- - - - - - Capitulo 23: Una trampa para una serpiente . - -

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El sutil sonido de las suelas de los zapatos era el único sonido existente en aquel sendero de escaleras.

Leo se mantenía en la parte trasera vigilando que nadie los siguiera, Santiago iba a la cabeza, guiando al equipo y Valentina y Xochitl se mantenían alertas a la más mínima señal de peligro.

Aquellas escaleras facilitaron la subida de los chicos y estas terminaron por guiarlos a un alargado camino tapizado de piedras que terminaba en una enorme puerta de madera adornada con herraduras de caballo de lo que parecía ser oro.

Leo, con paso firme se acercó hasta la puerta y la contempló unos instantes, pero antes de que pudiera tocarla Valentina lo tomó del cuello de la camisa y lo arrastró hasta unas rocas, donde Xochitl y Santiago se ocultaban.

- ¡¿Pues quien te crees tú?!- Le regañó la castaña dándole un buen sape. -¿Tú crees que estas en tu casa o qué? -.

- ¿Ahora de que hablas? - Preguntó Leo sobándose la cabeza ante tal golpe.

- Leo, no puedes llegar y abrir la puerta como si nada. - Agregó Santiago. - Seguramente estará infestado de sus sirvientes. -.

- ¿Entonces que propones? - Volvió a preguntar Leo.

Santiago lo pensó unos segundos y miró el enorme muro que estaba frente a ellos.

-Tengo una idea... - Dijo el chico sacando de su morral un lazo. - Siganme. -.

El resto lo siguió muy de cerca, no hacia falta preguntar, sabían bien lo que tramaba, pero la idea no les agradaba mucho, en especial a Valentina quien estaba un poco molesta ante la actitud suicida que su novio tenia últimamente. Terminaron por ocultarse tras un montón de rocas en donde el chico les explicó su plan.

- Escuchen... - Pidió el músico en tono serio. - Voy a escalar el muro y buscaré algo del otro lado para atar la cuerda, luego se las lanzo y suben por ahí. -.

- ¿Y qué si te cachan? - Lo regaño Valentina por enésima vez. - Tú siempre metiendo las manos, un día de estos vas a salir chamuscado por andar con tus burradas. -.

- Tendré cuidado. - Se defendió el músico y luego tomó una de las pálidas manos de su novia entre las suyas. - Por algo me dicen gato, además ¿cuándo te he fallado? -.

Antes de que ella pudiera alegar el moreno fue en dirección al muro y con una gran agilidad comenzó a escalarlo. El resto del equipo lo veía atento desde abajo, imploraban con toda el alma que el joven cumpliera con su valiente hazaña. Luego de unos momentos el chico ya estaba en lo más alto del muro y con un solo salto bajó. Los minutos pasaron y aquel chico no daba señales de vida, comenzaban a temer lo peor, en especial Valentina, quien estaba a nada de sufrir un ataque de ansiedad cuando aquella soga salió volando del otro lado del muro.

- ¡Ese es mi amigo! - Dijo Xóchitl con entusiasmo para luego ir hacia tal objeto y sin perder tiempo comenzó a subir.

A pesar de que Santiago les había facilitado la subida, aun era difícil, cuando las manos se cansaban llegaban a resbalar unos pocos centímetros, pero eso no les impidió llegar al otro lado, donde Santiago los recibía.

Una vez todos estuvieron juntos Santiago desató la soga, la enredo y volvió a meterla en su morral.

- Todo un gato. - Dijo burlonamente Leo.

- ¿Qué te digo mano? -.

Antes de que Leo pudiera responder escucharon un par de pasos que se dirigían a donde ellos estaban y sin pensarlo dos veces los chicos emprendieron carrera buscando un lugar donde ocultarse. Para su buena suerte había una pequeña puerta emparejada, cosa que Leo alcanzó a ver.

..::_ La Leyenda del Charro Negro_ ::..Donde viven las historias. Descúbrelo ahora