22

363 52 43
                                    


Habíamos llegado a casa, yo me había ido a mi cuarto para poder bañarme y quitarme la arena que había quedado, al salir de mi cuarto miré a Okuyasu con el cabello todavía mojado, era raro verlo sin su habitual peinado.

Me acerqué a él y todavía olía al jabón que utilizábamos en casa, era olor a cerezo, me gustaba el aroma.

— Hola — le dije con una sonrisa.

— Hola — responde sonriendo.

— ¿Ya tienes hambre?

— Un poco, ¿por qué? ¿Cocinaras para nosotros? — tenía una sonrisa.

— No tengo ganas, pensé en pedir comida rápida como ¿hamburguesas? O no sé, lo que ustedes prefieran.

— Lo que tu quieras está bien — toma mi rostro con sus manos.

— No, yo te estoy preguntando que pedir.

— Yo quiero un beso — se acerca su rostro al mío para robarme un beso, sus mejillas se ponían rosadas.

— Eso no te va a llenar — reí.

— Para mi es suficiente — responde de manera melosa.

— ¡Awww! — le volví a besar con ternura — Pero en serio, dime que quieres comer.

— Yo solo te quiero comer a ti — dice en un tono pícaro, me daba ternura ya que se notaba avergonzado, una de sus manos baja a mi cintura haciendo que me acercara más.

— Okuyasu — chillé, él  acerca a mi oreja y mordisquea el lóbulo se la oreja, yo río antes su acción — No sigas, me haces cosquillas.

— No quiero — susurra haciéndome sentir un escalofrío. Sus labios bajan a mi cuello dando pequeños besitos.

— ¡Okuyasu! — me quejé antes su acto, era una sensación rara, que provocaba que mis mejillas se sonrojaran.

— ¿Qué? — pregunta de manera inocente, me miro a los ojos que se notaban brillantes.

— No me has dicho que quieres comer — hice un puchero.

— Ya te había dicho que a ti — imita mi puchero.

— Okuyasu, pero Josuke también debe de tener hambre, ¿él qué comerá? ¿También me va a comer? — pregunté alzando mis cejas.

— ¿Qué? No, no te pienso compartir — niega con su cabeza, haciéndolo ver adorable.

— Entonces dime que quieres comer o Josuke tendrá que comerme — amenazó en tono me broma.

— Esta bien. Pidamos ramen — pidió con rapidez.

— Gran elección — toque con mi dedo índice si nariz, me separé para ir a buscar el teléfono y marcar a un restaurante de ramen que tenía entregas a domicilio.

Cuando acabé la llamada, subí al segundo piso donde miré a ambos chicos hablando.

— El ramen llegará en 45 minutos — interrumpi su plática.

— Que bien — responde Josuke, este ya estaba peinado como era costumbre.

— Que rápido te peinas — mencioné con asombro — Pensé que te vería sin tu peinado.

— Mi peinado es parte de mi, si me ves sin mi peinado es como si no fuera yo.

— Pues quiero ver al Josuke no Josuke — reí.

— Nunca lo verás — dice con una sonrisa.

— Ni yo lo he visto sin ese peinado — dice Okuyasu.

— ¿Ves? Nunca me verán así — Josuke sonreía.

...

Habíamos terminado de comer, y Josuke se había ofrecido a lavar los platos, Okuyasu dijo que lavarla los vasos y cubiertos, mientras que yo los secaba y acomodaba en sus respectivos lugares.

— ¿Y si pones música? — pregunta Okuyasu.

— Iré por la radio, ustedes esperen — les dije para salir de la habitación, pasé por el pasillo busque en la sala, al encontrarla escuché a los chicos hablar, me asomé por la orilla

— Mañana deberías salir a solas con Yoshi, yo me haré el enfermo y ustedes pueden tener un rato romántico — dice Josuke.

— Pero, ¿qué harás en casa? Yoshi no querrá salir si estás enfermo — dice Okuyasu.

— Pues... — se quedan en silencio, lo único que escuchaba era el sonido del grifo abierto. Trague saliva por la inquietud — ¡Lo tengo! — grita Josuke.

— ¡Ay! — di un salto porque me asustó.

— ¿Yoshida? — preguntaron ambos chicos. Entré a la cocina algo resignada porque quería escuchar su conversación.

— Ya encontré la radio — sonreí algo nerviosa.

— Nice — dice Josuke.

— Sí que bien — murmura Okuyasu. Conecté la radio y sonaba la estación de radio de Tokio.

— Ahora vengo, tengo que hacer una llamada — dije fingiendo recordar que necesitaba hacer una — Okuyasu, ¿me podrías ayudar a secar los trastes?

— Claro — aceptó. Yo me fui y tomé el celular de casa y fingi hacer una llamada. Escuché que ellos iban a seguir hablando.

— Pues podré ver televisión escuchar música o jugar videojuegos de los que tienen aquí, no te preocupes por mi — le dice Josuke a Okuyasu.

— Eres genial — le dice como forma de agradecimiento.

— Pero quiero que aproveches y recuerda tomar fotos de lo que sean que  vean quiero imaginar que los veo.

— Eso suena morboso.

— Pero es que es lindo ver  que mis amigos sean felices y no les podré dar carrilla por lo que la pasarán mejor.

— Esta bien — acepta Okuyasu.

— Y quizás mientras no estén puedo llamar a Koichi y contarle que gané la apuesta y cuando lleguemos me serviría mucho que se dieran un beso. Quiero ver la cara de Rohan y Koichi — Josuke comienza a reírse.

¡𝚑𝚘𝚕𝚊!

𝚎𝚜𝚙𝚎𝚛𝚘 𝚚𝚞𝚎 𝚕𝚎𝚜 𝚑𝚊𝚢𝚊 𝚐𝚞𝚜𝚝𝚊𝚍𝚘 𝚎𝚜𝚝𝚎 𝚌𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘, 𝚢 𝚕𝚎𝚜 𝚚𝚞𝚒𝚎𝚛𝚘 𝚑𝚊𝚌𝚎𝚛 𝚞𝚗𝚊 𝚙𝚛𝚎𝚐𝚞𝚗𝚝𝚊. ¿𝙻𝚎𝚜 𝚐𝚞𝚝𝚊𝚛𝚒𝚊 𝚘 𝚚𝚞𝚒𝚎𝚛𝚎𝚗 𝚕𝚎𝚎𝚛 𝚚𝚞𝚎 𝙾𝚔𝚞𝚢𝚊𝚜𝚞 𝚢 𝚛𝚊𝚢𝚒𝚝𝚊 𝚑𝚊𝚐𝚊𝚗 𝚎𝚕 𝚍𝚎𝚕𝚒𝚌𝚒𝚘𝚜𝚘?

No me gusta él, me gustas tú [Okuyasu x Reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora