Capitulo XV: Noticia

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El tiempo se fue volando, y dos semanas han pasado ya. La muñeca de Buccellati estaba totalmente sanada, así como los jóvenes aprendices ya habían dominado a la perfección 4 estilos de nado.

El entrenador Kujo decidió que les daría dos semanas de descanso a los más jóvenes para que sus entrenadores se prepararan para las semifinales, las cuáles ya estaban a la vuelta de la esquina.

Jotaro se reunió con ambos jóvenes frente a la piscina olímpica, con intenciones de informarles los segmentos que se tomarán en cuenta en las semifinales.

En aquella ocasión, las reglas habían sido un poco modificadas sin antelación, por lo que era urgente que le comunicara las noticias a su par de alumnos.

En dos semanas — comenzó a explicar el entrenador Jotaro, caminando ante Bruno y Leone — En el gimnasio deportivo de la ciudad. Habrá secciones de nado por cada estilo, incluyendo el estilo libre — los ojos aguamarina del mayor se clavaron en sus alumnos estrella — Y esta ocasión la sección de clavados es obligatoria — puntualizó.

Al escuchar las últimas palabras, Buccellati juntó un poco las cejas. Sabía lo que significaba el hecho de participar en clavados, significaba entrar a la fosa, la alberca más profunda de todas.

¿D-De verdad.... — Bruno aclaró un poco su garganta al escuchar como tartamudeo y trató de tranquilizar su voz un poco — ...la sección de clavados es obligatoria? Siempre había sido opcional — divagó.

Leone miró de reojo al pelinegro, extrañado por el repentino cambio en su semblante. No obstante, no comentó nada al respecto y permaneció atento a las palabras de Jotaro.

La sección de clavados es obligatoria — recalcó el entrenador, mirando a sus alumos entrella — Y forma parte de un porcentaje de la puntuación final. Es importante que participen en esta sección.

Leone resopló y asintió, los clavados no eran su fuerte pero algo podría hacer para ser decente. Su cuerpo enorme le impedia tener tanto rango de movimientos y el hecho de que salpicara tanta agua al entrar a la piscina le bajaba puntos. Tendría que trabajar mucho esos días en pulir su técnica.

"Seguro a el le ira mucho mejor, es endemoniadamente flexible" pensó Abbacchio, mirando de reojo a Buccellati.

Jotaro mencionó que la fosa estaba desocupada en ese momento, así que se encargó de guiar a los menores hacía la piscina. Solo era cuestión que nadaran un rato en esta para que se adecuen a la profundidad de la misma.

Al llegar, Buccellati observó con cierto temor la piscina. El sabía que esa alberca en especifico era demasiado honda, el tan solo pensar que no podría sentir el fondo de está con sus pies lo hacía temblar suavemente.

Abbacchio miró de reojo a Buccellati, intuyendo al instante que algo no estaba bien. Por ello, el mayor al instante tomó la mano de Bruno y entrelazó sus dedos con los de el.

Leone no sabía que pasaba con el pelinegro, pero de ninguna manera haría falta a su palabra. Se lo había dicho en su primera cita. El lo iba a cuidar, iba a estar ahí para Bruno.

El entrenador Kujo comenzó a darles instrucciones a ambos, el albino asentía suavemente ante las palabras de Jotaro. Pero su adorado Bruno seguía incómodo, asi que, sin importarle la posible reacción del entrenador, Leone se acomodó tras el pelinegro y rodeó la pequeña cintura de este con ambos brazos, pegándolo a su cuerpo.

Sin duda alguna, el tacto del albino contra el era de bastante ayuda, al menos para ese momento. De verdad era increíble como el simple tacto de ambas pieles lo tranquilizaban.

Rivali d'amoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora