- - - - - - Capitulo 30: Contra la espada y la pared . - - - - - -

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- ¡¿ESTAN BIEN?! ¡¿VALE?!, ¡XÓCHITL!-

La voz de santiago retumbo en un eco entre las piedras de aquel laberinto. Rezando que valentina y xochitl estuvieran bien y que aquel derrumbe no les hubiera caído encima.

Leo desesperado, intentaba subir por el muro de piedras que se había formado entre ellos, pero cada vez que intentaba subir, las piedras sedian ante su peso, haciéndolo resbalar al piso. Cuando una tos, justo al otro lado de esa pared, lo detuvo.

- ¡S-si, estamos bien gato! – Respondio valentina, cubriendo su boca con su paliacate rojo.

- ¿Ustedes están bien? – Pregunto Xóchitl, intentando disipar la tierra y polvo de su rostro para poder respirar y ver donde estaban.

Leo suspiro aliviado al ver que las muchachas estaban bien, cuando el eco de unos pasos no muy lejos de ellos los interrumpió. No podían saberlo a ciencia cierta, por el eco, ni cuantos serian o que tan cerca estarían, pero conociendo a ese hombre, estaban seguros que tomaría sus precauciones para que no escaparan.

- ¡Avancen chicas!, Intenten buscar una salida, - Grito santiago a las chicas, del otro lado.

- ¡Santiago, no podemos dejarlas ahi!, ¡El charro anda por aqui!, Es como entregarlas en bandeja de plata. –

- Podemos pasar media hora poniendonos a salvo, o media hora intentando reunirnos para que nos atrape juntos, ... ¿tu que prefieres? – Pregunto santiago, intentando hacerlo entender a leo las consecuencias.

- Pero es que, ... - Leo intento protestar, pero la voz de Xóchitl lo interrumpio.

- Dense prisa y corran chicos, ... -

- Ustedes no se apuren, ¡Los vemos afuera! - Concordo valentina con su amiga. – Por favor tengan cuidado, ... -

Con estas ultimas palabras, ambas muchachas corrieron por uno de los estrechos pasillos de ese laberinto, dejando a leo y santiago un poco perturbados, al escuchar a las dos muchachas correr y alejarse de ellos hasta ya no poder escuchar sus pasos.

Santiago, se encamino hacia el otro lado de aquel pasillo, pero al notar que leo se había quedado junto al muro, regreso junto a su amigo, y coloco una mano en su hombro.

- Confia en ellas, ... saben defenderse, ... -

- Creeme, ... yo confio plenamente en ellas, pero en quien no confio es en ese catrin. – Tras decir estas palabras, leo se volteo para ver a su amigo, tenia una cara de preocupación que apenas podía disimular.

- Yo tampoco, pero no podremos ayudar a nadie si nos atrapan. Aqui no somos más que un blanco fácil, ... -

Con resignación, los chicos se apresuraron a buscar la salida más cercana a ellos, al igual que las chicas. No era una tarea tan fácil como creían, a momentos terminaban por dar vueltas en círculos y otras terminaban por quedarse atrapados entre una fría pared de piedra, sin contar que su única luz era la luna que lograba filtrarse por las grietas del techo de aquella cueva.

- No cabe duda, ... Ya pasamos por aquí, ... – Dijo valentina, al ver el pequeño dibujo que había hecho hace unos instantes en una piedra. - Estamos perdidas, ... -

- No te apures, ... Hay que intentarlo por otro pasillo. – Xóchitl, señalo con la mano un pasillo cercano a ellas, pero antes de poder acercarse, valentina la interrumpio.

- Nos tomara tiempo, ... A ver, ... Tu quédate aquí, si vuelve a temblar, preferiría que fueras tu quien me cache, en vez de una piedra. -

La castaña no dijo más, y antes que su amiga pudiera detenerla, se apresuro a subir por uno de los muros hasta llegar lo más alto que podía en el muro, no quería quedar al descubierto y que el charro las encontrara por su imprudencia.

..::_ La Leyenda del Charro Negro_ ::..Donde viven las historias. Descúbrelo ahora