Bruno miró el torso desnudo del mayor mientras esté pedía la orden por su celular. Admirando los fuertes pectorales y aquel abdomen tan firme. Mordiéndose ligeramente el labio inferior a observarlo, tenía un cuerpo realmente varonil y sensual.
Hasta que su mirada paró en la parte inferior el albino, justo en sus pies, percatandose que olvidó pintarlos por completo.
— Oh, amore, olvide pintarte las uñas de tus pies — le dijo el menor un poco apenado, buscando con la mirada el esmalte que habían usado la noche anterior.
Leone apartó la mirada de su celular cuándo terminó de hacer el pedido para mirarse los pies. Era cierto, sus uñas seguían sin pintar.
— ¿Uh?... Ah, el esmalte — Abbacchio alcanzó el esmalte azul con brillos de la mesita de noche, entregándoselo al pelinegro con una sonrisa suave. Así se les pasaría más rápido el tiempo en lo que esperaban la comida.
El albino se acomodó, acercándose a Bruno con un sonrisa leve. No parecía en lo más mínimo cohibido de estar usando unicamente un par de boxers ajustados.
Bruno sonrió al tomar el esmalte, el cuál comenzó a agitar para después abrirlo y con la brochita comenzar a pintar las uñas restantes del mayor. Percatandose que no solo su cuerpo era enorme, si no también sus pies. Lo cuál le causaba un poco de gracia.
— Mmh... Pie grande — bromeó el pelinegro mientras pintaba sus uñas, riéndose ligeramente.
— ¿Mhh? — Leone alzó una ceja ante aquella burla. Aunque Bruno tenía razón, Leone tenía problemas para encontrar calzado debido al tamaño de sus pies, y si los comparaba con los del pelinegro eran enormes — Bueno, pero tú sabes que significa que un hombre tenga pies grandes, ¿Eh? — preguntó con un tono de voz sugestivo, sonriéndole.
— Uh, no... — contestó el pelinegro, mirándolo a los ojos mientras regresaba la brochita dentro del recipiente para seguir pintando sus uñas — ¿Qué significa?
Abbacchio trato de aguantar la risa ¿Buccellati estaba distraido realmente, o era así de inocente? Esos ojitos azules le dictaban que realmente no sabía a que se refería.
Leone bajó la mirada, observando su entrepierna para que Bruno hiciera lo mismo y captara aquel mensaje.
El menor abrió los ojos sorprendido mientras sus mejillas comenzaban a colorarse de un fuerte tono rosado, para después darle un golpe ligeramente brusco al mayor en el brazo.
— ¡Leone! — lo reprendió el ojiazul con el entrecejo fruncido y el rostro colorado.
— Jajajaja — a pesar del golpe, el cuál le sorprendió al notar lo fuerte que era Bruno, el albino reía con ganas — ¡Lo siento, amorcito! — se disculpó entre risas.
Buccellati mantuvo el entrecejo fruncido mientras sacaba la brochita de nuevo y terminaba de pintar las uñas del contrario.
— Ow... amorcito — Abbacchio alargó su brazo para acariciarle una mejilla, mimando. Se quedó quieto, dejando que pintara sus uñas. El albino sonrió suave, con cariño — Te ves adorable haciendo pucheritos — murmuró, mirándole embelesado.
Las cejas del menor temblaron ligeramente, sintiendo como su rostro ardía con más insistencia, evitando el contacto visual con el de ojos ámbar, porque sabía que si lo hacía, iba a terminar perdido en el.
— Terminé — tartamudeó sutilmente el ojiazul, cerrando el esmalte y dejándolo en la mesita de noche, sin mirar al albino, aún con las cejas temblorosas.
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Rivali d'amore
RomanceAbbacchio_Buccellati & Cøckatiellë AU. En la aclamada academia de deportes acuáticos "Passione", la rivalidad entre dos jovenes promesas de la natación, Bruno Buccellati y Leone Abbacchio, esta a punto de estallar. Bajo ordenes del estricto entren...