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Cuando llegamos... recordé algo muy importante que se me había olvidado, Fenrir estaba custodiando el Bifrost.

— ¡retrocedan!

— diablos, olvidé eso. — susurré.

— ¿cómo se le pudo olvidar?

— estaba más preocupada porque Hela los encontraría en las montañas, si lo hubiera hecho los hubiera a matado todos.

— es razonable.

— ¿tú no lo viste?

— le juro que no. — Fenrir comenzó a correr hacia nosotros.

— váyanse, yo me encargo. — dije corriendo hacia el puente y apareció una nave disparándole.

Todos comenzaron a correr devuelta a Asgard pero Skurge apareció con el ejército de Hela impidiendoles el paso.

— ¡Heimdall! ¡entregala! — dio la orden de que atacaran y miré a Heimdall.

— ve, el lobo está controlado por ellos. — asentí, hice una especie de puente a lado y corrí para ayudar a los cuatro último guerreros que quedaban.

— ¡traidora! — me gritó Skurge.

— ¿en serio creíste que ayudaría a Hela a destruir todo lo que ha hecho mi abuelo? Al parecer no eres tan listo como dice Hela. — maté a algunos engajandoles lanzas de hielo y a otros congelandolos y aventandolos al agua. 

Estábamos rodeados, Fenrir corriendo hacia nosotros y los cadáveres luchando contra nosotros por el otro lado. De pronto escuché el grito tan característico de Hulk, volteé un momento y vi que lo tenía controlado.

— ¡corran! — grité y comencé a hacer una pared de hielo, si eso no los contiene tendré que hacer una ventisca.

Algunos de los cadáveres lograron pasar por el otro lado gracias al puente de hielo que hice y alcanzar la nave, cayó casi llegando al Bifrost.

— no se acaban. — dijo uno al ver que se muchos se iban por el puente de hielo y los demás rompían la pared.

— no quería llegar a esto. — comencé a hacer una ventisca que hizo a varios congelarse y salir volando del puente.

— ¡su salvador ya está aquí! — escuché gritar a papá, volteé y venía en una nave muy muy grande con un pequeño ejército. — ¿me extrañaron? Todos a la nave ya. — dejé de hacer la ventisca y corrí a abrazarlo. — temía que Hela te hubiera matado.

— aprendí mucho de ti sobre engañar a la gente. — sonrió abrazandome.

— estoy orgulloso de ti, vi la ventisca. — lo abracé más fuerte.

— ¿y mi tío?

— en el palacio... supongo que con Hela. — miré el palacio. — sube a la nave.

— Fenrir y los cadáveres seguirán siendo un dolor de cabeza, yo me quedo contigo, con Hulk y con mi tío. — asintió. — por cierto, ¿por qué Hulk viene con ustedes?

— su quinjet se estrelló en Sakaar hace mucho.

— sí, hace dos años. — dije y nos acercamos a Heimdall y a otro tipo que estaba hecho de roca.

— bienvenido a casa, vi que venías Loki.

— lo sé.

Comenzamos de nuevo a matar a los demás cadáveres pero de pronto una tormenta eléctrica golpeó el palacio y de ahí llegó mi tío, se veía demasiado diferente... no tenía un ojo, tenía el cabello corto y estaba rodeado de rayos por todo el cuerpo, incluyendo su único ojo. Comenzó a matar a los cadáveres que se le cruzaban por en frente, nosotros estábamos matando a los que estaban de este lado mientras que todos se subían a la nave, Hulk estaba en el agua luchando con Fenrir y de la otra nave salió una valkiria también matando a más cadáveres.

— llegas tarde. — le dijo a mi papá y me miró. — y me alegro tanto de verte. — lo abracé.

— y perdiste un ojo.

— esto no ha terminado. — dijo la valkiria pasando a lado nuestro y la seguimos, estábamos a unos 20 metros de Hela.

— hay que disolver a los revengadores.

— ¿revengadores? — asintió.

— golpeala con un buen rayo. — sugirió papá.

— ya la golpeé con el rayo más fuerte de la historia y no le hizo nada.

— sólo tenemos que detenerla hasta que todos estén a bordo.

— no terminará ahí, entre más tiempo esté Hela en Asgard se volverá más poderosa, nos cazará uno a uno, hay que pararla justo aquí.

— ¿y qué vamos a hacer entonces?

— no voy a hacer el ayúdame. — dijo papá lo más rápido que pudo y reí tantito. 

— Asgard no es un lugar, es un pueblo... claro... Loki, nuestro deber jamás fue detener el Ragnarok, tenemos que causar el Ragnarok... la corona de Sutur... la bóveda, es el único modo.

— muy atrevido, ¿no? Hasta para mí. — dijo corriendo hacia dirección contraria a Hela.

— ¡papá! — se detuvo. — voy contigo. — dije y lo seguí hasta la nave en donde venía la valkiria.

— qué estupidez. — dijo papá mientras pilotaba hacia el palacio.

— admítelo, es la mejor idea que ha tenido.

— no lo haré. — sonreí. — sigo sin entender sobre qué aprendiste a engañar gente.

— fingí apoyar a Hela para conquistar el cosmos, sólo con tal de que no me matara y evitar que murieran personas, ser una mediadora sin contradecirle.

— ¿y te funcionó?

— se podría decir que sí pero en realidad... en parte... digo, sigo aquí pero mató a los tres guerreros. — me miró triste. — no sé cómo se lo diré a Sif regresando a Midgard y a mi tío.

— encontrarás la manera. — suspiré, llegamos al palacio y corrimos hacia la sala de reliquias.

Papá tomó la corona de Surtur y se detuvo a mirar el teseracto.

— tómalo, nos servirá para salir. — dijo y lo tomé.

— con la llama eterna, renacerás. — dijo papá después de poner la corona de Surtur en la llama eterna y Srtur comenzó a cobrar vida de nuevo. — el Teseracto. — se lo di, tomó mi mano, abrió un portal y nos tele transportamos a la nave.

Desde donde estábamos vimos como Surtur destruyó el palacio, Hulk lo atacó y después él saltó con la valkiria y mi tío hacía la nave también.

— vamos a hacerle una pequeña broma a mi hermano. — dijo deteniendome de mi capa.

— ¿en serio quieres hacerle una broma en un momento como este? — me miró sonriendo. — ni siquiera debí preguntar si ya sé la respuesta.

Hela comenzó a atacarlo pero Surtur encajó su espada en la tierra, calcinando todo a su paso hasta que Asgard o más bien donde solía estar Asgard explotó.

— qué bueno que me llevé los libros y algunas cosas de mis abuelos y tuyas hace tiempo. — dije yéndome a sentar. — si quieres un libro de hechizos están en mi departamento en Nueva York. — miré mi collar. — y si quieres algo para recordar a mi abuela... también. — sonrió y me abrazó.

— qué bueno que exploraste el lugar mientras pudiste. — sonreí y lo abracé devuelta. — se vale llorar. — reí aguantando las lágrimas.

Supongo que mi tío dirá que vayamos a Midgard.

La hija de Loki [Steve Rogers/Capitán América]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora