- - - - - - Capitulo 12: Inicia el viaje. - - - - - -

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Era algo extraño, por primera vez en muchos días, Xóchitl logró dormir en paz y disfrutar su descanso esa noche, desde las comodas cobijas hasta el aroma proveniente de estas, Leo por su parte, no dejaba de abrazar a su novia, no por miedo, sino por la sensación agradable que sentía, a ambos les daba mucha paz estar así, sanos y salvos. Aun que no sabían sí era el cansancio o el simple hecho de dormir juntos. Fuera lo que fuera, estaban juntos.

Ella fue la primera en despertar, al mirar de reojo desde la cama a la ventana, el cielo aun estaba de un color azulado y claro, pero con muy poca luz, debían ser como las 7 o las 6 de la mañana. Volteo a ver a Leo, quien aun dormía cómodamente. Xóchitl se quedó viendolo unos instantes, aveces hablaba entre sueños, pero decía cosas en murmullos que no lograba entender, aun asi, era algo lindo y a la vez cómico para ella. Xóchitl acarició la mejilla del muchacho unos instantes, se sentía muy tibio y a la vez suave, para ser un chico claro. Una pequeña sonrisa se dibujó en el rostro de la pelinegra.

- ¿Estas cómoda?... - Pregunto Leo, con voz adormilada, sorprendiendo a Xóchitl.

- Bu... Buenos días Leo... perdón, no quería despertarte... aun es temprano, vuelve a dormir un poquito... - Dijo la indiana en voz baja, mientras jugaba con el cabello de Leo.

- Que mas me gustaría... pero hay que levantarnos... debemos preparar las cosas para el viaje... -.

Un pequeño abrazo de su novia, lo hizo olvidar que mas iba a decir. Se sentía bien, tanto así que por una noche habían olvidado por completo la existencia de ese hombre. Se sentían un poco preocupados, no sabían que les iba a esperar, pero almenos seguian juntos. Ambos se seperaron un poco y se miraron fijo a los ojos. Leo dio un suave beso en los labios de Xóchitl, quien no tardó en corresponder abrazandolo fuerte contra ella, los labios tan tibios del otro eran algo único y a la vez dulce. Era un momento mágico entre los dos, hasta que unos golpes secos, los hizo separarse.

Sobresaltados, los dos chicos se asomaron por la ventana, para su grata sorpresa, Santiago y Valentina estaban afuera tocando a la puerta. Santiago se veía mucho mejor, gracias a Xóchitl.

Ambos se levantaron de la cama lo más rápido posible y silenciosamente bajaron las escaleras, para no despertar a nadie. Aun que no tardarían, acostumbraban despertarse desde antes para preparar el pan. Con mucho cuidado, Leo abrió la puerta intentando hacer que las bisagras de esta no rechinaran.

- Buenos días dormilones, ¿Listos para el viaje? - Preguntó Valentina mientras mostraba su moral. Santiago detras de ella les brindo una sonrisa a la pareja que acababa de despertar.

- Buenos días chicos. – Dijo Leo haciendoles un saludo con la mano a sus amigos.

- Bue... buenos días chicos. - Contestó la morena mientras se cubría el hombro.

- ¡Ora!, ¿y a ti que te pasó?, ¿Qué es esa cosa roja? – Pregunto Valentina, quien había visto una ligera línea roja en parte del hombro de la chica.

- ¿Que estuvieron haciendo?- Preguntó Santiago mientras miraba discretamente el hombro. - Mejor dicho, ¿qué les pasó? –.

- ¿Te caíste de las escaleras de sueño o algo así? – Preguntó Valentina.

- Pues... veras... No sé como decirlo. – Dijo Leo, mientras intentaba organizar en su mente las palabras para poder explicarle a sus amigos lo vivido la noche aterior.

- Ojalá y así fuera Vale... - Dijo la india, a la par que descubria ligeramente el hombro mostrando la marca.

- Auch. – Exclamó Valentina. - No me digas que fue... -.

..::_ La Leyenda del Charro Negro_ ::..Donde viven las historias. Descúbrelo ahora