26

1.4K 103 3
                                    

Si Steve anda nervioso y raro, yo ando más.

— ¿estás bien? — preguntó cuando me vio entrar de la cochera. — cariño...

— sí, estoy bien. — mentí.

— ven. — me ayudó a sentarme y me trajo un vaso con jugo. — obviamente no estás bien.

— Steve... — me miró más preocupado. — necesito irme de aquí, por un tiempo.

— ¿por qué?

— hay alguien que... busca venganza, papá lo derrotó y todos lo creímos muertos pero al parecer sigue vivo y es un cobarde por no ir tras mi tío, sabe que lo derrotaría y mi abuelo igual. — lo miré. — así que viene por mí.

— amor...

— no puedo volver a Asgard y tampoco puedo quedarme qui, tal vez me vaya a Nowhere o Jotunheim. — me miró confundido. — son otros dos mundos, igual que Asgard y Midgard.

— al menos quédate para mañana, ¿sí?

— mañana es la fiesta de Tony, cierto... ¿y ese milagro que quieres ir a una fiesta de Tony?

— no lo sé, me interesó.

— ¿irá Sharon?

— ¿qué?

— nada, olvida lo que dije. — dije levantándome de la silla.

— ¿en serio crees que...?

— no dije nada, después de la fiesta me voy.

— Ingrid...

— no quiero que haya otra amenaza aquí, después de Nuevo México, Nueva York, Londres y Washington... ya no quiero que más gente muera, salga herida o que se destruyan casas, será lo mejor para todo mundo, no para nosotros pero no será para siempre, puede que unos días o meses. — asintió.

— esta bien.

— okay. — lo besé. — te amo.

— yo te amo más, Steve. — lo volví a besar y me fui a la habitación a dormir un poco.

[...]

¿Steve? — pregunté al no verlo a mi lado en la cama, era de noche, se supone que debía estar durmiendo, casi nunca se desvela. — ¿Steve? — me levanté para buscarlo y comencé a buscarlo en la casa.

Steve...

no hagas mucho ruido, Ingrid nos puede escuchar. — escuché en la habitación de invitados. — terminando tendré que lavar las sábanas. — me imaginé lo peor.

bien... pero...— comenzó a gemir a lo bajo.

¿sabes? te prefiero a ti antes que a mi novia, tú lo haces mucho mejor. — comencé a llorar.

no... no... esto no es cierto. — susurré. — Steve no sería capaz.

los humanos son capaces de todo. — escuché su voz. — ahora que planeas irte lejos, tal vez tu novio comience a engañarte con ella.

no, conozco a Steve, no lo haría. — cerré mis ojos. — despierta, despierta, despierta. — comencé a decir y al abrirlos estaba en otro lugar.

¡ayuda! — escuché.

¿Tony?

¿Ingrid? ¡Ingrid! — corría a él pero jamás lo alcanzaba.

¡Tony! — él se acercaba a Tony con una sonrisa maliciosa. — ¡no! ¡a él no!

muy tarde. — lo apuñaló hasta matarlo.

¡no! — grité.

[...]

— ¡no! — grité sentándome.

— ¿qué pasó? — preguntó Steve sentándose asustado.

— una pesadilla, es todo.

— ¿quieres hablar? — negué. — ¿segura? — asentí. — está bien.

— iré a... iré por algo de tomar.

— claro. — me levanté y caminé hasta la cocina.

Siendo sincera... la pesadilla donde Shadow mataba a Tony fue la peor, sentí horrible ver eso pero al menos, gracias a Odín, fue solo una pesadilla.

Tomé un vaso de leche y volví a la cama.

Debo hablar con Steve y Tony.

[...]

No vi ningún momento oportuno como para hablar con Steve sobre Shadow y sobre otro tema, es difícil decirlo sin llorar.

— ¿estás bien? — me preguntó cuando llegamos al complejo.

— sí, ¿por qué?

— te ves rara.

— soy rara. — sonrió y entramos.

— qué bueno que llegaron. — dijo Tony abrazándome. — por allá están los demás.

— gracias. — me detuvo.

— no me engaña con Sharon. — sonrió. — además hay algo que tengo que decir en frente de todos y hay algo que debo contarte a solas.

— ¿qué es?

— después.

— Ingrid...

— no es el momento.

— claramente es algo malo.

— depende de cómo lo veas.

— está bien pero puede que te moleste todo el día hasta saber, ¿es algo que tenga archivos? ¿Algo que tenga que ver con Loki? — reí.

— no diré nada.

— eres mala.

— soy hija de Loki. — rió y fui con Steve. — ¿soy yo o Nat tiene algo con Bruce? — le pregunté robándole el trago.

— tienen algo pero ninguno lo admite. — lo miré sonriendo y después lo besé. — amor, ¿podemos...?

— claro. — lo tomé de la mano y nos apartamos de todos. — ¿qué ocurre?

—— sé que has notado que he andado raro estos días, la verdad... es porque he estado ocultandote algo. — lo miré nerviosa, tal vez me equivoqué y sí me engaña con Sharon. — no es nada malo, no te preocupes.

— okay.

— es solo que no encuentro las palabras... sabes que te amo mucho, has estado conmigo desde que era un espagueti y aunque al principio te tenía miedo por las cosas locas que me contabas...— reí. — al final decidí por creerte y me fui enamorando de ti, no lo demostré esa última noche que nos vimos y lo reafirme hace unos años en ese gimnasio, la vida nos dio una segunda oportunidad que tratamos de aprovechar. — asentí. — y quiero dar el siguiente paso. — se arrodilló.

— Steve... — fue lo único que salió de mi boca cuando sacó una cajita verde con dorado.

— Ingrid Lokidottir, ¿quieres ser mi esposa? — comencé a llorar y asentí.

— ¡claro que sí! Sí... sí... — repetí varias veces, él sonrió, puso el anillo en mi dedo y se levantó lo más rápido posible para besarme.

— te amo mucho, Ingrid.

— yo te amo más, Steve. — lo volví a besar. — oh wow... nos vamos a casar.

— sí, ya quiero que seas mi esposa.

— sí y ahora si vas a tener a Loki como suegro y a mi tío Thor sobre ti.

— vale la pena. — sonreí y lo besé.

No puedo creer que ahora esté comprometida, aún estoy en shock.

La hija de Loki [Steve Rogers/Capitán América]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora