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Jungkook sonrió al verme, estaba al lado de Taehyung que también sonreía cuando me di la vuelta para que vean mi atuendo. Se estaban llevando bien, al parecer, y eso me gustaba mucho más de lo que podría contar.

Era como lo que siempre había querido, incluso escuché una palmada en el hombro de uno de ellos por parte del otro justo antes de bajar, ese es un gesto amistoso. Respecto a Jimin sabía que le agradaba. Y sabía que a Hoseok le agradaría si sabía que a ellos también. Nam era nada más mi primo, él aceptaba cualquier cosa que me hiciera feliz y Jungkook me hacía increíblemente feliz como un niño de cinco años que puede decir la palabra supercalifragilisticoespialidoso.

—Te vez hermoso —dijeron al unísono. Los miré un poco confundido, y a la vez agradecido, y les sonreí esperando que me la devolvieran, cosa que exactamente fue lo que hicieron.

—¿Nos vamos? —le pregunté a Jungkook.

El asintió y me tomó de la mano. Mientras salía sentía la mirada de todos encima mío y por primera vez en mi vida, eso no se sentía para nada mal al contrario, me gustaba, me sentía halagado y quería que lo hicieran todo el tiempo. Que el mundo entero se de cuenta de lo feliz que era caminando al lado del chico más bello, tierno, e inteligente del mundo entero. Que todo el mundo se de cuenta de lo feliz que era caminando junto a mi chico perfecto. Que todo el mundo se de cuenta de lo feliz que era con Jungkook.

Caminamos por la vereda del centro durante horas y puedo decir con claridad, exactitud, y sin pensarlo dos veces que fue una de las mejores tardes de mi vida.

No había nada lujoso. No había regalos. No había personas. No había nada más que él a mi lado, y si, en ese instante, era lo único que necesitaba y lo que más me hacía feliz estaba seguro de que aunque no me estuviera tomando la mano en ese instante, aunque no me estuviera haciendo reír o halagando en ese instante, aunque hubiera estado simplemente allí parado, hubiera sido igual de feliz porque a pesar de todos los lugares del mundo, estaba aquí, porque a pesar de las siete mil millones de personas que se encontraban en el mundo él estaba conmigo.

Y eso ya era bastante.

Nuestros dedos entrelazados bailaban de un lado a otro mientras caminábamos, un vals que nunca quería que se acabara. Sus mejillas sonreían cada vez que yo hablaba y sus ojos se achicaban y eso me hacía sonreír a mi porque me había dado cuenta de que su risa era el mejor sonido que había podido escuchar alguna vez.

—Verdad o mentira —dijo de repente.

—Es verdad o reto —le miré fijo.

—Eso mismo —dijo pensativo. Me eché a reír.

—Verdad —elegí— nadie nunca escoge reto

—Lo sé, me dan pena los retos, se deben sentir mal, incomprendidos.

—Venga ya, dime

—Bien, ¿qué pasaría si todos tus deseos se podrían hacer realidad?, ¿cómo sería tu vida ahora? —Me puse pensativo. Sabía que era una pregunta capciosa y que Jungkook examinaría mi respuesta, porque era lo que hacía. Era tan inteligente que podía darse cuenta de lo que pensaba, o simplemente podía ver a través de mi y no quería que piense que mi vida estaba mejor sin él. Al contrario, él me había traído alegría.

Nos sentamos al lado de una fuente de agua, esas donde las personas pasan tomadas de la mano, familias, chicos saltando y jugando y luego nosotros, inconscientes de todo eso porque en ese momento no importaba nada más que tener la sonrisa del otro.

—¿Y entonces? — preguntó Jungkook —¿Todavía no tienes tu respuesta?

—La tengo, hace un buen rato— contesté— estaba esperando el momento para contestar.. Creo que es ahora— reímos.

Él asintió animando a que le diga.

—Pues, si yo pudiera tener todo lo que deseo en este instante... Tendría dos padres que se aman mucho y que me apoyan en todo, tendría tres mejores amigos idiotas y sobreprotectores a quien amar, tendría un primo en casa que me vino a ver desde el otro lado del país solo por mi cumpleaños, pero sobre todas las cosas, tendría un chico guapo en quien confiar. Uno que no solamente es guapo, es inteligente y es divertido y puede convertir una pesadilla en el sueño más deseado — me miró— y claro, tendría un buen promedio del que mis padres estén orgullosos y...

—Bien— sonrió— ¿piensas que tus padres no están orgullosos de ti?

—Honestamente, no.

—¿Por qué no? Yo lo estaría.

—¿Por qué? Tengo malas notas y soy problemático.

— Oh, Yoongi, eres un problema de pies a cabeza.

—¡Dime algo que no sepa!

—La cuestión es, que los problemas son los que nos mantienen vivos...

—Los tratas de esquivar...

—de los que tratas de aprender, los que te hacen querer retroceder el tiempo para que todo suceda de nuevo. 

¿Y tú, crees en la magia?  𓆩*𓆪 𝐾𝑂𝑂𝐾𝐺𝐼 𓆩*𓆪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora