acuerdos, pero en el fondo sé que yo elegí esto y no me arrepiento.

>>Así que espero que te des cuenta en algún momento que Barnes no asesinó a tu padre. Hay alguien detrás de esto que...

- Wanda - la interrumpió Sam. Ella se calló y entendió que no debía revelarles mucho ya que podían ir tras Steve.

El resto del viaje fue muy silencioso. Scott finalmente se quedó dormido. Sam siguió pensando en Rhodey y en más de una ocasión preguntó a los guardias o al piloto si sabían algo. Clint estaba callado, pero al parecer pensaba en lo que Wanda había dicho. Ellos dos no hablaban mucho de lo pasado (ya que Clint le había ayudado a superarlo y avanzar) pero jamás este había conocido la historia de Wanda. T'Challa parecía haber entendido algo de lo que Wanda le había dicho y su cara fue de indiferencia el resto del viaje, sin ninguna ira contenida.

Pasada una hora, había comenzado a llover. Cuando Clint miró por la ventana del helicóptero, le dijo a Wanda en un susurro: "Estamos en el océano".

A la siguiente hora, un ancho y gigantesco cilindro metálico se vio desde la ventana. Wanda miró de reojo a Clint, quien le devolvió la mirada de preocupación. Ella recordó que Clint tenía familia y que no volvería.

El helicóptero descendió, luego de que un círculo en el medio del "techo" de la Balsa se abriera. Al frenar en el helipuerto, el piloto apagó todo y no abrió la puerta hasta que la plataforma del helipuerto descendió por completo.

Al abrirse, estaba Ross, con uniforme oscuro y vaqueros. Detrás de él, al menos veinte guardias levantando sus armas.

- Intenten escapar y les dispararemos - dijo Ross.

La Historia de Wanda MaximoffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora