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Llegué a su celda y me paré en frente de ella.

— hola papá. — volteó. — ¿me extrañaste?

— ¿tú lo hiciste?

— claro que sí.

— ¿cómo está tu queridísimo tío Thor?

— papá...

— la última vez que viniste dijiste que no merecía que me llamaras papá y que deseabas que Thor lo fuera.

— papá, estaba furiosa y no pensé mis palabras, lo que hiciste y me dijiste me dolió mucho.

— la verdad duele, si me disculpas... — dijo volviéndose a leer su libro.

— papá, te amo. — dije.

— repítelo hasta que te lo creas, Ingrid. — dijo jugando con algo.

Vaya, yo también lo lastimé mucho.

— al menos estamos a mano.

— ¿dijiste todo eso solo para quedar a mano?

— la última vez que demostraste tus sentimientos te trajo aquí, ¿cómo saber si algo te duele? — le pregunté. — no importa, solo quería verte y decirte perdón, te amo y te extraño, papá. — sólo me miró y siguió jugando.

— yo también. — susurró casi inaudible y me fui.

Debí venir después o antes. Un prisionero muy salvaje escapó –quién sabe cómo.– de su celda y comenzó a liberar a todos. Me vio y se acercó a mí pero le lancé hielo lo único que hice fue retrasarlo un poco, gracias a Odín los tres guerreros y Sif llegaron junto a varios guerreros y caballeros.

— debes irte Ingrid, nosotros nos encargaremos.

— no, aquí me...— miré a mi alrededor, el salvaje ya no estaba. — el que comenzó todo escapó, iré a buscarlo. — dije subiendo las escaleras y salí del calabozo mientras mi ropa cambiaba a la que suelo usar en las misiones. — ¡tío!

— ¿qué ocurre?

— un prisionero liberó a los demás, ya están Fandral, Hogun, Volsstagg, Sif y varios guerreros con ellos pero...

— ¿pero...?

— el que empezó todo escapó. — dije, se sintió un temblor y el impacto de algo.

— vamos.

— iré a buscar a mi abuela y a Jane.

— claro, yo me encargo de los del calabozo.

— claro. — corrí hacia la habitación de mi abuela.

Pero antes de llegar sentí un gran gran dolor en mi pecho y unas grandes ganas de llorar. En ese momento llegó Odín y pensé en lo peor. Seguí caminando, temblaba y tenía miedo de entrar a la habitación. Empujé un poco la puerta y la vi siendo abrazada por Odín pero ella no le devolvía el abrazo.

— ¿abuela? — Odín me miró llorando.

— madre... — dijo mi tío llegando.

— la mató un elfo oscuro. — dijo Odín y mis lágrimas comenzaron a caer.

— no... no... — susurré, mi tío me abrazó y me solté a llorar. — mi abuela no...

— al anochecer será su funeral.

— mandaré a unos guardias a avisarle a Loki. — dijo mi tío.

— no, yo lo haré, los guardias no serán sutiles, no tendrán tacto.

— ¿acaso tu padre lo merece?

— mi padre amaba a mi abuela y viceversa, ella siempre se preocupó por él cuando tú no lo hacías así que sí, lo merece al menos esta vez.

— bien. — me acerqué a mi abuela y besé su frente.

— te amo, abuela. — susurré con una sonrisa triste y conteniendo mis lágrimas.

[...]

Llegué al calabozo donde los guardias no me dejaron pasar.

— vengo a darle un anuncio a Loki.

— no puede pasar.

— Odín y Thor me dejaron. — me dejaron pasar. — gracias. — bajé los escalones y llegué a la celda de papá.

— vaya, me sorprende que vengas dos veces en un día.

— basta de chistes, papá, vengo a avisarte algo. — dije aguantando mis lágrimas.

— ¿sobre qué? — preguntó serio mientras se acercaba.

— elfos oscuros invadieron Asgard para buscar algo y mi abuela defendió a ese algo y... y...— me sequé las lágrimas que habían escapado. — fue una heroína, no debió hacerlo pero...— me miró triste. — mi abuela murió hace unos minutos, papá. — le dije con la voz quebrada.

— ¿qué?

— sí, un elfo oscuro mató a mi abuela. — dije. — eso es todo, vendré en la noche.

— okay. — me fui y vi a Jane.

— Ingrid, me enteré de lo qué pasó y lo siento mucho.

— mi abuela murió protegiéndote.

— y lo lamento tanto, no fue mi...— me fui antes de que terminara de hablar.

Fui a mi habitación y me solté a llorar de nuevo.

— no, ella no.

Aún le faltaban años, casi 100 para morir y la vida nos la ha quitado. En la noche se convertirá en hermosas estrellas en el universo.

Cada vez que alguien de la realeza muere, es puesto en una balsa con sus mejores prendas, cuando está a punto de llegar al borde del río el rey –en este caso Odín.– lanza una flecha con fuego hacia la balsa y cuando está a punto de caer lo deja flotar un poco y después lo convierte en estrellas que se elevan al cosmos, al universo junto a más estrellas.

Me contaron que algo así le hicieron a mi mamá cuando un jotunn la mató, creo que mi abuela murió haciendo lo mismo, protegiendo a alguien.

Grité triste y frustrada y no me di cuenta que lancé hielo, me asusté de tan solo ver como congelé mi habitación.

La hija de Loki [Steve Rogers/Capitán América]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora