Buccellati abrió los ojos sorprendido al oler el pan quemado en el aire, lo que causó que se separara del mayor con las mejillas totalmente enrojecidas al darse cuenta de lo cerca que estaban de besarse.
Estuvieron tan cerca...
— ¡L-Leone, la pizza! — tartamudeo el menor nerviosamente, desviando la vista hacia el horno de la cocina.
Contrario al pelinegro, Leone se quedo inmóvil, sorprendido al verlo alejarse repentinamente, sin ser consciente aún del aroma suave a quemado, al menos hasta que Bruno mencionó la pizza.
"Mierda, mierda, mierda". Abbacchio lo había olvidado completamente y solo había estado pensando en Bruno los últimos par de minutos.
Leone se apresuró, tomó los guantes de cocina y se acercó al horno para apagarlo y sacar la bandeja con el mayor cuidado posible. Esperaba realmente que la pizza estuviese bien. Al colocar la bandeja en la mesa metálica, miró con el ceño fruncido levemente el resultado. Se veía... decente.
Bien, un poco menos que decente. Había un par de partes tostadas, pero para ser la primera no estaba tan mal.
— ¿Se quemó? — preguntó Buccellati desde su lugar, llamando la atención del albino.
Al no recibir una respuesta, el menor bajó de su improvisado asiento y se acercó a Leone para observar el producto final, el cuál... Estaba un poco quemado, pero se veía bien.
— Un poco — respondió tardíamente el mayor, mirando de reojo a Buccellati, levemente avergonzado por su torpeza — Esta bien, siempre podemos pedir comida a domicilio... — murmuró pensativo, sintiéndose algo desanimado.
— ¡N-No! — exclamó el menor y colocó su mano sobre su hombro, mirándolo enternecido — Así está bien, quiero probarlo — sonrió sinceramente.
Aquello dejo sumamente sorprendido a Abbacchio. El albino se volteo lentamente hacia el, juntando sus cejas un poco preocupado. ¿Que tal si la pizza sabia mal, si a Bruno no le gustaba?
— ¿Estás seguro? — preguntó algo preocupado.
Sin embargo, a Buccellati de verdad le entusiasmaba probar lo que el mayor había hecho, por lo cual asintió emocionado.
— ¡Si! — sonrió Buccellati.
Leone tragó saliva y acercó el par de platos que habia separado antes. Tambien tomó la pequeña cuchilla para partir la pizza.
— Lo siento si no sabe bien... — murmuró él albino, buscando el mejor pedazo de pizza, el de aspecto más delicioso, más decente.
El albino tomó una porción que aparentemente no tenía ninguna quemadura y la sirvió en el plato.
— Ten cuidado, está caliente — le dijo con ciertos nervios a Bruno, pasandole el plato con pizza margherita.
Respecto a el, no se fijó mucho en la porción que eligió, simplemente agarró la de al lado. Y si bien Leone hace un par de horas comió unos buenos spaguettis con calamar, nuevamente tenia hambre. Leone comia demasiado.
Miró a Bruno antes de probar la pizza, expectante.
El menor sonrió al recibir su porción y comenzó a soplar un poco su pedazo de pizza con la intención de enfriarla. Para después tomarla y darle una pequeña mordida.
La saboreo, y la comió, y sonrió. En realidad no estaba tan mal, claro, no era perfecta, pero tenía un buen sabor.
— ¡Mmm! — suspiró el ojiazul — Está rica — sonrió.
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Rivali d'amore
Storie d'amoreAbbacchio_Buccellati & Cøckatiellë AU. En la aclamada academia de deportes acuáticos "Passione", la rivalidad entre dos jovenes promesas de la natación, Bruno Buccellati y Leone Abbacchio, esta a punto de estallar. Bajo ordenes del estricto entren...