Regreso a Nueva York

387 34 6
                                    

Escocia se fue haciendo pequeña y más pequeña a medida que subían por las nubes. Wanda, que había intentado cerrar la herida de Visión, estaba sentada junto a él. Observó ahora con detenimiento a Steve, quien miraba con preocupación el cielo a través del vidrio del Quinjet. Su uniforme tenía muchos agujeros, por lo que se veía una especie de traje con escamas. La estrella blanca del medio había desaparecido y los colores rojos, blancos y azules estaban muy apagados. Aunque Wanda vivió muy bien en Escocia, al parecer, sus compañeros habían vivido en diferentes lugares. Quizás incluso en el mismo Quinjet.

- ¿Cómo nos encontraron? ¿Vieron la televisión o algo? - preguntó Wanda. La noche era muy intensa y no tenían tanta luz.

- Banner nos avisó.

- ¿El Doctor Banner? - se sorprendió Visión. - Creí que había desaparecido luego de que Sokovia fuera destruida.

- Sí, pues, no le pedimos muchas explicaciones - contestó Steve. - Nos avisó que tú, y sobre todo la Gema, estaban en peligro. Tuvimos que abortar una misión que realizábamos en Francia y vinimos directo aquí.

- Al parecer, los tenías bastante controlados, ¿no, Wanda? - dijo Natasha sonriendo.

- Sí, eso creo - respondió ella.

De pronto, la adrenalina de su cuerpo comenzaba a bajar. La espalda le empezó a doler y un corte en la frente le empezó a arder. La chica se llevó las manos a la espalda y se levantó del asiento.

- ¿Ya con veintiún años te duele la espalda? - bromeó Natasha.

- Rodé por el suelo más veces que cuando solíamos entrenar. Caí de más o menos ocho metros e impacté contra vidrios y el suelo - dijo Wanda con un gemido al estirar su espalda.

- ¿Saben quiénes son? - preguntó Sam. Las luces del día comenzaron a aparecer a medida que se acercaban más a Estados Unidos.

- El sujeto que me atacó a mí se llama Corvus Glaive - contestó Visión jadeando. Todavía se tocaba la herida producida por la lanza. - Ellos solo seguían órdenes.

- De su padre - añadió Wanda. - La que me atacó se llama Próxima Midnight y dijo que Thanos, su padre, obtendría esa Gema.

- Bruce mencionó algo sobre un tal Thanos - dijo Natasha.

- Estuviste muy atenta a lo que te decía Bruce, ¿no, Nat? - dijo Sam con cierta simpatía.

- Sam, estoy grande para juegos de adolescentes - respondió Natasha, aunque se había ruborizado un poco.

- No quiero ser indiscreta, pero - dijo Wanda con curiosidad. - Tu y Banner... ya sabes, ¿eran... pareja?

- Desde que nos reencontramos para desmantelar la Base de HYDRA de Sokovia, quizás tuvimos algo. Aunque no lo sé - contestó Nat. - Se metió en un Quinjet y apareció tres años después. Ni siquiera sé si recuerda cuando lo besé.

A los quince minutos, el GPS del Quinjet avisó que ya habían llegado al estado de Nueva York. La nave comenzó a descender poco a poco, hasta que el edificio blanco al lado del rio se vislumbró. El cielo del treinta y uno de mayo estaba completamente despejado.

Cuando finalmente el Quinjet bajó en el helipuerto, la puerta de la nave se abrió. Sam y Wanda tomaron a Visión por los brazos para ayudarlo a caminar. Así fueron caminando hasta llegar a la habitación junto a la cocina, una especie de laboratorio. Allí se encontraban dos personas: Rhodey, junto a un holograma del Secretario Ross.

- Señor Secretario - dijo Steve, quien iba frente al resto del grupo junto con Natasha.

- Son descarados. No hay duda de ello - respondió el holograma de Ross acercándose a ellos.

La Historia de Wanda MaximoffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora