- - - - - - Capitulo 19: El sepulturero. - - - - - -

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Después de unos minutos de caminar, llegaron al pueblo, y después de andar entre calles, estuvieron justo frente al edificio.

- ¿Es ahí? - Preguntó Xochitl mientras señalaba el edificio que Valentina y Santiago habían explorado un día antes.

- Ahí merito. - Dijo Valentina mientras encaminaba al grupo al edificio.

- Bueno, pásenle a lo barrido chicos. - Sonrió Santiago y abrió la puerta del lugar dejando pasar a las chicas y a Leo.

- Este lugar parece cárcel ¿o es mi idea? - Dijo Leo, mientras se paseaba por el lugar, los barrotes de metal lo dejaban en claro.

- Sí, era un registro, una corte y juzgado. - Contestó Santiago, de nuevo los malos recuerdos.

- Eso explica los barrotes-.

- Hey San Juan, no te quedes atrás. - Dijo el músico llamando la atención del muchacho quien había comenzado a apartarse por andar explorando el lugar. Al abrir la puerta, los chicos quedaron sorprendidos. Todos los documentos habían sido destruidos, pilas incontables regadas por todos lados, y reducidas a cenizas y escombro, nada parecía haberse salvado.

- ¿Qué pasó aquí? - Valentina tomó unos papeles del piso, increíblemente, estaban quemados.- Esto no estaba así... -.

- Esto fue hecho por alguien... Y de mala fe... - Santiago buscó entre los papeles que aún estaban en buenas condiciones, alguna pista, una señal, un indicio, pero no, nada era útil.

- Creo que la respuesta a la pregunta ¿Quién lo hizo?, resalta por si sola.- Dijo el castaño mientras levantaba un papel con la herradura de un corcel hecha en el centro de la hoja, no estaba hecha por suciedad o tierra, sino por calor, estaba quemada.

- Él sabia que vendríamos...- Dijo Valentina con aire melancólico.

- Más bien, quiso asegurarse de que no encontráramos nada.- Xóchitl dio un largo suspiro y se recargó en un mueble, la poca esperanza que quedaba con vida, ahora estaba muerta.

-Jijo de la... mandarina, sandia y fruta... - Renegó Santiago, hacerlo enojar a él era algo muy difícil y ese hombre ya lo tenia más que fastidiado, eso sí, el músico ya enojado, no había quien se atreviera a hacerle frente.

- Dudo que encontremos algo aquí. .- Habló Leo, su pesimismo terminó por contagiar a los otros 3 chicos quienes suspiraron con resignción.

-De lo poco que se salvo, todo es inutil. - Santiago tomó un puño de papeles, nada, todo era basura.

-Aquí tampoco hay nada útil. - Dijo Valentina. Abrió aquella caja fuerte en la que habían encontrado las monedas y los papeles, para encontrarse solo con un puñado de cenizas y las monedas habían desaparecido.

-No... Pero... ¡Ya sé! - Dijo Santiago casi en un grito y en sus ojos relució un esperanzador brillo. - Vamos a las celdas. -.

- ¿Quieres revivir viejos tiempos? - Se burló Leo.

- Ahora no, San Juan. - Contestó el chico con un tono serio en su voz, sonaba un poco intimidante, no le gustaba que bromearan con eso, su pasado como ladrón era algo que lo atormentaba muy seguido y a pesar de que no se arrepentía, había noches en las que no podía ni dormir por las pesadillas o los malos recuerdos.

Valentina notó su incomodidad, se acercó a él y tomó su mnao, para luego sonreírle cálidamente y él, le regreso la sonrisa.

El equipo entró a una habitación que estaba en el otro extremo del lugar, en el recinto, el chico se acercó al escritorio donde ellos suponían se sentaba el carcelero, todo parecía intacto, el chico revolvió papeles y buscó con desesperación algo.

..::_ La Leyenda del Charro Negro_ ::..Donde viven las historias. Descúbrelo ahora