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Cuando llegué esta mañana al colegio no vi rastro de Yoongi. Ni de sus amigos. Me molestó, lo admito. Estaba molesto, enojado, pero más que todo, preocupado.

Miré hacia todas partes Yoongi no estaba allí.

Caminé hacía la casa de Taehyung a paso rápido apurado, quería saber dónde estaba, quería saber si estaba bien y quería saberlo ya.

Comencé a tocar la puerta como un loco desesperado; si se había drogado nuevamente pues entonces se las vería conmigo.

Pensé que habíamos llegado a un acuerdo, pensé que todo estaba mejor, ¿y ahora qué? Yoongi nuevamente desaparece así como si nada. Es que no podía creerlo.

Nadie contestó la puerta y ese era el colmo de los colmos; no podía ser cierto. Sin embargo tenía en mi mochila la llave de Taehyung, por lo que pude abrir la puerta. Esperaba que no estén sus papás para decirme lo irrespetuoso que soy al entrar de esa manera.

Señor, mi Yoongi está en peligro- diría y luego me reiría de mí mismo por creer que Yoongi podría realmente ser mío.

Lamentablemente, grité hasta que me dolió la garganta y volví al colegio con todas las esperanzas rotas pensando que Yoongi ya estaría allí, pero no. Llegué tarde y la profesora me regañó, fue todo lo que conseguí.

Se supone que eso de la tutoría haría de Yoongi un chico más aplicado, ordenado y con mejores notas, pero parecía que yo me estaba convirtiendo en el chico desordenado que se escapaba de clases y no ponía atención por estar mirándolo.

Así que me acordé de que tenía su número, lo había llamado en algún momento para saber de él. Entonces como un loco desesperado -eso se hacía costumbre- comencé a buscar su número entre mis contactos. Y allí se encontraba, tan lindo como siempre incluso de nombre, el solo hecho de pensar en que escucharía su voz me hacía sonreír.

-¿Hola?- preguntó. No parecía estar drogado, torcí el gesto algo confundido pero a la vez feliz.

-Hoy no has venido-

-¿Jungkook?- preguntó confundido- ¿Cómo es que sabes mi número de teléfono?

-Yo lo se todo- le dije- ¿Olvidas que soy Gloria?- dudó durante unos instantes. Me sentía como un padre obsesivo, pero lo único que quería hacer era comprobar que estaba bien. Ni siquiera me interesaba el hecho de que tenga una mala nota a menos que eso perjudique a Yoongi porque como dice Dios lo que perjudica a su amor lo perjudica a usted.

- Venga Jungkook, no he podido ir hoy...

-¿En serio? Qué coincidencia que justo cuando tú no estás, tampoco está Jimin, o Taehyung, o Hoseok... ¡que coincidencia, en serio que si!

- ¡Te comportas como mi novio!- replicó Yoongi.

Hubo un silencio incómodo y ninguno habló durante un buen rato. Finalmente Yoongi suspiró

- Tae ha comido algo que no le ha hecho bien y decidimos quedarnos a cuidarlo. Sus papás llegarán dentro de un rato, Jungkook, te iré a buscar a la salida, ¿vale?- preguntó. Dudé durante unos instantes sin saber si creerle o no; finalmente cedí.

- Vale- dije finalmente. Colgó el teléfono con un "cuidate Jungkook".

Pero por supuesto que me iba a cuidar si Yoongi me lo decía.

Bien, última hora; ¿qué tan malo podía ser? Él no estaba, eso era cierto. Eso hacía que esa clase fuera un infierno. Nada de risas, nada de coqueteos inocentes, nada de nada.

Comencé a pegarle a la mesa con el lápiz mientras apoyaba mi rostro en mi mano derecha e intentaba poner algo de atención; sabía que debía poner atención pero me ganaba la curiosidad.

¿Qué estaría haciendo? ¿Pensará alguna vez del día en mi, aunque sea un momento?

Seguía golpeando, la profesora seguía explicando, mis compañeros seguían tomando atención. Yo me desviaba cada minuto para pensar en cualquier otra cosa que no fuera la clase.

La profesora se dio la vuelta molesta y me miró fulminante.

- Señor Jeon, ¿puedo interrumpir su pelea con la mesa?- me miró. Alcé la mirada, ¿que me estaba ocurriendo? Debía saber controlar mis hormonas y comportarme como antes; no podía ser así solo porque un chico bonito me traía loco. Asentí con la cabeza y me quedé inmóvil en mi puesto esperando a que toque el timbre, veía la hora cada dos segundos.

Las tres y treinta minutos, pasaban cinco horas y cuando volvía a ver el reloj eran las tres y treinta y dos minutos. Eso era a lo que yo llamaba infierno total, sentía que nunca iba a acabar, la monotonía del día se hacía cada vez más aburrida.

El timbre tocó como si alguno de esos Dioses me quisiera dar un regalo y fui el primero en salir corriendo de allí; quería salir, quería verlo, quería sonreírle y quería saber que no estaba drogado.

Salí de allí con el corazón en la manga, pero al llegar, me encontré con lo peor.

Claro, Yoongi estaba llegando. Podía verlo caminar hacía mi un poco lejos, todavía no llegaba, pero ¡lo había olvidado! Taira se encontraba allí de una manera tan seria que daba miedo y la sonrisa de Yoongi se esfumó cuando se dio cuenta de que ella estaba allí.

Miré a Taira y ella me miró a mí. Se acercó y me tendió la mano para saludarme. Se la recibí; se veía bonita. Traía ese vestido que traía cuando la conocí y el pelo amarrado. Bien, no es muy difícil que Taira se vea bonita.

- ¿Nos vamos?- preguntó con superioridad. Fijé mi vista en Yoongi, al notar que yo hablaba con Taira inmediatamente se dio la vuelta y se marchó.

- Espera aquí- le dije a Taira mientras corría hacía él. Lo tomé del brazo, caminaba enojado. Me dio risa el inocente pensamiento de que pudiera estar celoso.

Le di la vuelta para que me mire.

- Déjame- pidió.- seguro tienes mejores cosas que hacer- miró a Taira con desprecio.

- Me había olvidado de que ella venía hoy.

- Oh wow, ¿entonces disfrutas invitando al chico inútil al colegio?- me miró negando con la cabeza. Suspiré.

- Vamos, sabes que no fue así...- le dije mientras tomaba su brazo- ¡Ni siquiera se porque te enfadas! Tu y yo no somos nada.

Nuevamente negó y se soltó fuerte del brazo. Taira se acercó a nosotros.

-¿Problemas?

-No te metas- le replicó Yoongi. Taira lo miró de pies a cabeza.

-¿Tu eres...?

-La razón por la cual tus bonitos ojos pueden quedar de color morado- contestó Yoongi con una sonrisa; si que podía ser intimidante cuando lo quería. Taira se echó hacía atrás, le pedí disculpas con la mirada a Yoongi por última vez pero no hubo caso.

-Jungkook- dijo Yoogi con una sonrisa sarcástica- ahora si que te puedes ir bien a la mierda.

¿Y tú, crees en la magia?  𓆩*𓆪 𝐾𝑂𝑂𝐾𝐺𝐼 𓆩*𓆪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora