⇻Someone Else⇺Jenlisa/Chaelisa fanfiction

⇻Juicio

Por favor perdonen si hay erroes gramaticales, me dormí mientas intentaba subir el capítulo.

Tuve que resubirlo porque algunxs me dijeron que no podían abrirlo. Enjoy.

No olviden votar y comentar❤

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  El arresto de Chaeyoung había sido noticia durante las últimas semanas, todos los titulares llevaban el nombre de la castaña seguido de una foto saliendo de su apartamento. Habían pasado casi dos meses pero los rumores seguían sin cesar.

  Hoy sería el último juico sobre su causa. No serían muchos años, mínimo dos pero máximo cinco, habían logrado llegar a un acuerdo luego de semanas de negociación. Rosé quizás había cometido varias violaciones a la ley pero tanto Lisa como Jisoo y Jennie,  no podían dejar de lado todos los momentos que habían pasado. En el fondo, se querían demasiado aún, pero no lo suficiente, nunca debe ser suficiente como para dejar pasar un abuso.

  ¿Qué es el abuso y cuando sabemos que hemos sido abusados? Es una de más preguntas que Lisa aprendió a responder pero también a identificar este último tiempo.

  Un abuso se define como la acción de abusar. Y abusar, es hacer un uso excesivo, indebido e injusto de algo o alguien. ¿Pero es realmente eso? Para Lisa era sólo una respuesta vaga, una descripción para satisfacer a aquellos que buscan una respuesta fácil.

  Porque nadie puede describir lo que es un abuso en sí, porque cada historia es diferente porque todos lo viven de una manera distinta. Muchas personas tienen la capacidad de seguir adelante o tolerar el abuso durante años mientras que otras quedan con traumas duraderos o permanentes.

  Lo que sí podía que decir con firmeza, es que un abuso te deja una marca, visible o invisible y las dos duelen por igual.

  Jennie la había incentivado a ir a un psicólogo porque desde que todo el proceso judicial había comenzado, Lisa se encontraba decaída y no era ni por asomo el rayo de sol que sonreía a cada minuto del día. Entonces todos los Martes y Jueves, Lisa acudía a su cita de las 4:00pm con su nueva psiquiatra, Anna.

  En un principio, Lisa había encontrado muy difícil abrirse ante la mujer, sentía una invasión tremenda hacia su privacidad y también temía confiar en alguien nuevamente. Pero poco a poco, comenzó a abrirse hasta finalmente poder hablar sobre el asunto. Costaron muchas lágrimas, llantos y gritos desgarradores y toneladas de pañuelos descartables hasta que pudo sacarlo de su pecho. Y por más que haya intentado sacar completamente todo, sabía que había una parte de esa experiencia que siempre se quedaría con ella. A veces era en forma de gotas de agua caliente a presión moderada, como las de la ducha de su nueva casa. Si cerraba los ojos se sentían exactamente como las que había en aquel viejo departamento en el que lloro casi toda una noche. A veces era en forma de patitas de gato, las de Leo, Luca, Lily y Louis, esas a las que recurría cuando necesitaba sentirse mejor y escapar un momento de todo el desorden que era su vida. A veces también venía en forma de Jennie, cuando la figura de la morena que la abrazaba por las noches tomaba una forma más esbelta, todo producto de una distorsión provocada por su mente que la mantenía despierta todas las noches.

  Lisa sabía que no podía escapar de ello, que sería algo que la acompañaría siempre... pero que al menos podría pensar menos con la ayuda necesaria.

  Con el tiempo también aprendió que había sido una víctima y que ella no estaba mal, porque en un principio se culpó a sí misma muchas veces. Las palabras zorra y perra habían quedado grabadas en su mente y fue muy difícil sacarlas de ahí. No importaba que ropa llevara, que problemas hayan tenido, quienes estaban de por medio, quienes eran y que hayan dicho, bajo todas y cada una de las circunstancias posibles, no había sido su culpa y nadie tenía derecho de tocarla sin su consentimiento. No importa si en un principio había accedido, luego había dicho no y no, siempre es y será no. Lo que encontró más importante que cualquier otra cosa, era que no estaba sola como creía en un principio. Durante todo el transcurso del juicio y también de sus sesiones, pudo sentirse acompañada por las personas que se preocupaban por ella. Primero fue Jennie, la mujer que jamás había dejado su lado y que la acompañaba a dónde sea que vaya, sin importar si debía viajar hasta el otro extremo del mundo. Segunda fue Jisoo, la hermana no biológica que le había dado la vida, que siempre que podía la invitaba a dar un paseo, mirar dramas pero sobre todo jugar videojuegos. Terceros fueron sus padres, que aunque no podían estar físicamente con ella, la videollamaban todas noches sin falta y que además, habían ido a visitarla dos veces desde que todo inició. Cuarto, para su sorpresa, habían sido sus viejos amigos en Tailandia, Minnie, Sorn y BamBam, que también texteaban seguido y ahora mismo se encontraban entre la audiencia.