Capítulo 40 (Final)

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-¿Lista?- Mi padre suspiró una vez que detuvo el auto.

-Creo que voy a vomitar. -Dije nerviosa, mis manos estaban sudando y mi corazón latía a mil por hora.

-Tomaré eso como un sí. -Abrió su puerta para luego abrir la mía y ayudarme a bajar, noté como las lágrimas se salían de sus ojos discretamente.

-Nunca te había visto llorar. -Dije una vez que estuve de pie frente a él.

-Nunca habías estado más hermosa. -Acarició mi mejilla. Mi vestido era de encaje por la parte de arriba, un escote muy pequeño, mangas bajas del mismo tipo de tela, abajo era liso y suelto. -Sabes que siempre serás mi pequeña, ¿cierto?

-Siempre, papá. -Sonreí a punto de llorar, pero me contuve y lo abracé. -Ahora, sujétame porque estoy a punto de desmayarme.

-Siempre, mi niña. -Me dio su brazo y yo sonreí conmovida, era el momento simbólico en el que me separaba de él y empezaba a formar mi propia familia. Caminamos por la arena, llevaba unas sandalias muy simples, de todas maneras, no lograban verse, y lo agradecía, quizá con zapatos altos ya me hubiese caído, estaba temblando de los nervios. Al acercarnos al lugar mi corazón empezó a latir con demasiada fuerza, me aferré al brazo de mi padre porque sentía que no podría mantenerme en pie.

Giramos para caminar entre las pocas personas que nos acompañaban, mi vista iba pegada al pequeño camino de madera que habían colocado, tomé aire y levanté la mirada, ahí estaba la ojiverde de pie al final de aquel recorrido, estaba completamente hermosa y todo ese miedo desapareció, verla tan segura admirándome con los ojos llorosos me hizo saber que estaba haciendo lo correcto, que me iba a casar con mi persona, con la chica que debía.

En contra de mi voluntad aparté mi vista de ella para admirar los detalles, las sillas color blanco, algunas flores, y la estructura estaba perfectamente sencilla, justo como nosotras lo habíamos pedido, no era nada extravagante y es que Lauren y yo no lo éramos, y eso me encantaba. El mar de fondo se veía precioso, el sol estaba metiéndose dándole al cielo tonos azules, naranjas e incluso morados, todo era precioso, justo como siempre lo había soñado.

Cuando llegué con mi novia la admiré por completo, llevaba un vestido de encaje con una sola manga, dejando ver una pequeña parte de su abdomen, la parte de abajo tenía doble tela, lisa y traslucida. Su cabello ondulado estaba medio agarrado y adornado con unas perlas muy pequeñas, su maquillaje era suave, siempre resaltando esos hermosos ojos verdes que tenía.

-Cuida a mi hija, Lauren. -Escuché a mi padre decirle mientras le daba un abrazo.

-Con mi vida, señor. -Aseguró sin poder quitar la mirada de mis ojos.

-Te amo, mi amor. -El hombre me abrazó y me dio un beso en la cabeza, después se fue a sentar junto a mi madre en la primera fila del lado derecho, en el izquierdo estaban los padres de Lauren.

-No puedo creer lo hermosa que estás. -La ojiverde entrelazó su mano con la mía y habló en mi oído.

-Yo no puedo creer que seas tan perfecta. -Le dije del mismo modo.

La ceremonia duró alrededor de 15 minutos, mis padres lloraban al igual que los de Lauren y a mí solo me quedaba aguantarme las ganas, ya presentía que quedaría como mapache.

-Promete que harás lo que sea que te apasione. -Pedí a Sofi tomándole el rostro con mis manos, la pequeña sí que estaba llorando.

-Promete que no te olvidarás de mí. -Me vio con mucha tristeza y las lágrimas amenazaron con salir.

-Jamás me olvidaría de ti, eres la mejor hermana que pude haber tenido. ¿Entiendes? -Aseguré y ella hizo un puchero. -Sin ti probablemente yo no estaría aquí, así que, gracias por hablar conmigo esa noche. -La abracé muy fuerte. -Te quiero con todo mi corazón, Sofia. -Susurré en su oído después de darle un beso en la mejilla.

Stay Fearless (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora