- - - - - - Capitulo 7: Miedo y llanto en la oscuridad. - - - - - -

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El tiempo pasó rápido, para cuando nuestros chicos se dieron cuenta, ya había pasado 1 semana desde que Xóchitl se lastimó el tobillo, para su fortuna las palabras de la hermana Socorro se cumplieron y 2 días después ya estaba como nueva.

Todo marchaba bien, incluso ya hasta había dejado de sentir que la observaban en ratos, hasta había tomado el valor suficiente para volver a su humilde casita, antes de irse, le entregó al padre a aquel extraño escorpión, no quería saber más de eso por el momento. Las cosas habían empezado a mejorar, al menos en algunos aspectos, por otra parte, Leo permanecía demásiado tiempo encerrado en la biblioteca, haciendo apuntes o garabatos, inclusive hace ya una semana que no salía con nadie y Xóchitl estaba decidida a ponerle fin a eso, sabía que dentro de poco sus amigos se irían y quien sabe hasta cuándo se volverían ver. Además, no era normal que Leo actuara así, sabía que algo le ocultaba y quería saberlo.

Al llegar a la panadería, la pequeña campanita sobre la puerta anunció la llegada de la joven quien saludo con una gran sonrisa al joven ex-militar quien se encontraba en el mostrador. Nando había tenido ciertos problemás en el ejército y terminó por regresar a casa, descubrió cosas crueles y deshonestas que los soldados hacían aveces, sin mencionar que varios de ellos eran más ladrones que soldados.

El joven se encontraba leyendo un poco en el mostrador, ahora estaba interesado en las leyes y normas, quizás podría estudiar para ser abogado, cosa que por el momento parecería difícil, pero quizás encontraría el modo. Cuando estaba apunto de cambiar de página, la pequeña campana llamó su atención, al voltear a ver, vio que se trataba de su "cuñadita", como el cariñosamente le decía.

- ¡Buenas tardes cuñadita! - Le saludó Nando gustoso. - ¿Vienes a buscar a Leo?, Está en su cuarto, a ver si tú puedes convencerlo de que coma algo, no ha probado un solo bocado en 3 días y mi abuela ya está preocupada.

- Hola Nando. - Devolvió el saludo Xóchitl - A eso vengo, ha andado muy raro desde hace rato, veré si puedo hacer algo para ayudar. Pero primero saludo a tu abuela, con permiso. -

Ella le regaló una sonrisa al chico y subió las escaleras para encontrarse con doña Toñita recostada sobre su cama.

- Buenas tardes Doña Toñita. - Saludó la india amablemente. - ¿Cómo esta hoy? -.

- Vieja mi Xóchitl, vieja. - La anciana le extendió los brazos y una vez la morena se acercó le dio un abrazo. - Que bueno que estas aquí, estoy preocupada por Leo, ya intenté hablar yo con él, pero está demásiado metido en su mundo, espero que a ti si te escuche. -.

-Ya no se mortifique. - Xóchitl le sonrió cálidamente. - Yo hablaré con él. -.

La mayor le agradeció con unas ligeras palmadas en la nuca.

Xóchitl por su parte se dirigió al cuarto de Leo, se detuvo afuera y tocó suavemente la pueta.

-Leo, soy Xóchitl. - Dijo con tono amable, aunque se notaba algo de preocupación. - ¿Puedo pasar?-.

Unos segundos pasaron y la puerta se abrió.

- ¿Xóchitl? - Se notaba que tenía una o dos noches sin dormir debido al estado de su cabello y las ojeras que resaltaban bajo sus ojos. - Que alegría me da verte, pasa. -.

Cuando Leo abrió la puerta Xóchitl esperaba encontrar un caos total pero no fue así, al contrario, todo estaba en su lugar, con un poco de polvo, pero en su lugar, lo único que resaltaba era un libro que estaba sobre el estante.

-También me da gusto verte Leo. - Dijo ella sentándose en la cama, había confirmado lo que ya sabía, el chico tenía un rato sin dormir. – Leo, no quiero que sientas que ibvado tu privacdad, pero, ¿Podrías decirme que pasa? -.

..::_ La Leyenda del Charro Negro_ ::..Donde viven las historias. Descúbrelo ahora