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Había vuelto unas veces más a Brooklyn, esta era mi quinta pero sentía que algo había cambiado.

Antes de irme la segunda vez, Steve y su mejor amigo James me acompañaron a comprar ropa y la dejé en su departamento para cuando volviera pasara desapercibida en ambos lugares.

Entré al bar y caminé hasta la barra, buscaba con la mirada a Steve pero no lo encontraba.

— tequila, por favor. — me lo dieron. — gracias.

— la casa invita. — dijo el barman guiñándome el ojo.

— qué amable. — me lo tomé.

— ¿tomando sola? — escuché su voz y volteé, era Steve pero más alto y mucho más musculoso.

— oh wow. — dije asombrada. — creo que necesitaré otro de estos. — se sonrojó.

— sí, un gran cambio.

— ¿de qué me perdí durante un mes?

— entré a un experimento y... éste fue el resultado.

— extrañaré ver al espagueti Rogers. — rió. — ¿y qué cuentas aparte de este gran cambio?

— comenzaré a viajar a misiones, a detener alemanes y con suerte acabar la guerra. — sonreí triste. — volveré.

— no lo dudo. — dije. — pero debo admitir que sí me da un poco de miedo que vayas pero eres un soldado, es tu deber proteger a tu nación. — asintió.

— hola. — dijeron James y otro hombre acercándose y detrás de ellos llegó una mujer usando el mismo uniforme que James y Steve.

— él es Howard Stark y ella es Margaret Cárter.

— mucho gusto, Ingrid Lokidottir. — dije estrechando sus manos.

— ¿Lokidottir? — asentí. - suena a Loki, de la mitología nórdica.

— es mi padre. — dije. — soy Lady Ingrid, hija de Loki pero como en Midgard usan apellido, así que soy Ingrid Lokidottir.

—- sí sabes que es tan solo mitología nórdica, ¿verdad? No era para que te lo tomaras tan en serio.

— Asgard no es un mito. — dije tomando mi quinto tequila. — puedo probarles que no soy de este mundo.

— ¿ah sí?

— Ingrid, no. — dijeron James y Steve.

— ¿por qué no? — Steve me tomó del brazo y nos alejamos.

— Peggy y Howard trabajan para una organización, se hacen cargo de todo lo que tenga que ver con cosas inexplicables, si descubren que no eres de la Tierra, te llevarán a SHIELD y no podrás salir.

— sabes que prefiero quedarme aquí que en Asgard.

— pero puede ser riesgoso. — dijo. — por favor, no quiero que hagan algo contigo. — dijo acariciando mi mejilla y puse mi mano sobre la suya.

— solo porque tú me lo pides.

— gracias.

— ¿entonces quieres que parezca una loca que dice venir de Asgard, un lugar que es mítico para los midgardianos?

— pareces más midgardiana que asgardiana.

— me fui acostumbrando con tu ayuda y la de James. — sonrió. — bien, diré que soy de Noruega y vengo cada mes a verte.

— qué linda.

— no soy linda.

— claro que sí. — dijo mientras sentía mis mejillas arder.

— es mejor que volvamos con tus amigos. — asintió y volvimos. — ¿sí me creyeron?

— ¿qué cosa?

— hago experimentos sociales, Asgard, Midgard y Loki solo son parte de una mitología, quería presenciar si una persona se creería todo esto y creo que no me creyeron, son más de ciencia que magia, tienen que ver para creer.

— y no te equivocas. — dijo Margaret.

— ¿entonces de dónde vienes?

— Noruega, vengo de allá y cada mes vengo a ver a Steve. — dije, realmente vengo cada dos semanas pero esta última vez me tardé un mes.

— qué linda amiga. — Steve me miró algo burlón y lo miré mal.

— entonces... ¿sí tienes apellido? — asentí. — ¿cuál es?

— mi nombre es Ingrid Vinter.

— mucho gusto. — dijo Howard.

— el gusto es mío.

— ¿quieres ir a bailar?

— claro, con permiso. — Steve tomó mi mano y nos fuimos a bailar.

— ¿Vinter?

— significa invierno.

— ¿te referías a tu poder? — asentí. — seguramente te investigarán.

— dijiste que saldrías a misiones durante la guerra para acabar con ella, ¿no es así? — asintió. — no volveré en meses y así se les olvidará. — me miró triste. — tampoco estarás en Brooklyn, no me mires así.

— no es eso.

— ¿entonces? — se fue acercando y me besó. — Steve... — me volvió a besar y colocó sus manos en mi cintura, haciendo que me acercara más a él.

Narra omnisciente.

El dios del engaño caminaba por los enormes pasillos buscando a su hija, aún se preguntaba cómo es que ella desaparecía un día por dos semanas, sabía que usualmente se escapaba al pueblo pero esta vez había buscado allí.

— Thor, ¿has visto a Ingrid?

— está en...

— está en el lago, seguramente. — dijo Odín interrumpiendo a su hijo, no por nada Loki es el dios de las mentiras, sabía cuando alguien más mentía.

— díganme la verdad.

— y te la diré hermano, ella está en...

— el lago, ¿ya buscaste por todo el palacio? — asintió. — ¿y en el pueblo? — volvió a asentir.

— bien, iré a buscarla al lago, a veces le gusta congelar cosas. — dijo yéndose.

— Padre, ¿por qué no le quieres decir a Loki que Ingrid está en Midgard?

— Ingrid no quiere que su padre lo sepa, sino no la volvería a dejar salir, la quieres mucho, ¿no?

— claro, es mi sobrina.

— bien, apóyala y deja que vaya a Midgard sin que Loki se entere.

— pero Padre...

— haz lo que te digo.

— sería mentirle a Loki, jamás lo hago.

— tendrás que aprender. — dijo mientras se iba, el rubio suspiró y fue a su habitación.

Narra Ingrid.

Lo miré, jamás creí que llegáramos a esto, solo lo veía como un amigo pero... tal vez con esto cambió mi forma de verlo.

Se veía como un ángel mientras dormía, sonreí y comencé a acariciar su mejilla muy suavemente, tratando de no despertarlo.

— tengo que irme. — susurré. — vendré en unos meses, te lo prometo, Steve.

— y yo regresaré. — respondió. — y te esperaré. — sonreí y me acerqué a besarlo.

Me levanté y me vestí.

— hasta luego, Steve.

— hasta luego, Ingrid. — salí de su departamento y caminé hasta las afueras de Brooklyn.

— Heimdall, abre el portal, por favor. —se abrió y crucé pero me llevé una gran sorpresa.

Una muy muy mala.

La hija de Loki [Steve Rogers/Capitán América]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora