Las Manifestaciones

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Los años posteriores fueron bastante duros. Las guerras en el país empeoraban. El terrorismo no había disminuido porque se había metido mucho en la guerra. La pobreza había alcanzado un alto nivel sobre Sokovia.

Para los gemelos, vivir sin sus padres fue mucho peor. Crecer sin las personas que tanto amaban, haber estado bajo escombros por dos días con un misil en la cara y vivir sin casa eran traumas que incrementaban un odio. Un gran odio a la persona responsable de que todo eso pasara. No era odio hacia los terroristas, era odio hacia la persona que les vendió ese armamento: Anthony Stark.

Anthony Stark era un multimillonario estadounidense que vendía armas a nivel internacional, un mercado heredado de su padre. Como ya sabían, él vendía también en el mercado negro armamentos para los terroristas. Poco a poco, esta verdad fue revelándose.

Por otra parte, los gemelos conocieron unos días después de haber vivido en un orfanato a un chico llamado James Spencer. Él era un muchacho de treinta años estadounidense que había dedicado su vida a ayudar a los países pobres de África y que cuando supo la situación que Sokovia vivía, había creado una pequeña residencia para las personas de Sokovia que habían perdido sus casas en los bombardeos y las guerras. Solía estar mucho tiempo en el país, casi todo el año, pero también viajaba a su ciudad de origen, Nueva York, para encontrarse con su familia.

Al enterarse de que Wanda y Pietro habían perdido su familia y hogar en consecuencia del terrorismo y de las Industrias Stark, decidió ayudarlos y darles un lugar en su residencia. Obtenían comida, algunos juguetes y un lugar para dormir.

James había sido de gran importancia para la vida de los gemelos. Este chico les otorgó no solo comida y camas, sino también un cierto cariño que no pudieron disfrutar cuando sus padres murieron. James les tenía cierto aprecio. Además, los gemelos, eran de los pocos habitantes que hablaban inglés en la residencia y podía disfrutar con ellos algunas charlas y juegos. Pero todo esto no les hacía olvidar el odio que sentían por Stark.

En el año 2008 transmitieron por televisión que Stark había sido secuestrado por un grupo terrorista. La sensación que Wanda sentía era extraña, por un lado, triste que los terroristas atacaran y secuestraran, pero por el otro estaba feliz de que Stark haya obtenido su merecido.

Durante ese tiempo, los gemelos sintieron una gran satisfacción, pero no duró demasiado. Al poco tiempo, Stark volvió y luego se convirtió en lo que Wanda jamás pensó: un superhéroe. Se hacía llamar Iron-Man. Lucía un traje generalmente rojo con amarillo (hecho de metal por supuesto) lleno de armamento por cualquier lado del traje.

Wanda le parecía lo más ridículo del mundo. "¿Stark, un superhéroe? ¿El canalla que había asesinado a mi familia y estaba acabando poco a poco con mi país?" pensaba ella.

Año tras año, los eventos catastróficos que pasaban por televisión aumentaban: un hombre gigante de color verde atacaba a una ciudad; Iron- Man también estaba de vuelta con una batalla en la exposición Stark de su empresa y uno de los dioses nórdicos (aparentemente Thor, el dios del trueno) estuvo involucrado en la casi destrucción de un pueblo de Nuevo México. Poco después se anunció en la televisión el descubrimiento del cuerpo congelado del Capitán América: un soldado que había vivido durante la segunda guerra mundial y habían practicado experimentos con él, logrando que venciera a HYDRA, una organización autoritaria terrorista-penal-paramilitar dedicada a la dominación mundial durante ese periodo. Consideraban al Capitán como el hombre en el tiempo por haber pasado casi setenta años congelado.

Wanda al ver esta situación sintió que algo no le cuadraba: nombraban héroes a los que habían destruido ciudades o pueblos. ¿Cómo era posible que eso se considerara "salvar el mundo" cuando lo único que hacían era destruirlo?

La Historia de Wanda MaximoffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora