Ultrón

834 59 0
                                    

Los gemelos huyeron de la Base de Investigaciones ya que los Vengadores habían ganado y Strucker fue detenido por la OTAN (La Organización del Tratado del Atlántico Norte). Los dos se dirigieron a la Residencia Spencer, pero les pareció un poco hipócrita volver allí luego de más de un año de no vivir en ese lugar.

Pietro, a pesar de que su hermana no quería, decidió volver a la fortaleza y con su super velocidad sacó todos los elementos que le pertenecían tanto a él como a Wanda. Solo tenían ropa, fotos, algunos dijes y anillos y sus celulares, así que no tenían que cargar con mucho.

Con el poco dinero que les quedaba, rentaron una habitación para estar dos semanas en un hotel que se encontraba en la otra punta de la ciudad, ya que no les alcanzaba para estar en el centro. Dejaron allí sus cosas, Wanda se cambió su camisa de vestir negra y se puso un vestido rojo floreado, una chaqueta de cuero negra y un chal también rojo que le había regalado Michael. En ese momento se acordó de él y supuso que lo habían atrapado junto con el resto de HYDRA. Pietro no se cambió y decidieron volver al centro por la tarde.

Wanda se fue a recorrer las calles del centro para distraerse un poco. Su hermano no le dirigía mucho la palabra porque había dejado que Stark se escapara y se quedara con el Cetro de Loki, pero ella tenía sus intenciones. Por lo que Pietro se quedó en el pequeño mercado de artesanos de al lado de la iglesia de Novi Grad. Antes de que su hermana se fuera, Pietro le entregó un pequeño collar que como si fuera un dije, tenía un círculo de metal y, en el medio, una volita roja. Wanda observó a su hermano con un poco de enojo.

- Descuida. No lo robé - se le adelantó Pietro. - Podrías haber dicho gracias al menos - Wanda le dirigió una sonrisa y se alejó.

Mientras caminaba por las calles de alrededor de la iglesia, observó en una televisión de una vidriera como en el ataque a la Base, muchas armaduras de Iron-Man de color blancas con el emblema de los Vengadores habían aterrizado en distintas partes de la ciudad. Al parecer intentaban proteger a los ciudadanos de los disparos que se habían desviado y habían llegado hacia el centro. Pero para el agrado de Wanda, las armaduras estaban siendo destruidas por los ciudadanos de Sokovia, mientras que estos les gritaban.

Luego de que anocheciera, Wanda decidió ir a ver a su hermano en el mercado. En el camino, se topó con mucha gente que la saludó y se alegró de verla. Eran participantes de las manifestaciones y otros que habían vivido en la Residencia y unos años anteriores, Wanda los ayudó. Se sorprendió de la cantidad de gente que le tenía aprecio y que conoció alguna vez. Recordó que, al irse a vivir a la fortaleza, se había alejado bastante de la ciudad y solo iba una vez por semana.

Cuando llegó al mercado, vio a un grupo de gente acumulada contra unos canteros. Wanda se acercó y alcanzó a ver a su hermano repartiendo cosas. No sabía si estaba vendiendo o regalando, así que se metió en su mente para escuchar mejor. Tardó unos segundos (le era más fácil leer mentes, si la otra persona la abría voluntariamente) y cuando lo logró, escuchó que su hermano decía:

- ¿Estas son las correctas? - le dijo a un anciano que Wanda reconoció ya que lo había visto en la Residencia. Pietro le había dado un frasco de píldoras.

- Sí - respondió el anciano.

- El doctor lo reabasteció. No más seguro médico. Hice una visita a domicilio - le dijo Pietro. Wanda sospechó que "hice una visita" en realidad significaba "entré a robar".

Luego de sonreír un segundo, Pietro tomó una pequeña pelota azul de fútbol de una caja.

- Esto es para tu hermano - le dirigió Pietro a una chica de pelo rubio. Era Zrinka, la chica que también vivió por un tiempo en la Residencia y ahora tenía dieciocho años - Y esto no es para tu hermano.

La Historia de Wanda MaximoffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora