Los años han pasado, Emily se ha distanciado de los hermanos Morgan pero aún sigue viendo a su mejor amiga Grace.
No podrá esconderse para siempre, todo ha cambiado, pero el amor no.
¿Que pasará ahora?
¿Aceptará lo que es más que evidente?
¿Regresa...
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Narra Emily
Me subo en silencio sin esperar que me abra la puerta, desde que plantee reconquistarlo es más difícil estar a su lado.
Tomo aire, el recuerdo de la última vez que estuvimos en un ambiente como este viene a mi mente.
En su auto, yo escapando como siempre prefiero hacerlo en estas situaciones, y aunque sé que me culpa por lo que pasó, es una conversación pendiente.
Se deshace de su cazadora quedando en camiseta, mi mente se enfoca en sus brazos.
Trago grueso cuando recuerdo el día del crucero aún me atormenta saber cómo me pone.
Después de unos minutos buscando una floristería entramos a la primera, salimos sin obtener el resultado que esperábamos, pasan las horas y los lugares van siendo tachados de la lista no hay ninguno que tenga las rosas blancas y solo nos queda un último al cuál ir.
Estoy agotada y no físicamente, si no en la parte emocional, soy como un globo que va a explotar en algún momento, necesito hablar con él.
Nos adentramos en la que es nuestra última esperanza y una mujer mayor sale a atendernos — Buenas tardes, ¿Qué los trae por aquí? — nos observa con detenimiento.
— Hola, estamos buscando rosas blancas — dice Harry — ¿Usted tiene algunas?— mira al rededor los diferentes tipos.
La mujer sonríe — Le aconsejaría estas para su novia — le muestra un ramo de flores púrpuras no muy bonitas y las tiende en mi dirección — Simbolizan el amor eterno, se llaman Agapanto.
— Ah no, nosotros no somos novios — digo negando, la mujer mira a mi acompañante en búsqueda de una respuesta pero no lo hace.
— Disculpen — vuelve a sonreír — Los mandaron al lugar equivocado, en estas montañas no crecen rosas, no creo que tengan suerte encontrando unas y menos blancas — Harry y yo nos miramos por un momento.
— ¿Está segura? — pregunta él.
— Sí, les aconsejo que lleven de otra clase — los años conociendo a Grace son suficientes para darnos cuenta que ella ya lo sabía y que esto muy probablemente es alguno de sus planes.
— Eh bien — ambos sabemos que es hora de regresar para la cena de ensayo — Muchas gracias, que tenga buen día — se despide y yo hago lo mismo.
Salimos del lugar y mi cabeza empieza a maquinar, mi mejor amiga siempre haciendo de las suyas.
— Grace nos vio la cara de idiotas — asiento y no puedo evitar reír.
— Amo a tu hermana pero sí, definitivamente nos vio la cara — niego y avanzo hasta el auto, me quedo observándolo, las palabras de la mujer vienen a mi cabeza... solo imaginar ser su novia nuevamente me eriza la piel.
