Cuando tenía once años me hice una promesa... la promesa que no dejaría que nadie me haga llorar. Nadie merecía mis lágrimas, ni mi familia ni mis amigos ni siquiera ese ser supremo al que solía alabar.
Y lo cumplí.
Las últimas veces que llorado en los últimos cinco años han sido causa de la muerte de mamá y mi abuela, la esposa del abuelo, y nadie más.
Y también por la muerte de...
Es mejor no decir quién.
Pero ese día fallé, y si fallas una fallarás dos y así y así.
Pero es comprensible, me sentí sumamente decepcionada.
Lo peor es que ni siquiera estaba llorando por tristeza, estaba llorando del enojo que he tenido atrapado durante años y por la decepción que sentí cuando papá cayó del pedestal donde lo tenía posicionado.
Cuando caí al suelo solté un grito tan fuerte que me quedó ardiendo la garganta.
El ser humano suele idolatrar a otros seres humanos... yo nunca fui así. No me gustaba admirar a alguien, pero papá... papá siempre fue mi ejemplo a seguir, me dije a mi misma que el día que yo supere a papá, ese día sería el día que me convertí en lo que siempre quise.
¿Y lo logré?
Lo tendrán que saber después.
Fue un bajón total el que me dio enterarme de eso, pero así es la vida, te golpea una y otra vez, y tienes que ser lo suficientemente inteligente para saber cómo devolverle el golpe.
Porque si lo intentas hacer por simple orgullo, créeme, vas a terminar peor.
—Ven —dijo suavemente Harry— aún hay ropa tuya en mi closet. Daté un baño —me ofreció su mano y la tomé.
Me levanté y cuando estábamos a punto de llegar a las escaleras alguien tocó el timbre.
Hayden fue a abrir y apenas abrió la puerta Iván vino corriendo a abrazarme.
—Iv, estoy mojada.
Yo siendo yo.
—Déjate de pendejadas y déjate querer.
Iván siendo Iván.
—Entré a tu casa y tu papá me dijo que estabas aquí. ¿Qué pasó? —dijo preocupado.
Harry respondió por mí. —No quiere hablar de eso.
—Perdón porque de ley ya no vas a poder quedarte en mi casa.
—Se puede quedar aquí —interrumpió mi tía—. El cuarto de huéspedes está libre.
—Gracias, enserio —respondió él.
—¿Y yo? —pregunté.
—Usted se va quedar conmigo, señorita.
No me opuse.
Después de eso me bañé, me puse una blusa de Harry y me acosté.
Harry se puso a ver algo en su laptop y luego se acostó en la cama.
Se acomodó y me susurró al oído.
—¿Sabes que siempre voy a estar para ti?
—Lo sé —respondí.
Después de un rato se quedó dormido.
Harry cuando ya está completamente y profundamente dormido comienza a suspirar mucho.
Así me pude dar cuenta cuando ya era seguro pararme.
Me levanté con cuidado.
Me vestí rápido y salí del cuarto.
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JESSICA
Mystery / Thriller"Ella no es peligrosa por saber lo que quiere. Lo es por saber lo que vale." -David Sant. Vivir en un mundo de narcotraficantes suena como una pesadilla, ¿no? Pues para Jessica Di Angelo es lo mejor del mundo. Hermosa y letal es como muchos la descr...