El lunes cuando llegué en la mañana no me encontré con el chico en el cual había estado pensando toda la mañana, ni tampoco estaban sus amigos. Me decepcioné, todo eso me resultaba e iba a una sola cosa.
Me senté en mi lugar y como si el día no tuviera sentido sin él puse mi rostro entre mis manos en plena clase, ¿qué hacía? Yo nunca era de esa manera.
- ¡Jungkook!- exclamó la profesora. Levanté la mirada. Ella se acercó a mi vacilante - ¿qué te sucede?- me preguntó mientras los demás hacían sus tareas. Miré hasta su puesto, vació, solo, como había estado toda la mañana.
- No pude dormir bien, maestra- mentí. Yoongi no estaba, ¿qué se supone que haría? El día pasó tan lento como una tortuga puede cruzar el mundo entero. Nada de risas, nada de sonrisas al verlo. Nada de su humor sarcástico o sus preguntas, nada de Yoongi. No podía ser verdad. Al salir de clases me dirigí hacía donde el director. Toqué la puerta cortés y él hizo señal de que entre. Se encontraba recostado en su silla.
- ¿Qué pasa, Jungkook?- me dijo amable. Le miré no andaba de humor ese día.
- Necesito el número de Yoongi- le dije. Él frunció el ceño confundido. No quería dármelo, ¡maldición!- Lo necesito, director, he quedado en estudiar con él hoy pero ha faltado, me gustaría preguntarle si está bien
- ¿A si?- preguntó levantando ambas cejas haciendo que mis mejillas se pusieran coloradas. Sin embargo, valió la pena porque me dio el número de teléfono que tanto estaba buscando.
Salí de allí lo más rápido que pude y comencé a marcar desesperado. Me detuve durante unos instantes para sacudir mi rostro, intentando controlar mis hormonas y emociones. Quería saber porque no había llegado, quería escuchar su voz. Su risa. Había esperado todo el fin de semana para que fuera lunes y poder por fin escuchar como me ofendía de una manera completamente dulce y ahora que se supone que era el momento, Yoongi desaparecía como si nada. Primero hacía que mi ritmo cardiaco acelere con su sonrisa, ¿y ahora?
Los sonidos de espera de escucharon quince veces durante tres llamadas. Nada. Decidí intentar una cuarta vez.
- ¿Hola?- preguntó una voz. Era Yoongi, pero no era él realmente. Su voz sonaba rasposa. Fruncí el ceño.
- ¿Yoongi?- pregunté. Pude escuchar ruido detrás de él; eran sus amigos, pero no podía entender lo que decían.
-¿Quién eres? Espera, ¿eres un unicornio? ¿qué clase de unicornio me llama a esta hora de la noche?- comenzó a reír desesperado. Algo andaba mal.
- ¿Estás drogado?- fruncí el ceño.
- Por Dios, si- rió nuevamente. Mi corazón comenzó a latir con fuerza, ¿cómo se le ocurría hacer eso? ¿qué sucedía si algo le pasaba? ¿acaso estaba loco? Me tomé el puente de la nariz con mis dedos y suspiré lentamente- ¿Sigues ahí unicornio?- escuché como le daba pequeños golpes al aparato.
- ¿Dónde estás?- le pregunté. Yoongi comenzó a reír nuevamente.
- No te diré, unicornio malo- dijo Yoongi. Sin embargo, sabía que no podían estar muy lejos... ¿o si? ¿a dónde irían? Él comenzó a reír nuevamente- Chicos, ¿adivinen que? El unicornio quiere saber donde estoy- rió nuevamente y la voz de sus amigos riendo se escuchó por todas partes.- No le diré que estoy en tu casa Tae, no llores- dijo de repente. Eso era, ¿qué tan lejos podía quedar la casa de Taehyung?
Corté el teléfono y me dirigí hasta la dirección, me quedé unos diez minutos esperando a que el director saliera de la oficina para poder entrar. Mi corazón latía con fuerza.
Kim Taehyung. Kim Taehyung. Kim Taehyung. Busqué por todas partes hasta que encontré su ficha, anoté la dirección en un papel y salí corriendo de allí. Pillé el primer taxi que encontré, al ver la dirección frunció el ceño y no entendí porque. Simplemente me recosté. Cuando noté que simplemente me había llevado una cuadra, entendí el porque.
Sin embargo, le agradecí.
Me bajé lo más rápido que pude y comencé a buscar el número 199 por todas partes hasta que vi la casa, suspiré y una gran bocanada de aire entró dentro de mí esperando que esa fuera la casa. Si le pasaba algo me culparía por el resto de mi vida a pesar de que era todo menos mi culpa.
Di tres pequeños golpes a la puerta y escuché como Yoongi reía.
La puerta se abrió y vi su rostro, hermoso, despeinado y sonriente como siempre estaba. Sonreí para mis adentros y vi como sus amigos adentro me miraban embobados. Si no estaban drogados, pues entonces no había otra explicación. ¿Dónde estaban los padres del chico cuando se les necesitaba?
Entre y cerré la puerta.
- ¿Qué sucede?- pregunté. Yoongi comenzó a tocar mi rostro. Tenía los ojos rojos al igual que los chicos. Negué con la cabeza, algo debía hacer. No podía simplemente llevarme a Yoongi y dejarlos allí.
- Yo a ti te conozco- me dijo divertido.
- Estás drogado- lo miré. Él asintió y me abrazó.
- Te estaba esperando- me dijo poniendo sus brazos entre los míos. Se sentía bien, pero no haría nada mientras este drogado.
Los chicos parecían ser un problema menor porque Jimin se había acostado encima de Hoseok y encima de el, Taehyung; intentando dormir un poco. Miré a Yoongi. Seguía intentando hacer algo.
- Vamos- le dije mientras lo subía a mi hombro. Yoongi comenzó a subir mi camisa mientras yo intentaba bajarlo. Busqué una pieza por todas partes, pero solo vi la cocina y una nota en el refrigerador: "te hemos dejado comida congelada, nos vemos en dos días, te amamos; mamá y papá"
Encontré la que probablemente era la habitación de los padres; tenía una enorme cama de dos plazas y una tele en frente. Lo recosté allí.
- No te vayas- me dijo cuando me estaba levantando. No pensaba dejarlo solo.
- No me iré... - le aseguré- simplemente llamaré a papá para que no se preocupe.
- ¿Eres Jungkook?- preguntó.
- Si- dije aclarando mi garganta mientras saca el celular de mi mochila. Me senté nuevamente a su lado y comencé a marcar. Yoongi tiró de mi camisa y me acercó, susurrando palabras en mi oído.
- No le digas a Jungkook que te dije que es guapo- rió divertido. Sonreí.
- Descansa un poco, bonito- le dije, mientras acariciaba su cabello y lo miraba. Dios mío. Qué hermoso era. Mis ojos brillaban por lo que tenía enfrente, no había ser más perfecto en el mundo entero.
- Espero que Jungkook también piense que soy bonito- rió nuevamente.
- ¿Por qué?- pregunté.
- No te diré, tu le contarás todo, conozco como eres Gloria, eres una chismosa.
- ¿Gloria?- pregunté confundido- No, soy Jungkook.
- Ay, Gloria, ¡qué cosas dices!
- ¿Estás bien?
- Gloria- dijo de repente. Tragué saliva al ver su mano tocar la mía, me estaba volviendo loco en esa habitación. Escuché a los chicos roncar.- ¿Tu crees que le gusto a Jungkook?
- ¿Para qué quieres saberlo? Pensé que no te agradaba.
- Es para que crea que no me gusta-. Me acomodé a su lado mientras Yoongi se estiraba- la verdad, Gloria, es que me gusta mucho- mis mejillas tomaron un color rojizo.
- ¿Por qué no se lo dices?
- Porque... porque... nunca he tenido novio- susurró- tengo miedo de no gustarle.
- No tengas miedo, bonito- le dije mientras me acercaba un poco a él- He escuchado que Jungkook no deja de pensar en ti.
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¿Y tú, crees en la magia? 𓆩*𓆪 𝐾𝑂𝑂𝐾𝐺𝐼 𓆩*𓆪
Fanfic✶ ⋆。˚ ⁀➷ κøøκĝι˚ ༘ Yoongi siempre ha sido el chico que todos quieren ser: Sus tres mejores amigos son los chicos más guapos de todo el instituto. Se ve bien incluso con polerones enormes y pantalones pitillos. Pero el secreto es que Yoongi nunca h...