-Voy por nuestros abrigos -deseaba hablar con él de algunas cosas. Su comportamiento casero la hacía pensar en cosas que no quería pensar.
No era justo que estuviera tan cómodo allí, como si fuera uno más de la familia. Hasta Prince lo aceptaba. Había que acabar con aquello.
Les costó mucho salir de la casa, pero finalmente estuvieron en el Letux negro, camino del pueblo. -¿Se puede saber de dónde has sacado esta actitud? -le preguntó ella.
-¿Lo hago bien? -preguntó él con una sonrisa.
-¡Eso parece! Mis padres están encantados y los niños te adoran. Y en cuanto a mí, intento saber qué has hecho con Harry Styles IV.
-Muy fácil -dijo él riendo-. Cuando era niño y estaba solo, solía ver la televisión para averiguar lo que me estaba perdiendo. Me convertí en un drogadicto de las series familiares.
-¿Por eso querías venir? ¿Para introducirte en la vida familiar?
-Tal vez. He pensado mucho en ello y puede que sea una razón. Pero estoy seguro de que no es la única.
-¿Dónde aprendiste a lavar los platos? -le preguntó rápidamente, temerosa de oír las otras razones.
-En ningún sitio. Los chicos me preguntaron qué podían hacer, y yo les pedí que me dejaran lavar los platos porque nunca lo había hecho antes.
-No me extraña que te adoren. Primero los fascinas con las historias de la gran ciudad, y luego les pides que te enseñen a hacer lo que tú no sabes -suspiró y apoyó la cabeza en el respaldo-. Pensé que te horrorizaría este lugar.
-Entonces no debes de conocerme muy bien.
-Supongo que no. Gira a la derecha en el próximo cruce y estaremos en la calle principal del pueblo.
-De acuerdo.
-Es muy aburrido.
-Si tú lo dices... -la miró y le hizo un guiño.
-Demasiado aburrido -deseó que Harry no fuera tan encantador. No deseaba otra cosa que besarlo, y aquel no era el mejor momento para ello. No cuando sus emociones eran un caos y empezaba a pensar que podía ser un marido maravilloso. Hasta verlo conducir la excitaba.
Aquel viaje amenazaba con ser el mayor error de su vida.
-¿No vas a describirme la ruta por el pueblo? -le preguntó él con su tono mas sensual.
-Claro... Ahí está el banco, y ese es el centro comercial. Ahí está el supermercado, y al lado la gasolinera. Más allá está el cine... y la farmacia. Como verás, no hay nadie. Somos los únicos que vamos por la calle -se volvió para mirarlo-. ¿Alguna pregunta?
-Si -respondió con una risita-. ¿Dónde está el camino solitario más cercano?
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soltera en new york h.s
RomanceEsta historia no es mia... No se como se llama el autor o autora pero gracias por crear esta historia 💜 aquí en wattpad no estaba completa así que se las traigo espero que les guste tanto como a mi. PD: Gracias por leer y votar