- - - - - - Capitulo 25: Corazón marchito . -

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Al salir del cuerpo de agua, los 3 chicos dieron una gran bocanada de aire y ya más tranquilos nadaron a la orilla de la corriente. En efecto, aquella grieta los había llevado a la entrada de un túnel sumergido en las penumbras, un aire frío que calaba hasta los huesos recorria el lugar y para colmo lo que parecían ser lamentos, salían de aquel túnel dándole al ambiente, de ser posible, un escenario más tétrico.

- Apúrense... - Pidió Leo en tono serio mientras salía de aquel arrollo completamente empapadado. -Ahora hay que encontrarla-.

- ¿A caso tienes un plan? - Preguntó Valentina mientras era ayudada por Santiago a salir del agua. Leo se detuvo ante tal pregunta, por supuesto que no tenía un plan, todo lo iba improvisando conforme a la marcha.

-Seguro el charro sabe que vendremos a buscarla, te apuesto a que va a tener a su sequito cuidando el lugar. -.

- En el momento nos las ingeniamos para burlarlos. - Insistió Leo mientras daba un par de pasos dentro de aquel túnel.

- No servirá de nada si nos atrapan antes de encontrarla. - Suspiró Valentina y Leo bufó con fastidio. - ¿Tienes un plan gato? -.

- Llegar de sorpresa, rescatarla y salir de ahí. - Respondió el músico mientras sacaba de su morral una vela y unos fósforos que para fortuna de los chicos seguían secos dentro de un frasco de vidrio. - Así de simple. -.

Luego de sacar un par de fósforos y después de intentarlo un par de veces, el fosforo se encendió y con este prendieron la pequeña mecha de la vela, había que aceptar que una lámpara de aceite habría sido de mayor ayuda, pero por desgracia, la habían olvidado sobre la mesa de la cocina, ante tremendo alboroto.

- ¡Si nos agarran, no nos la vamos a acabar! -Dijo Valentina imaginando una pequeña parte de todo lo que ese hombre podría hacerles como simple desquite.

- Solo no hagan ruido. - Pidió Leo con un tono serio, a sus ojos estaban perdiendo valioso tiempo en una charla estúpida.

- Ruido... - Dijo Santiago y su rostro se iluminó, Leo y Vale no necesitaron de más para saber que una idea había cruzado sus pensamientos. - ¡Eso es!, ¡podemos distraer a sus sirvientes mientras tu buscas a Xóchitl! -

- ¿Y que hay del Charro?- Preguntó Leo, aún con molestia en su voz.

- Busquemos una salida, habrá que exponerlo a la luz del sol. - Respondió el chico mientras alumbraba el túnel que se levantaba frente a ellos y Leo le dedicó una mirada de fastidio. - Mi plan no es perfecto. -.

- Es mejor que nada. - Dijo como último la minera y los 3 se encaminaron por el oscuro corredor.

La sutil luz que brindaba la vela, ayudaba bastante a ver el sendero que recorrían, había veces en las que un fuerte y extraño olor a azufre infestaba el lugar, pero no prestaron mucha atención a eso. Extrañas siluetas se dibujaban ante la luz de la vela y de vez en cuando podían escucharse los ecos de lo que parecían ser lamentos o gritos, tales quejidos les ponían la piel chinita a los del equipo, pero no se daban el lujo de detenerse a investigar y mucho menos, de temer, así que solo seguían la marcha.

El túnel por el que caminaban no era más que una pequeña parte de lo que parecía ser un laberinto, había veces en las que se veían forzados a elegir entre 3 caminos distintos para luego toparse con la sorpresa de que ese camino no tenía salida o en los peores casos, que llevaban a un sendero que no hacía más que hacerlos correr en círculos.

Tras varios minutos corriendo de aquí para allá y ya fastidiados dieron con un enorme muro de piedras, que a diferencia de los otros este parecía ser parte de un derrumbe, estaba sellado. Leo suspiró y en un arranque de furia golpeó aquel muro repetidas veces. Ni Santiago ni Valentina hicieron algo para detenerlo, solo lo dejaron desquitarse.

..::_ La Leyenda del Charro Negro_ ::..Donde viven las historias. Descúbrelo ahora