9🍁 El Precio De La Verdad

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—Me duelen los brazos —me quejé— y también la cabeza

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—Me duelen los brazos —me quejé— y también la cabeza.

Aguanta, Jessica. Solo faltan tres días.

Así es. Dos semanas de vacaciones y llevo semana y media castigada. Condenada a ayudar a Ester en todos los quehaceres de la casa.

—Ya, Jessi —me dio ánimos Ester—. Mira, anota la lista de las cosas que hay que comprar en tu celular y pásate por la tienda. Está escrita en el refrigerador.

A regañadientes hice caso. Anoté los cuatro alimentos que decía en la lista, guardé mi celular en mi bolsillo, tomé mis llames y salí de la casa.

Les cuento un dato curioso, largo, pero importante.

Old Road es una ciudad pequeña, no como un pueblo, pero no tan grande como el resto de las ciudades de Argentina y es por una simple razón:

Old Road es la única ciudad en el país, (y creo que en toda Latinoamérica), que el idioma natal es el inglés.

Ustedes leen esta linda historia en español porque yo se las cuento así, pero mi lengua principal es el inglés.

En la ciudad solo hay como seis colegios, dos de gobierno, dos para clase media y dos privadas/de nivel alto, y como dos universidades.

Dicho esto hay solo dos urbanizaciones donde vive por general la gente de clase alta: donde yo vivo, Hope River, que es sumamente inmensa y New Lake que es donde vive Ben, con Leo y Gabriel, y Iván, que es más pequeña, por general la gente que vive ahí es porque le gusta más tener poca gente alrededor.

Dicho esto y dejando claro que donde vivo es sumamente inmenso puedo seguir con la explicación.

Como es tan grande la ciudadela y, para colmo, estamos al sur de la ciudad, aquí hay dos tiendas. Una para el sector de la entrada hasta la mitad y otra para los de la mitad hasta el final. Y una farmacia que queda a la mitad.

Y aquí va el chiste: la tienda de mi sector está cerrada porque los que la atienden están con problemas personales y me toca ir caminando hasta la otra porque no tengo ni siquiera una bicicleta.

Y ahí iba a yo: caminando un trayecto de 10 minutos.

Para distraerme me puse a cantar El Baile de los que Sobran, me gusta saber español porque entiendo y me gustan las canciones en español, en especial las viejas que son las mejores.

Cuando invente la máquina del tiempo iré a un concierto de Soda Stereo.

—¿Qué cantas, primita?

Solté un grito tan fuerte que los niños del parque me quedaron viendo.

—No me vuelvas a asustar así, Tomlinson —lo golpeé en el hombro.

—Ya, ya, perdón, pero ¿Qué cantabas?

Los prisioneros.

Me miró con cara de ¿Y esos quiénes son?

JESSICADonde viven las historias. Descúbrelo ahora