La Gema del Alma

521 37 4
                                    

Wanda cayó de golpe al suelo y se despertó. Jamás en su vida se había sentido tan desorientada y perdida. No sabía qué significaba lo que acababa de vivir, o más bien, morir.

Estaba tendida en el suelo, boca abajo. Era un lugar muy extraño. El suelo era completamente liso, pero donde uno pisara, se creaban ondas de agua. Como si estuviera caminando en un océano calmo sin olas.

Wanda levantó la vista y vio que había un atardecer. Bueno, no del todo. El cielo era completamente anaranjado, pero no había ningún sol para crear un atardecer. La chica notó que el suelo era del mismo color anaranjado brillante.

Finalmente fue a enderezarse y no notó ninguna fatiga, cansancio o dolor en el cuerpo. Ni siquiera le dolía el puñetazo que Thanos le había dado unos segundos atrás.

Wanda, ya parada, no vio absolutamente nada en ese lugar. Solo era un suelo y un cielo del mismo color.

Decidió darse vuelta y notó que no estaba sola. Había una especie de arco chino, con dos personas de espaldas a ella.

Wanda se extrañó y se acercó a ellos.

- Despertaste – le dijo el sujeto de espaldas que tenía capa roja.

- ¿Strange? – dijo algo confundida Wanda. – ¿Tú... también moriste? ¿Esto es el cielo?

- No, Wanda. No es el cielo – contestó Strange, volteando a verla. – Y no, no morimos.

- Pero...Thanos consiguió las Gemas.

- Thanos chasqueó sus dedos y eliminó de la existencia a la mitad del Universo – añadió Stephen.

- Es decir, morimos – contestó Wanda, aun sin comprender.

- "Eliminó de la existencia" - remarcó Strange. - No estamos muertos, simplemente desaparecimos de la existencia.

Wanda se quedó vacilando por un momento. No estaba muerta, pero ¿tampoco existía? No tenía sentido.

- Te lo explicaré mejor – dijo Strange al verla. – Thanos reunió las seis Gemas para matar a la mitad del Universo. Necesitaba la Gema del Poder para eliminarnos; la del Espacio para que el efecto afectara a todo el Universo; la del Tiempo para que ocurriera al mismo momento, no en el pasado ni en el futuro; la de la Realidad para convertirnos en cenizas; la de la Mente para que solo afectara a los seres vivos pensantes, no a las plantas y la del Alma... - Strange extendió sus brazos, señalando al lugar en el que se hallaban. – Para que decidiera quién vivía, quién no y traernos aquí.

- ¿Estamos dentro de la Gema del Alma? – preguntó Wanda.

- En efecto – contestó la otra persona que estaba con ellos. Wanda se había olvidado por completo de ella. Era una chica de pelo negro y de mechones rojos oscuro, de piel verde y saco marrón. – Soy Gamora. O lo era. Thanos me sacrificó para conseguirla. Yo era su hija.

- Thanos acaba de matar a la persona que más quería en mi vida – respondió Wanda. Una pequeña lágrima le salió de su ojo, pero se limpió rápido. - ¿Te quedarás aquí por siempre?

- No. Mi alma puede irse cuando quiera – respondió Gamora. – Simplemente esperaba que, si Thanos lograba su objetivo, pudiera compartir la información que tengo con las personas que dejaran de existir.

- ¿Qué es todo eso? – se impresionó Wanda al ver lo que había mucho más allá del "arco chino".

Un montó de personas aparentemente dormidas estaban flotando, encapsuladas en burbujas transparentes.

- Esos son...

- Todos los que dejaron de existir por el chasquido – se adelantó Strange.

- ¿Y por qué tú y yo podemos estar fuera de esas burbujas? – preguntó Wanda, volviendo su mirada al Dr. Strange.

La Historia de Wanda MaximoffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora