Capítulo 12 - ¿Tiempo muerto?

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—Señorita, las invitadas han llegado — anunció Elián antes de dar paso a un huracán de colores brillantes y voces chillonas a la habitación.

Los últimos días habían sido una pesadilla para Owen, como su padre le había prometido. Apenas llevaba tres días en cama y ya habían empezado las molestias, o también llamadas "las compañeras de cotilleo de la hija del duque". Sin siquiera pedir su consentimiento, su molesto padre había invitado a todas ellas al ducado. Por supuesto, las jóvenes nobles no se quejaban de ello, ya que estaban ansiosas de reunirse con Vivienne, la fuente de cotilleos del reino en los últimos días debido a su escandalosa participación en la fiesta. Era conocimiento de todos lo que ocurrió aquella noche, sobre todo porque la mitad de aristócratas influyentes de la época estaban invitados, y difundieron información falsa y rumores por todos lados.

Sin tiempo de preparación mental para la visita, las chicas vestidas de seda y algodón con sombreritos a juego se arremolinaron en la habitación, aunque a diferencia de las criadas, con cierta elegancia. Se sentaron en las diminutas sillas que las sirvientas habían predispuesto alrededor de una mesa redonda de cristal, donde un mayordomo camarero esperaba a servir el té. Con ayuda de un sirviente más, el abrumado Owen salió de su cama para hacer compañía a sus "amigas" en la reunión. En cuanto estuvo sentado, el té fue servido y todos los sirvientes y criadas de la habitación se marcharon.

¿Eh? ¿Qué está pasando? No puedo afrontar esta situación yo solo, sin ayuda de nadie más.

Todas las chicas le miraban fijamente, mareándole sin explicarle qué sucedía. De pronto, como si estuviese organizado de ante mano, esbozaron una sonrisa traviesa todas a la vez. El instinto de Owen se activó, entendiendo que esas sonrisas eran la señal de bombardeo.

—Buenas tardes, Lady Vivienne. Antes que nada, le estamos muy agradecidas por permitirnos estar aquí, en su habitación personal. Después de todo, siempre tomamos el té en el balcón. ¿Verdad que sí, chicas? —en cuanto la joven pronunció esa frase, todas las demás asintieron con la cabeza, sonrientes. Era algo aterrador el apreciar como todas sus mentes funcionaban de una manera tan similar.

El chico infiltrado dirigió su mirada a la que había empezado la conversación. Justo delante suya, se encontraba una chica de cara redonda y grandes ojos brillantes. Tenía una larga melena recogida en unos rizos sobre su cabeza, como todas las demás. Owen pronto se dio cuenta de que lo que las diferenciaba a cada una era el color del que vestían, como si de un circo de payasos se tratase. La de los ojos brillantes vestía de un color naranja pálido.

—La vemos muy callada, lady. ¿Acaso nuestra presencia ha interrumpido su descanso? —preguntó una con un tocado verde, fingiendo encontrarse afligida.

—No, para nada. Solo estoy pensando en otras cosas.

—Oh, ya veo. Usted debe de tener muchas cosas por las que preocuparse, claro. Entre ellas, esos rumores maliciosos que rondan por ahí...—ocultó una expresión indescifrable detrás de su abanico de encaje. Aunque Owen no había entendido el comentario, debió de ser algo con malas intenciones, porque otra le interrumpió con su voz aguda.

—¡Lady Leticia! Por favor, no desasosiegue a lady Vivienne con esas cosas. Debe de estar en reposo, no escuchando chismes sobre las tonterías que dicen los ignorantes por ahí.

—¿Rumores? —preguntó desconcertado Owen, a la par que intentaba agarrar la taza de té y beber de ella. Por supuesto, se quemó los labios con el borde ardiente, y estuvo a punto de soltar una grosería algo impropia. Se contuvo, y solo la dijo en su mente.

—Probablemente no se haya enterado aún, lady Vivienne. Resulta que algunos individuos han estado inventado mentiras acerca de su repentina marcha de la fiesta. Por supuesto, nosotras sabemos que usted se fue por una indigestión, nos lo dijo ese mismo día. Pero hay versiones que aseguran que usted se fugó con...—se detuvo un momento para dar una pausa dramática, pero otra fue la que termino la frase.

La luna es una acosadoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora