22🍁 Te Quiero...Pero De Lejos II

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Iba tarareando Lost In Reality mientras caminaba a la casa de los Vetanco

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Iba tarareando Lost In Reality mientras caminaba a la casa de los Vetanco.

Hey, hey, Hailey, won't you save me?

Ya al llegar a la puerta, toqué el timbre.

No pasó mucho tiempo cuando Marisol me abrió.

—¡Jess! No sabía que venias. Pasa —se movió para darme espacio.

Marisol como siempre se veía perfecta.

Llevaba su cabello rubio elevado en una coleta alta, rímel y delineador negro que hacía resaltar sus ojos color miel.

Luca y Marco son una perfecta combinación de sus padres. Los ojos de Marisol y el cabello de Liam.

Le di un beso en la mejilla y entré a la casa.

Paredes azules y detalles de la gama del mismo, piso de madera, decoración minimalista... esa casa era una real belleza.

Conversamos un poco.

—Tienes suerte de nacer en esta época. En mis tiempos, y eso que nací ya entrados los 80's, no podías llamar, mucho menos buscar a un chico. No importaba si era tu novio o mejor amigo. Básicamente eras una cualquiera si lo hacías.

—No es la época, Marisol, es la educación. Tengo muchos amigos con padres así de retrogradas. Es lamentable.

Las dos asentimos y quedamos unos segundos en silencio.

—¿Acabo de escuchar a una niña pelirroja?

Los padres de mis amigos me quieren y querían. Aún me saludo con los padres de Anel y también los padres de Astrid solían quererme.

A las madres de Allie me costó ganármelas, pero me terminaron queriendo. A Marisol ya la han visto antes, me quiere como una hija. El papá de Iván me quiso desde un principio y Hayden no hay ni que decirlo.

Pero Liam...

Liam me adora.

Vi la figura del papá de mi novio y mi mejor amigo bajando por las escaleras y sonreí.

—¡Liam! —chillé como niña y corrí hacia él.

Él terminó de bajar, me abrazó y me alzó dándome vueltas.

—Sabía que había escuchado tu voz chillona —dijo al bajarme.

—¡Oye! —me quejé— A tu hijo le gusta mi voz —dije con una sonrisa.

—Ni a mí me das tanto cariño —Marisol se nos unió.

Liam se acercó a ella y le dio un beso.

—Mentirosa.

Él abrazó a su esposa y luego se acercó de nuevo a mí.

—¿A cuál de los inútiles vienes a ver?

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