Llegaron a casa y después de bajar las escaleras que llevaban al interior del bunker y Vegetta observó con cierta curiosidad los alrededores, como si esa fuera la primera vez que entraba. No había cambios, todo seguía igual a comparación de la última vez que entró y justo como esa vez, fue atacado por la mascota de Auron. Lo odiaba y como no hacerlo cuando el había sido el causante de que sus "padres" se separaran.
— Frederick, quieto — hablo Auron con tranquilidad y una sonrisa se formó en sus labios al ver como su pollo picoteaba la pierna del contrario.
— Vaya nombre — mencionó sin querer ser grosero y se quedó solo un momento en lo que Auron buscaba el alcohol y otras cosas necesarias en su sala de cofres para luego ir a su sala y finalmente sentarse en el único sofá.
— Joder, que bien se siente — hablo gustoso al sentir la suavidad de los cojines en su espalda e iba a estirar sus brazos hacía arriba para hacer crujir sus huesos pero se detuvo al recordar su herida y maldijo al ver su sudadera roja dañada — malditos mobs...— agregó con molestia mientras se quitaba la sudadera y la arrojaba a un lugar aleatorio.
— Déjame ver — dijo Vegetta con un tono suave, poniéndose de cuclillas frente a el y alzando con cuidado la manga de la playera de Auron, quien lo observaba con tranquilidad — se que es obvio pero no es nada grave — mencionó para que el silencio no se hiciera presente y entre las cosas que Auron le llevo había algo de agua así que la vertió con cuidado sobre la herida para eliminar los pequeños rastros de sangre y después seco el área con una gasa, siendo lo más cuidadoso posible.
— Joder, dime que no me pondrás esa mierda — hablo Auron con un ligero toque de miedo al ver como el mayor preparaba una torunda con alcohol y se maldijo por haberlo llevado en primer lugar.
— Dijiste que querías que te ayudará con tus heridas y eso estoy haciendo... — respondió — además, sólo pondré algo alrededor, así que no te quejes tanto — añadió por último antes de pasar la torunda sobre su piel, rodando los ojos al escuchar los gritos exagerados del pelinegro.
— ¡Ya... ya para, hostia! — maldijo y pudo escuchar como el contrario chasqueaba la lengua.
Oh, ahí iban de nuevo.
— ¡Esa boca! — grito Vegetta, haciendo presión contra la herida y obteniendo una mala mirada — ya no te muevas — sentenció con el ceño fruncido y antes de que Auron pudiera reprochar, continuó con sus movimientos.
— ¡Ah! — dejó escapar de forma intencionada uno de sus gritos sólo para incomodar más al mayor, quien después de escucharlo se detuvo y con cierta inquietud comenzó a buscar los vendajes.
— Ya esta, ¿puedes ponerte el vendaje tu solo o necesitas ayuda, chiqui? — Auron le miro incrédulo por lo que acaba de escuchar y Vegetta recitó más de mil groserías en su cabeza al analizar lo que había dicho.
Sólo fue un descuido, su mente divago por un instante y ya la había cagado, y es que como no hacerlo si ese mismo procedimiento era el que realizaba siempre con Rubius después de una misión. Se levantó de su posición, sintiendo un cosquilleo al estirar las piernas y miro de reojo a Auron, quien se estaba colocando el vendaje con movimientos bruscos y un tanto torpes, como si fuera la primera vez que lo hacía el mismo.
— Venga, te ayudo — se sentó a su lado en el sofá y antes de poder tocarlo, Auron le dio un fuerte manotazo — ¡Eh!
— Ni se te ocurra tocarme, cerdo — se había molestado y ni el entendía porque... bueno si entendía, es decir, nisiquiera el era tan cruel como para estar pensando en Luzu cuando estaban solos pero al parecer Vegetta no tenía problema con ello.
— ¿Estas celoso? — tan pronto escucho esa pregunta sintió unas ganas tremendas de saltar de nuevo contra el y está vez nadie los detendría así que era el momento perfecto. Negó ante la idea y prefirió atacarlo de otra forma.
— Claro que no, mi niño — sonrió con malicia al decirlo y remarcó el "mi niño" con un falso cariño. Vegetta hizo una mueca al darse cuenta de lo que Auron quería dar a entender y se sintió avergonzado por haber pensado que eran celos.
— Ya entendí — respondió por lo bajo y se levantó del sofá, dispuesto a irse de una buena vez a casa — lo siento — agregó cabizbajo y comenzó a caminar hacía la salida.
— De nuevo estas huyendo...— hablo Auron con neutralidad y terminó de colocarse el vendaje de la peor manera posible.
— Auron por dios, ¿que es lo que quieres de mi? — se acercó de nuevo y colocó una mano sobre su pecho con brusquedad — anda, responde — presionó al contrario para escuchar lo que tenía que decir pero no hubo respuesta — ¿lo ves? Ni tu sabes que es lo que esperas de todo esto.
— Al menos yo no intento fingir que nada esta pasando...— trato de no alzar la voz pero sabía que los gritos estaban destinados a suceder, tarde o temprano siempre terminaban de la misma manera — hasta los huevos me tienes con tu actitud — se levantó y encaró al más alto, ¿cuantas veces lo había hecho ya? — ¿crees que no es difícil para mi también?¿no crees que si pudiera yo también fingiría que nada pasa? — pregunto con enojo y rencor en cada una de sus palabras.
— ¿Y que es lo que quieres que haga?— se sentía agobiado por la repentina situación y no creía poder soportar mucho de los ataques de Auron.
— Que lo intentes — respondió con simpleza y parecía bastante seguro de sus palabras.
— Ya lo he intentado todo contigo y no se que más esperas de mi.
— No no, y una mierda que lo haz intentado...— reclamó — dices que lo intentas pero a mi no me engañas tío, se que cada vez que discutimos... te vas a largar y también que cada vez que tenemos una conversación agradable, dirás algo para arruinarlo como el cobarde que eres — Vegetta chasqueo la lengua pero no lo negó.
Tal vez era verdad todo lo que Auron decía pero el tampoco hacía que las cosas fueran más fáciles con su manera de ser, siempre actuando tan reacio e impulsivo que para alguien tranquilo y estricto como Vegetta, era casi imposible seguirle el paso.
Es decir, su relación poco amistosa estaba dividida en dos partes, una era Auron llevandole la contra y haciendo todo lo que le salía de los cojones para molestarlo y la otra era el enfadado sin ganas de dialogar sobre lo que había pasado.
Ninguno dejaba que la relación avanzara. Estaban en un estira y afloja bastante estúpido y la verdad es que ya debían parar o al menos Auron ya quería hacerlo. Estaba cansado de intentar captar la atención de Vegetta con intentos que siempre terminarían igual y ahora quería que fuera él quien lo intentara.
— Esto es... muy complicado — sacó todo el aire que tenía en sus pulmones y frotó su nuca con cansancio — siento que si comienzo a llevarme bien contigo, sería como si me hubiera olvidado de el...— confesó y revolvió sus cabellos bajo la atenta mirada del menor, recargando su espalda contra la pared.
— ¿Entonces que... seguimos igual?¿yo gritando, tu gritando y después pa' casa? — hizo una señal con su pulgar hacía atrás y Vegetta le miro dudoso — no vayas a decir que si tío, no me jodas — agregó con fastidio al ver la cara del contrario.
— No no — movió ambas manos de arriba abajo para que Auron se calmara y siguió — pero vamos a ir por partes, ¿de acuerdo?
— Bien.
— Primero que nada, intentaras ya no hacer nada ilegal o molesto — se cruzó de brazos y el reproche de Auron no se hizo esperar.
— Vale, ¿y si lo hago que? — pregunto, retándolo.
— Hablaré contigo sobre ello — respondió confiado — sin gritos o con ellos, da igual, no me iré hasta que lo resolvamos — agregó finalmente.
— Me parece correcto — sonrió satisfecho y como si acabarán de cerrar un trato, estrecharón sus manos.
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𝑺𝒐𝒖𝒍𝒎𝒂𝒕𝒆𝒔 [Re-escribiendo]
FanfictionAl darse cuenta de que compartían la misma marca sobre sus cuerpos, los fuertes cimientos que habían creado con el tiempo se vinieron abajo junto al futuro que tenían planeado, forzádolos a empezar de cero mientras tomaban la mano de un compañero qu...
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