Auron aceleró sus pasos, estirando sus piernas todo lo que le era posible con cada uno de ellos y gracias a eso, no tardo en vislumbrar a unos cuantos metros de distancia el bosque que marcaba los límites del mayor de ambos. Quería llegar lo más pronto posible, aunque no hubiera ninguna necesidad y pese a que no lo estaban esperando, tan sólo para aclarar lo que había pasado entre ellos y todo lo que podía o no implicar.
Entre más acercaba, más podía sentir como los nervios le invadian el cuerpo y afloraban en cada milímetro de su piel, también el como perdía el valor con cada pequeño avance y sino fuera porque sus ojos se encontraron con los de alguien familiar, tal vez habría regresado corriendo justo por donde había llegado.
—¿Y tu que haces aquí? —pregunto con un tono brusco una vez estuvo frente a el y fruncio el ceño al ver como este se mantenía sereno, como siempre.
Ellos dos tenían una rivalidad que no sabían de donde había surgido, tal vez de todas las veces en que Auron había sido víctima de las bromas del albino o viceversa, no lo sabían, pero ahí estaba, transformando el aire que les rodeaba en algo denso y asfixiante.
—Hola, Auron — saludó Willy, dejando sus brazos cruzados sobre su pecho y su espalda contra la puerta—. Estoy esperando a alguien — añadió con tranquilidad, atrayendo su atención y generándole curiosidad.
—¿A quien? — Deseo saber, acercándose aún más a donde el se encontraba con cautela. El más bajo bufó, entre hastiado y divertido por la situación.
—Adivina — sus ojos se encontraron fugazmente y supo casi al instante, después de ver el breve levantamiento de cejas del contrario, de quien se trataba.
—¿R-Rubius? — Su voz tembló sin que pudiera evitarlo, deseando que la tierra se lo tragara al mostrarle algo así a él, quien estaba más entretenido simulando golpear una campana de victoria, provocando los sonidos con su boca.
—Tenemos un ganador — dijo con falsa alegría, aplaudiendo un par de veces con burla hasta que vio el gesto que le hacía con el dedo medio.
Ciertamente, después de escuchar tal confesión, había perdido las ganas de ver al mayor, las ganas que hace nada hicieron a su cuerpo moverse con rapidez hasta su casa y, la verdad, ahora sólo deseaba que la molesta punzada que sentía en el pecho con cada palpitar, se fuera, pero algo le impedía moverse de donde estaba plantando.
—¿Pero que hace él aquí? — cuestionó, dejando caer las comisuras de sus labios en una mueca lastimera.
—Dijo que necesitaba hablar con Vegetta — confesó sin darle mucha importancia, una que Auron se había encargado de darle en exceso.
—Mierda...— masculló, dispuesto a buscar su valentía escondida para abrir de una estruendosa patada las puertas frente a él y así entrar para impedir que algo pudiera ocurrir, algo que no deseaba escuchar junto a una disculpa al día siguiente.
—Sigue siendo una sorpresa que fueras tú — Antes de que siquiera levantará su pie del suelo, escucho la voz gélida del albino, la cual le hacía sentir como si estuviera en pleno invierno.
—¿Qué? — Le miro con duda, entrecerrando sus ojos y haciendo un gesto de pocos amigos.
—Digo, Vegetta y tu no quedan para nada — mencionó y al escucharlo, su lengua viajo involuntariamente hasta su paladar, produciendo un sonido húmedo que dejaba más que clara su molestia ante el comentario—, incluso Fargan quedaría mejor con el — agregó, sólo para hacerlo enojar más.
—Jodete, gilipollas — le insultó, apretando los puños a sus costados al igual que su mandíbula, ahogando en su garganta los demás insultos que se había planteado decir.
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𝑺𝒐𝒖𝒍𝒎𝒂𝒕𝒆𝒔 [Re-escribiendo]
FanficAl darse cuenta de que compartían la misma marca sobre sus cuerpos, los fuertes cimientos que habían creado con el tiempo se vinieron abajo junto al futuro que tenían planeado, forzádolos a empezar de cero mientras tomaban la mano de un compañero qu...