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"Ser capaz de morir mientras sueñas es una bendición..."

Al abrir los ojos, se encontraba en un campo repleto de flores y mariposas de diferentes colores, la brisa golpeaba con suavidad su rostro mientras que escuchaba unas risas divertidas a lo lejos.

Ella apoyó su mano sobre el césped para poder colocarse de pie con cuidado. Su ropa había cambiado por completo, sus heridas había desaparecido al igual que sus cicatrices.

—¡_______!

Volteó confundida colocando su mano donde anteriormente debería estar su katana. Esto confundió al joven que se encontraba presente.

—¿Ocurre algo? —agregó.

—¿Tanjiro?

Relajó sus músculos y se acercó a él.

—¿No vendrás con nosotros?

—¿"Nosotros"? —murmuró la cazadora mirando hacia atrás de su compañero, notando que estaban sus amigos jugando—. Debo protegerlos

—¿De que?

—De... —su mente se quedó en blanco al mirar la sonrisa de confusión del pelirrojo—... No lo sé

Para su sorpresa, Kamado la tomó de la mano y se acercó a ella con una amplia y cálida sonrisa.

—Vayamos a jugar con los demás, somos tus amigos ¿No?

Con un leve sonrojo con parte de ambos, decidieron caminar hacia los demás, siendo Tanjiro quien se apegó más a ella y viceversa, teniendo sus manos entrelazadas en ese momento.

—¡Ah! ¡Espera un momento!

El joven se detuvo y tomó algunas flores para luego empezar a armar una pequeña corona.

—¿Para que es eso? —preguntó ella curiosa.

—Para ti

Con sus orejas claramente rojas, colocó la corona sobre la cabeza de su cercana para luego sonreír y decirle lo linda que se veia. Sus amigos no se quedaron atrás, llegando a dónde estaba ella para elogiarla al igual que Rengoku y Shinobu. Estaban todos ahí ofreciéndoles su amistad y calidez.

Algo que nunca había tenido desde pequeña.

—¿Merezco todo esto? —se preguntó dando un paso hacia atrás.

—Mereces todo lo bonito de este mundo —respondió Tanjiro tomándola de las manos mientras reia—. Vayamos juntos

Aún dudosa, aceptó, sintiendo esa hermosa calidez que no había tenido oportunidad de disfrutar.

No obstante, para ella era demasiado bueno para ser verdad, notando cómo pequeñas cicatrices aparecían en su piel para luego desaparecer de la nada.

—¿Cicatrices...?

Empezó a sentirse observada, buscaba entre todo el campo pero no encontraba nada que pudiera causarle esa sensación a peligro, hasta que logró sentir un demonio. Su piel se erizó y sus recuerdos la golpearon como puños en su rostro. No pudo evitar colocarse en guardia en ese momento, dejando su instinto dominar esa realidad alterada.

—¿______? —preguntó Inosuke.

—¿Disculpa? —intervino esta mirándolo arqueando una ceja— ¿Cómo me llamaste?

—______ —repitió.

—Bien, nunca me llamaste así

Confundida y aturdida por tanta confusión solo empezó a correr en cualquier dirección, estresada por no saber cómo habia llegado ahí o si era real todo lo que sucedía.

Luna de Amor | Tanjiro Kamado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora