El viento golpea con fuerza todo mi cuerpo, provocando así un dolor, un ardor instantáneo e insoportable. El sonido del viento lastima mis oídos, quemándolos por su helada melodía, al igual que daña mis pulmones al momento de querer respirar.
«No quiero morir. No aún, no de esta manera». Me digo a mi mismo, rezando a todos los dioses para que me liberen de esta tortura, con nulas repuestas de ellos.
La desesperación no tarda en dominarme al sentir como el hilo que sostenía mi frágil vida comenzaba a cortarse con cada soplido que larga el viento hacia mi ubicación.
Dando un aviso de mi prematura muerte con esta silenciosa, aunque mortal, música.
El pensar que ya no hay escapatoria reina mi psiquis, alarmando mi corazón, provocando que los nervios y el miedo se empiecen a salir de control casi al momento de pensar en ello.
Pero sé que si llego a morir en esta noche roja, el único culpable de esto sería yo mismo.
Yo soy el único culpable de mi propia sentencia. Yo, al igual que mi maldita curiosidad, somos quienes vinimos a este lugar para ser su sacrificio.
Mi fin empezaba a acercarse cada vez más, y pese a que no puedo verlo por la venda que cubre mis ojos, logro sentir este extraño fin frente mío, como si me estuviera llamando sin decir ni una palabra.
La presencia de la muerte se hace más notoria con cada segundo que paso en este sitio sentado en algún tipo de silla, con mis pies encadenados, al igual que mis manos, y mis ojos vendados, pero mi boca libre.
A ellos les encanta oír a sus sacrificios aullar del miedo, esto lo sé gracias a que él me reveló de este perturbador dato.
Aun sabiendo esto, no contengo mis gritos desesperados al sentir el olor a putrefacción a mi alrededor, el ambiente cambia y la tensión se vuelve más pesada. Es tanto su peso, que siento mi cuerpo contraerse de dolor con solo su inexistente presencia.
Estos aullidos son tan desgarradores que pronto siento arder mi garganta, la voz se rompe y miles de lágrimas de miedo e impotencia se me escapan. La locura toma el control por completo, negando que el razonamiento funcione en mis últimos momentos.
Grito. Grito sin frenos hasta sentir mi garganta sangrar. Grito hasta oír mi corazón latir con fuerza en mis oídos. Los desesperados llamados de auxilio se vuelven ecos que no tienen fin, los cuáles rondan todo el bosque, perdiéndose entre rocas y árboles.
Pero, de un momento a otro, todo cesa.
Mi garganta se cierra y ya no logro pronunciar nada. Algo me impide realizar mis acciones, dejándome quieto como una estatua sin vida.
No se escucha nada más que mi respiración alocada, eso y unas pisadas en la nieve nueva que hay en mis helados pies. Luego de unos segundo en donde solo puedo oír como esa persona o cosa se acerca, una melodía encantadora llena cada rincón de este lugar.
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Entre Caminantes [+18] COMPLETA ✔️
FantasyEstás a punto de entrar a tu peor pesadilla, así que ten cuidado y no te fíes de nadie. No olvides que solo hay una forma de salir de aquí y es siendo un sacrificio para la Bestia, el demonio que maldijo el pueblo. La locura en este sitio es de lo...