- - - - - - Capitulo 9: La advertencia. - - - - - -

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Los acontecimientos de las ultimás noches tenían a los chicos con los nervios a flor de piel, Valentina no les quitaba el ojo de encima a los niños para nada, cuidaba que todos estuvieran dentro de la hacienda por lo menos una hora antes de que los últimos rayos del sol se ocultaran. Santiago por su parte se había mantenido distante de los niños, aun así, no dejaba de cuidarlos, pero aquella conversación con el padre lo había dejado más que preocupado, no por él, si no por que aquel ente pudiera desquitarse con otro niño o con su Vale.

Xóchitl tenia muy serios problemás para dormir, despertaba a mitad de la noche sudando y temblando por las pesadillas que se apoderaban de su mente cuando procuraba descansar y Leo, no dejaba de leer e investigar sobre aquel Charro en compañía del Padre Chuy, pero, por desgracia no habían encontrado nada útil.

Aquel ente ya había notado que los chicos eran un hueso duro de roer, siempre estaban cuidándose entre ellos lo cual dificultaría su labor de llevarse a la joven de cabellos oscuros, o al músico de alma valerosa, pero, como cualquier cosa, debían tener un punto débil, y él ya sabia que era... o más bien quien, si bien una valiente y fuerte, una alama fácil de corromper, pero difícil en cuanto a carácter, el alma de Leo, solo necesitaba darle un ligero empujoncito para desatar el odio y la envidia, lo demás pasaría por si solo.

Aquella mañana Leo había decidido ir a visitar a sus amigos para ver como habían pasado la noche o si tenían noticias acerca del charro. Para su desgracia, xóchitl había tenido que volver a su casa, tenia algunos trabajos pendientes por hacer ahí, además, seguía siendo su hogar y debía cuidar el, así como de sus plantas y de su huerto. No habían podido limpiar el cuarto de los tiliches aún, ese mismo día, mercancía como harina, azúcar entre otras cosas había llegado a la panaderia, y el almacen estaba lleno, sin más opción terminaron por guardar las cosas ahí. Ya más tarde arreglarían eso.

Al llegar a la hacienda, se extrañó un poco al ver que no había nadie afuera, generalmente los niños andarían afuera corriendo o gritando por ahí, pero no era así. Intentó abrir el portón, pero se encontró con unas gruesas cadenas y un gran candado custodiando la entrada, aunque era lógico considerando la situación.

- ¡PADRE CHUY! - Gritó desde afuera, pero nadie respondió - ¡SANTIAGO... VALENTINA! -.

Unos instantes pasaron y Valentina se asomó por una de las ventanas para ver quien los buscaba y al ver era Leo, le hizo un pequeño gesto con la mano indicando un "dame un momento" seña que Leo entendió y asintió ligeramente.

- Leo, justo a quien quería ver. - No pasó mucho para que la puerta se abriera y saliera Valentina acompañada de Rosita, se notaba que no había dormido muy bien, sus ojos estaban ligeramente rojos y su expresión era triste.

- Buenos días Valentina. - Saludó lo más amable que pudo. - ¿Está el padre? -.

- No, no está- Respondió esta negando ligeramente con la cabeza. -De eso quiero hablarte. -

- ¿Pasó algo malo? -

- Por el momento no. - Respondió la castaña, dando un pequeño suspiro. - Veras, el padre anda muy ocupado últimamente y no lo culpo por ello... es solo que Santiago... -Hizo una pequeña pausa y miró a la habitación del chico, la ventana estaba cerrada junto con la cortina. – Bueno... él no ha salido de su cuarto desde que el Padre habló con él y bueno... Yo y las hermanas tratamos de cuidar a los niños, pero nos estamos quedando sin comida y esas cosas. -.

-Si ese es el caso ¿en que te ayudo? - Leo le dedicó una cálida sonrisa a la chica, se veía un poco preocupada por todo lo que estaba pasando - ¿Quieres que hable con Santiago? -.

..::_ La Leyenda del Charro Negro_ ::..Donde viven las historias. Descúbrelo ahora