Los años han pasado, Emily se ha distanciado de los hermanos Morgan pero aún sigue viendo a su mejor amiga Grace.
No podrá esconderse para siempre, todo ha cambiado, pero el amor no.
¿Que pasará ahora?
¿Aceptará lo que es más que evidente?
¿Regresa...
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Narra Emily
Su cabeza reposa en el muro — Te estaba buscando — sus ojos azules me repasan de arriba a abajo.
— ¿A mi? — pregunto algo confundida llevando mi mano al pecho.
— Sí, tengo algo importante que no dije — se acerca hasta donde estoy y me hace una seña para que avancemos hasta una mesa con sillas que adorna el balcón.
El corazón me va a mil, pasa la mano por su cabello, me quedo viendo lo bien que luce en traje y nunca me cansaré de hacerlo.
— ¿Sabes por qué estoy aquí? — pregunta sereno y con expresión fría.
— Por la boda de tu hermana — digo obvia.
— Me refería a mi regreso — aclara.
— No, no lo sé — una media sonrisa se forma en sus labios.
— Ay Emily Brown — suelta un suspiro — Pensé que era imposible que seas más distraída, si es así empezaré desde cero — toca su mentón — Sé que siempre fui un grano en el trasero, en especial para Grace y tú — asiento.
— Cada broma, juguete roto y cicatriz lo confirma — respondo y esconde la sonrisa que lucha por salir de sus labios.
— No sé por qué me comportaba de esa manera, como sabrás el trato de mi papá fue distinto conmigo, y no lo culpo por qué cada quien es dueño de sus actos.
— Lo sé — tomo el dobladillo de mi vestido y me sostengo de él, algo me dice que esto será aún más fuerte.
— Siempre hice lo que todos esperaban — sonríe — No me siento orgulloso con eso, mi vida fue gris pero había algo que me daba ese calor y era esperar cada verano — hacia tanto tiempo no lo escuchaba de sus labios.
— Fueron distintos, y tú más que nadie lo sabe — siento mi boca secarse — Rompí una promesa, fuiste eso que me motivó a detener el tiempo y por una vez hacer algo que yo deseaba — sé que le está costando.
— Me enamoré, no se en que momento pasó, dejé de verte como esa niña, y te quería en mi vida, fue entonces que decidí ir más lejos, demostrarte que no era ese niño inmaduro y adolescente gilipollas — un nudo crece en mi garganta, parece que no he llorado lo suficiente por hoy... — Me diste ese calor que necesitaba, en ti encontré lo que ninguna mujer ha sido capaz de hacerme sentir, domaste a mi bestia interna esa que estaba cansada de su existencia, por eso eras mi Solecito — las lágrimas corren por mis mejillas, aún recuerdo la primera vez que me llamó así...
— Volví con la esperanza de que aún sintieras algo por mi, pero me di con la sorpresa de que recibía todo lo contrario, lo intenté con Zoe pero no significó nada para mi — tomo su mano en silencio reconfortándolo, las mira unidas y decido romper el silencio.
— Lo siento Harry, jamás quise hacerte sentir de esa manera — una sonrisa triste adorna su rostro.
— Te conozco ¿Recuerdas? — ahora la que sonríe soy yo.
