Capítulo 31

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-Tú... ¿quieres tener hijos? -Camila preguntó con voz adormilada. Inmediatamente empecé a toser, me había ahogado con mi propia saliva. -Oye, tranquila, solo es una pregunta. -Rió divertida abriendo uno de sus ojos para verme.

-Me tomaste por sorpresa. -Intenté sonreír. -Pero la verdad la idea no me emociona mucho. -Hice una mueca.

Nos encontrábamos en el hospital, era su penúltima quimio, tenía el catéter en la mano y lucía muy cansada, pero aún así quería hablar conmigo en lugar de dormir.

-¿No? -Logré ver un destello de decepción en sus ojos y yo negué. -¿Por qué? -Frunció el ceño.

-No lo sé, no me veo como madre, sería algo extraño, siento que no soy buena con los niños. -Me encogí de hombros. -¿Y tú? -Tomé su mano y empecé a acariciarla con mi pulgar.

-Yo sí quiero, pero... no me atrevería a embarazarme sabiendo que hay probabilidad de que la leucemia sea hereditaria. -Agachó la cabeza.

-¿Te han dicho que es hereditaria? -Fruncí el ceño.

-James dice que no está comprobado pero que la genética juega un "papel decisivo". -Hizo las comillas con sus dedos mientras rodaba ligeramente los ojos.

-Lo siento, Camz. -Torcí la boca.

-Está bien, ya me hice a la idea. -Se encogió de hombros. -James dijo que tenía que hablar conmigo, ¿no te importa?

-Claro que no, en cuanto termine iremos para allá. -Le guiñé un ojo y le di un rápido beso en la mano.

***

-Camila, tienes que llamar a tu familia, necesitamos un donante y no hay ninguno disponible que sea compatible contigo. -James habló severamente.

-No, no quiero que... -La castaña intentó hablar, pero el médico la cortó.

-Camila, si no encontramos donante no servirá de nada que hayas tomado las quimios y las radios. -No había visto al hombre hablarle tan severamente a la castaña, siempre terminaba accediendo a lo que ella decía, pero esta vez, parecía que él tomaría las riendas de la situación y lo agradecía porque Camila no hacía caso tan fácilmente. -No creo que tu familia se niegue, además son las personas más cercanas a ti, es muy probable que sean compatibles.

-¿Puedo hacerme las pruebas yo también? -Intervine y mi novia me volteó a ver rápidamente.

-No... -Le oí decir, pero no le hice caso, en vez de eso miré al hombre.

-Claro, mientras más personas haya, hay más probabilidad. -Asintió. -Pero llama a tus padres, Camila. -Le advirtió.

-De acuerdo. -Bufó.

Después de un chequeo rápido que le hizo a la castaña, pudimos salir de ahí, cabe mencionar que el camino fue completo silencio, al entrar a la casa, por fin habló...

-No dejaré que te hagas las pruebas. -Dijo con voz determinante.

-¿Por qué no? -Fruncí el ceño.

-Porque no, no voy a dejar que pases por eso si resultas compatible. -Habló como si fuera obvio.

-¿Quieres por favor dejar que te ayude? -Mi voz salió un poco desesperada, estaba siendo demasiado terca con eso de no querer exponer a nadie de su familia.

-Ya me ayudas mucho, con eso suficiente, no tienes que hacerte ninguna prueba, Lauren. Solo perderás tiempo, porque si eres compatible no dejaré que lo hagas. -Advirtió y yo empezaba a molestarme.

-Pues siento decirte que no tienes control sobre mi cuerpo, si yo quiero hacerme la prueba y donarte mi médula, lo haré. -La miré directamente a los ojos.

Stay Fearless (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora