Ambos terminaron la comida, desecharon la basura en su respectivo lugar y tomados de la mano siguieron caminando por la feria.
— ¿Qué quieres hacer ahora? — preguntó el mayor, mientras caminaban lentamente entre los juegos y puestos iluminados por coloridas luces.
Buccellati ya sabía que si decía que eligiera el albino no funcionaría. Así que decidió mirar a su alrededor, observando diferentes estantes de juegos, hasta que encontró uno que le llamó la atención.
Estaba cubierto de grandes animales de felpa demasiado adorables. El pelinegro odiaba admitir que amaba los peluches, era como un gusto secreto.
El ojiazul tomó la mano del albino y lo guío hacía aquel estante, sin apartar la vista de los peluches que estaban expuestos en el mismo
Leone se dejó guiar por Bruno hacía la gran aglomeración de peluches. Había demasiados y de distintos tamaños, incluso algunos que eran tremendamente enormes. Y en el centro, el juego en cuestión mediante el cual podían obtener los premios. Una torre colorida con un enorme martillo en el que habia una corta fila de hombres turnándose para golpear la base con fuerza, haciendo brincar una especie de disco en el centro. Las luces de la torre se iban encendiendo conforme mas se elevaba el disco. Algunos conseguian elevarlo, otros no tanto. Incluso algunas chicas jovenes se animaban a hacerlo, a pesar de lo pesado que era aquel martillo enorme.
El albino miró de reojo a Bruno, notandolo demasiado interesado en aquellos peluches, asi que apretó suavemente su mano y lo condujo a la corta fila.
— ¿Quieres uno de esos? Ganaré el que tu quieras, para ti — le dijo bastante seguro, sonriendo confiado.
Buccellati miró a Leone con sus bonitos ojitos brillantes y las mejillas coloradas, de verdad quería uno, pero aún así no podía mitigar de todo la pena que le daba darle la respuesta positiva.
— ¡S-Si! — exclamó tímidamente el menor con una linda sonrisa.
Abbacchio estaba decidido a obtener el premio más grande para Buccellati. Definitivamente ganaría el peluche más enorme de todos para el precioso pelinegro.
La fila fue avanzando poco a poco, y más adelante de ellos había una peculiar pareja que conocían. Un jovén pelicafe con largos cabellos sostenido en coletas tomó el enorme martillo y le dió un buen golpe a la base, aparentemente, por que el disco se elevó solamente a la mitad.
Illuso jadeó, indignado y sorprendido al ver su terrible fracaso. Con esa marca no ganaba ningún premio.
— ¡Dame eso! — le gritó su acompañante, un joven delgado de cabello rapado. Se trataba de Formaggio, otro de los alumnos de la academia de natación.
— Si yo no pude, tu menos, enano — siseo Illuso, pasándole el martillo a Formaggio y después mirandose las uñas desinteresadamente.
— ¡Eso esta por verse! — el moreno tomó un gran impulso alzando el martillo y su golpe logró elevar a algo mas de la mitad la torre. Una serie de pitidos anuncio que habia ganado un premio.
— ¿¡Qué!? — aún más indignado que antes, Illuso observó incrédulo como el encargado del juego le señalaba una hilera de peluches pequeños al de cabellos rapados.
— Quiero ese — Formaggio señalo un peluche de gato cafe. Cuando le fue entregado su premio, volteo a ver a Illuso, victorioso — Parece que eres pura apariencia, ¿Eh? — comentó burlonamente antes de comenzar a caminar, siendo seguido por el furioso pelicafe.
— Tu, pedazo de.... — Illuso se marchó con Formaggio, soltandole una sarta de insultos mientras cada tanto lo sacudia, haciendo que Formaggio solo riera mas alto.
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Rivali d'amore
RomanceAbbacchio_Buccellati & Cøckatiellë AU. En la aclamada academia de deportes acuáticos "Passione", la rivalidad entre dos jovenes promesas de la natación, Bruno Buccellati y Leone Abbacchio, esta a punto de estallar. Bajo ordenes del estricto entren...