Nada

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Decidió sacrificarse para salvar a Adora y a Catra y en lugar de morir quedó herida viviendo en Bright Moon, observando cómo todos jugaban al mundo feliz menos ella.
Su intención nunca había sido ser la heroína del cuento ni quedar grabada en la memoria de los habitantes de Etheria. Tampoco deseaba el perdón de sus "hijas". Solo deseaba irse.
Pero sus planes no habían salido tan bien, porque se encontraba ahí en el último asiento del gran salón presenciando una boda doble: Glimmer y Bow, Catra y Adora.
¿Presenciar la boda de tus hijas o de tu hija debería hacerte feliz? Probablemente, pero la hechicera se sentía ajena a todo aquello. Las últimas palabras de Adora habían sido "Arruinas la vida de todos".Era cierto lo había hecho, fue por eso que había decidido sacrificarse, para hacer la elección correcta al menos una vez...
Después esperaba irse, no tenía fuerza ni quería saber nada de la vida. Comprendía que ya no era joven y por primera vez su soledad le pesaba.
Cuando el público se puso de pie hizo un sobre esfuerzo, ahora ya no flotaba ni siquiera caminaba, ahora hacía uso de una caña o bastón. La vida le era injusta, Hordak y Entrapta parecían felices, pero ¿Acaso Hordak no fue también el enemigo?
Estaba asqueada y una migraña se acercaba. Durante el festejo nadie la buscó para socializar, cada quien con su pareja. Incluso Angela había encontrado el camino a casa a través de las dimensiones y se encontraba al lado de Micah, orgullosos de su pequeña cría, quien a pesar de sus grandes cualidades mágicas tenía la capacidad de irritarla.

Después de un rato en la recepción Shadow Weaver se dio cuenta que podía retirarse. De hecho pudo no haber asistido y nadie lo hubiese notado. Porque los festejados ni si quiera la miraban... Adora le dedicó una sonrisa y Catra asintió con su cabeza... Eso fue todo. Durante toda la recepción sintió la cruel mirada de Micah e incluso de Angela, no esperaba aplausos, pero había intentado demostrar que estaba del lado de la rebelión, todo eso ya no importaba. Momentos después se dirigió al invernadero el cual pasó de ser su prisión a ser su hogar. Tenía un pequeño baño, una cama, muchos libros y lo necesario para cocinar. Podía pasar días enteros cuidando sus plantas siempre y cuando tuviera una botella de vino y té.

Esa tarde se había bebido una botella, tocaron a la puerta. Nadie tocaba a su puerta, pensó en abrir pero nunca lo hizo, se quedó dormida.
Al día siguiente se encontraba frente a Castaspella, quien había convocado una reunión. La joven quería que la magia dejará de ser exclusiva y extrañamente la ex- hechicera había sido invitada.

Lo dicho en la reunión le importaba en lo más mínimo, los ojos de Shadow Weaver se cerraban, por una extraña razón tenía mucho sueño. Por un instante los cerró, tenía que tomar más de ese té, se dijo así misma, se sentía tan relajada.

Momentos después decidió abrir sus ojos para no llamar la atención y cuando lo hizo notó que la sala se encontraba vacía, pero desde sus antiguas amigas " las sombras" unos ojos café oscuros la miraban.

"Haz dormido 3 horas, intentamos despertarte y no lo hacías ¿Qué has bebido?"- Preguntó Castaspella curiosa.
" Creo que tu charla tuvo un efecto somnífero, ahora si me disculpas seguiré esta siesta en mi casa" - Dijo la mujer sin interés.

" Te invité, porque pensé que reviviría tu amor por la magia y dejarías de actuar como un zombie ¿Te has visto cómo caminas? ".

"Querida Castaspella de por sí que termines tus oraciones de una forma coherente ya es algo díficil, no te pongas metas imposibles" - Dijo mientras se ponía de pie y se marchaba. Mientras tanto Castaspella susurraba: "Hace un par de meses pude salvarte, ahora también puedo hacerlo".

La Sombra Y El DeseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora