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Dedicado a: say-kun y yanielizac
Muchas gracias por el apoyo y en el siguiente capítulo dedico más ❤

Vegetta se separó de Auron al ver que este había cerrado sus párpados justo después de terminar y ahora liberaba pequeños y relajados suspiros de sus labios entreabiertos. Era hermoso y no iba a admitirlo jamás pero se había quedado varios minutos recorriendo con minuciosidad cada milímetro de su tez aperlada.

Depósito un beso en su mejilla antes de levantarse con cuidado para tomar su ropa del suelo, sin apartar su mirada amatista del contrario, quien se movía bastante a pesar de estar dormido. Bufó con una sonrisa al escuchar como murmuraba algo inentendible entre dientes y tomó la sudadera roja del piso para cubrirlo con ella, temiendo que pudiera llegar a sentir frío debido al estado en el que se encontraba.

No quería despertarlo para poder salir así que sólo se dejó llevar por su curiosidad, caminando de un lado a otro en el búnker con las ambas manos ocultas en los bolsillos de su pantalón. Había algunas puertas que le impedían el paso a otras zonas, varios armarios de color opaco en la pared y más mascotas de las que el notaba enterado.

Por un momento penso en lo mucho que le costaría mover tantos animales hasta su casa y la sangre se le subió a las mejillas al instante, borrando aquel pensamiento debido a la vergüenza. Ellos no eran nada, que se hubieran acostado no significaba nada, sólo era algo para liberar la tensión y seguro Auron lo veía de la misma manera, porque así era el y tendría bastante sentido.

"Si, tendría sentido..." pensó, frenando sus pasos en medio de la sala de cofres y suspirando con pesadez ante la idea de que aquello fuera algo que hicieran sólo para sentirse bien, como amantes que se encuentran por las noches y se olvidan del otro durante el día. No quería eso, el no era así, el no podía simplemente hacerlo y luego irse.

Lo quería todo, al principio se mantenía dubitativo pero ahora lo sabía con certeza, quería lo bueno y lo malo, incluso lo peor y, aunque le costaba decirlo en voz alta, Auron había logrado meterse en su cabeza y ahora su corazón sólo reaccionaba por el.

Salió de aquella sala, yendo al sofá donde aún descansaba y se detuvo del lado del respaldo, descansando ambos brazos cruzados sobre el y llevando una de sus manos hasta sus oscuros mechones alborotados para brindarle suaves caricias y de vez en cuando, deslizando sus dedos de forma fugaz hasta sus mejillas para escuchar el sutil ronroneo del menor. Una risa se escapó de su garganta al tener al mismísimo Auron tan vulnerable frente a el, actuando como un gato al que le encantan los mimos.

"Bien guardado que te lo tenías, eh, Luzu" pensó, sintiendo nostalgia al recordar lo bien que se veían ellos dos como pareja, siempre riendo y actuando de forma melosa frente a todos, sin miedo a lo pudieran decir y sin un ápice de vergüenza al usar los apodos por los que usualmente se llamaban entre ellos, justo como Rubius y el.

Su relación había sido un completo imprevisto, hasta el se sorprendió cuando empezó a sentir cosas por el y la verdad es que cuando empezaron a salir, se sintió como si jamás fuera a amar a nadie más como lo amaba a el, nisiquiera a su alma gemela si es que algún día llegaba a encontrarla y, bueno, ahora no se sentía capaz de poder repetir aquellas palabras, pero eso no significaba que quisiera menos al castaño, de hecho, quería volver a verlo y de nuevo ser los amigos que eran antes de aventurarse a ser algo más.

Sacó su móvil, buscando su contacto y agradeciendo internamente que no lo hubiera bloqueado aún y le mando un mensaje breve que se tardó más de lo normal en escribir debido a que su mano seguía ocupada brindandole caricias al menor.

[¿Crees que podamos vernos?
Quiero hablar contigo]

Espero. Estaba nervioso, tal vez iba a negarse a aquel encuentro y sería lo más normal pero algo en su interior le decía que iba a aceptar.

[De luqueeee :)]
[Claro tío, sólo dime donde]

Sonrió de alivio al ver la repuesta y después de decirle que en donde fuera estaba bien, decidieron que se verían en su casa. Volvió a guardar el móvil, apartando su mano de Auron para poder buscar entre sus cosas un papel y así dejarle un mensaje que pudiera leer al despertar.

No quería dejarlo solo pero tenía que hacerlo, debía hacerlo si realmente quería arreglar las cosas con el, decir lo que no se pudo aquel día e intentar volver a ser amigos y sino, al menos ser conocidos que toleraban estar en el mismo lugar.

Encontró el papel en uno de los armarios y también tomó una pluma junto con algo de tinta para poder escribir algo conciso.

"Perdón por dejarte solo nene pero necesito hacer algo. Volvere mas tarde para que podamos hablar sobre lo que paso"

Omitió la parte de ir a ver a Rubius y dejó la nota en la pequeña mesita que estaba frente al sofá, haciendo casi imposible que no la viera al despertar y le dio un último beso en la frente antes de salir de una forma bastante ilegal rumbo a su casa, ignorando la molestia que sentía en el pecho y que aumentaba a cada paso, haciendo que quisiera regresar por donde vino para poder ver como aquellos orbes oscuros se abrían con pesadez.

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𝑺𝒐𝒖𝒍𝒎𝒂𝒕𝒆𝒔 [Re-escribiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora