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Narra Ingrid

Ha pasado tiempo, según Tony han pasado tres semanas desde el chasquido de Thanos. Desde aquel día subimos a la nave que en donde veníamos los guardianes y yo y hemos vagado por el cosmos, no sabemos dónde queda la Tierra y lo peor es que la comida, el agua y el oxígeno son cosas casi extintas en la nave.

Tony y Nebula han estado intentando reparar algunos daños que tiene la nave y algunos los han podido solucionar.

Me lastima ver a mi hijo tan débil estos últimos días, también ha estado decaído y puede que hasta ya haya perdido las esperanzas de volver a la Tierra.

— ¿y Stark?

— durmiendo. — respondí mirándolo, estaba sentado en una silla frente a la ventana.

— he notado que ustedes son muy cercanos. — sonreí.

— es mi hijo y mi mejor amigo.

— ¿tu hijo? — me preguntó incrédula.

— tengo 550 años, Nebula.

— no pareces de esa edad.

— los asgardianos tienen otra calidad de vida, pueden llegar a vivir 5000 años.

— ¿y qué sucede cuando llega a esa edad?

— se hacen polvo, un polvo dorado que se lo lleva el viento. — dije recordando mi abuelo.

— me recuerdas demasiado a alguien.

— ¿a Loki?

— ¿lo conoces?

— era mi padre, Gamora me contó que perteneció a los suyos por un tiempo para conseguirle el teseracto a Thanos y afortunadamente no lo logró.

— sí... ¿qué pasó con él?

— tu padre lo mató.

— lo lamento.

— fue tu padre, no fuiste tú, no te preocupes.

— Thanos no es mi verdadero padre, a todos sus hijos los secuestró de varios planetas y nos lavó el cerebro haciéndonos creer sobre el equilibrio universal que iba a hacer con las gemas. — contó. — Gamora y yo fuimos secuestradas de nuestros planetas cuando éramos niñas... y al crecer nos dimos cuenta de lo que en verdad quería hacer así que ella ocultó la ubicación de la gema del alma y seguimos con él hasta que Quill llegó. — me miró.

— supongo que hizo lo mismo que con Asgard. — asintió. — lo lamento tanto, Nebula.

— descuida. — contestó y suspiró. — iré a dormir.

— descansa. — asintió y se fue.

Me quedé sola y decidí sentarme frente una ventana a contemplar las estrellas y vi una estrella fugaz pasar, cerré mis ojos y deseé que pudiéramos volver a casa pronto pero al abrir los ojos vi que esa estrella cambió de dirección y se dirigía hacia nosotros pero desapareció.

Luego apareció una mujer rubia con un traje azul, dorado y rojo rodeada de un brillo amarillo o tal vez soy yo que empecé a alucinar.

— tranquila, los llevaré a casa. — dijo desapareciendose y comenzó a mover nave, lo cual provocó turbulencia e hizo que Tony Nebula se despertaran.

— ¿qué ocurre?

— iremos a casa. — le dije a Tony, sonrió y me abrazó. — y eres bienvenida ahí. — dije mirando a Nebula y mostró una sonrisa apenas visible.

[...]

Después de unas cuantas horas vimos por las ventanas la ciudad de Nueva York y luego nos fuimos acercando hasta el terreno del complejo vengadores.

Aquella mujer aterrizó y dejó la nave en el suelo, Nebula abrió las compuertas y bajamos.

Parecía que había varios esperándonos.

— ¡Ingrid! — gritó Steve y comenzó a correr hacia mí, en cuanto lo abracé me solté a llorar. — gracias a Dios, estás viva.

— tú igual. — se separó y me miró a la cara, acarició un poco mi mejilla y se fue acercando hasta besarme. — te extrañé.

— yo también te extrañé mucho, amor. — besó mi frente y me separé de él para abrazar a Rhodey, a Banner, a Pepper y a Nat que traía a mi bebé.

— ¡mami! — me dio los brazos y lo traté de cargar pero por poco se me cae.

— necesitas descansar.

— la comida y el agua se acabaron e 4 días. — dijo Tony. — debe ser eso.

— ven. — Steve me cargó y comenzó a caminar hacia el complejo, solo lo abracé y comencé a llorar de nuevo, no pude cargar a mi bebé.

[...]

Banner me colocó una intravenosa donde pasaría suero de una bolsa a mi sangre. Vi que afuera de donde yo estaba estaban discutiendo, más bien Tony discutía con Steve, se quitó el reactor y se lo dio pero después se desmayó, yo sólo me volteé y decidí que lo mejor era descansar.

Fue una mala decisión, comencé a tener pesadillas como estas últimas tres semanas, soñaba con lo mismo cada día.

Cómo el grupo de Thanos mataban a la mitad de los asgardianos, cómo Thanos mató a Heimdall y la muerte de mi padre, el sonido de su cuello romperse cuando Thanos apretó y como lo dejó caer en frente de mi tío y de mí.

Y si no soñaba con eso, soñaba con Hela, cuando mató a los tres guerreros, mató a la mayoría de los guerreros e intentó matar a todos con sus guerreros cadáveres y Fenrir.

— Ingrid, tranquila, tranquila... — me dijo Steve levantándose de su silla y lo miré. — estabas gritando.

— siempre son las mismas pesadillas. — conté. — Thanos o Hela matando a todos, ver cómo mi abuelo se iba... recordar cómo Thanos mató a mi papá. — comencé a llorar, él se sentó en la cama y me abrazó.

— tranquila...— comenzó a acariciar mi espalda.

— y luego... no pude cargar a Joey, tal vez pensó que no...

— no creo que haya pensado que no querías cargarlo, Ingrid, llevas 1 mes en el espacio y varios días sin comer y1 tomar agua, era obvio que estés débil y no lo puedas cargar, no es tu culpa.

— fue mi culpa por acompañar a mi papá y a mi tío a buscar a mi abuelo, no debí ir con ellos, ni me necesitaban.

— eso es mentira, nos ayudaste mucho, demasiado. — dijo mi tío recargado en el umbral de la puerta.

— tío...— se acercó y lo abracé. — tienes ambos ojos.

— la liebre me dio un ojo y ya no soy tuerto. — sonreí y lo volví a abrazar. — estoy feliz de que estés bien.

— lo mismo digo, tío. — besó mi frente, me sonrió y se volvió a ir. — gracias. — dije mirando a Steve.

— ¿por qué?

— por estar conmigo y cuidar a Joey.

— son mi familia. — dijo tomando mi mano. — él es mi hijo y tú eres mi esposa, siempre voy a estar para ustedes. — lo miré. — a partir de ahora. — sonreí. — perdón por todo.

— tranquilo. — besé su mejilla. — sí revisé las cámaras y sí vi que fue una trampa de Sharon, no te preocupes por eso. — dije. — pero... lo de los Stark y los tratados... que te desaparecieras 9 meses...— suspiró. — tomará algo de tiempo volver a lo de antes.

— lo sé. — besó mi mano. — la tercera es la vencida. — reí, no me había dado cuenta de lo cerca que estaba mi cara de la suya y poco a poco me fui acercando hasta besarlo.

Me alegro de estar en casa de nuevo con mi familia y amigos.

La hija de Loki [Steve Rogers/Capitán América]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora