Capítulo 12: Propiedad privada

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Llega el contador con el maletín lleno de dinero a la oficina de Altagracia, y solo segundos después aparece Laura.

-¿Me llamaste Altagracia?- le pregunta con seriedad.

-Si, por algo estás acá- le dice mirándola fijamente a los ojos- ¿Cuál es tu precio?

-¿Mi precio?- le dice sorprendida- ¿De qué hablas?

-Cumpliste con tus servicios sexuales con José Luis, pero esto ya se acabó. Él no te necesita más.- le dice mostrándole el dinero.

-¿Qué te has creído? Yo no soy una prostituta como tú Altagracia que se acuesta con todo aquel que se le cruza por enfrente.

Altagracia inmediatamente saca un arma de su escritorio y le apunta a la muchacha.

-¡A mí no me hablas así!- se acerca a ella y ahora le apunta directamente a la cabeza- O te vas por las buenas o te vas por las malas

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-¡A mí no me hablas así!- se acerca a ella y ahora le apunta directamente a la cabeza- O te vas por las buenas o te vas por las malas...tu decides.

-José Luis se enterará de esto Altagracia.

-No me hagas reír Laura- suelta una carcajada irónica- José Luis no te toma en serio, no quiere nada contigo, ¿Sabes por qué?

-A ver, según tú ¿Por qué no me quiere José Luis?- le dice riendo pero su lenguaje corporal da a demostrar el miedo que siente.

-Porque él sigue loco por mí- se acerca a su oído- y en Italia me hizo el amor como un loco. No paraba de tocarme y mirarme, me hizo suya en todas las posiciones que te puedes imaginar.

Laura inmediatamente suelta unas lágrimas. Inocentemente había caído en las redes de Navarrete y se había enamorado de un hombre que jamás podría amarla.

-¿Por qué me haces esto Altagracia?

-Porque lo que es mío no se toca niñita, y José Luis es propiedad privada. Así es que toma el dinero y vete.

La joven toma rápidamente el maletín y se aleja de la empresa, pero no sin antes enviarle un mensaje de texto a José Luis.

Me voy para no volver a verte nunca más José Luis. Ya me enteré de lo tuyo con Altagracia y no pienso ser parte de este juego.

José Luis Navarrete 
José Luis al leer ese mensaje va inmediatamente a la oficina de Altagracia a pedirle explicaciones, pero al entrar ya no la encuentra ahí. Pregunta por ella a su secretaria la cual le informa que acababa de salir con Matamoros. 

El empresario vuelve a su oficina, toma asiento en su escritorio y comienza a pensar en qué hacer para vengarse de Altagracia. Si bien es cierto, él no tenía ni el más mínimo interés en Laura ni en ninguna otra mujer, no podía permitirle que jugara con su vida, menos cuando ella hacía lo que quería sin pensar en él. Sin embargo, no podía negar que el accionar de la Doña solo acumulaba aún más el deseo por ella. A él le encantaba como Altagracia imponía su poder cuando algo le interesaba. Se estaba volviendo loco al no poder tocarla, al no poder sentirla.

-Señor Navarrete, lo llama el señor Rinaldi- le dice su secretaria sacándolo de sus pensamientos.

-Pásamelo, por favor.

-¡Amico!- le dice Amatore al teléfono.

-Rinaldi, ¿Cómo estás?- le dice el empresario intentando sonar amable.

-Bien Navarrete, qui intentando no pensar tanto en Altagracia...Sai, estoy decidido a conquistarla- le dice dejando a José Luis sin palabras- amico ¿Sigues ahí?

-Si, si, perdón, me estaban entregando unos papeles- le dice justificando su silencio- ¿Y en qué habías pensado para conquistarla?

-Quería mandarle unas rose rosse, ¿Crees que le gusten?

-Mm, aquí entre nos, a ella le gustan más las armas- ¿Qué acabas de decirle pendejo?

-¿Armas? No entiendo…

-Si, lo que pasa es que tiene una gran fascinación por las armas, y quizás si le mandas un arsenal ella lo encuentre más atractivo de tu parte. Le harías ver lo poderoso que eres, y ella ama el poder- Ahora sí Altagracia te mata imbécil.

-¡Wow! Mi sorprende...pero si a ella le gusta, eso le daré. Bueno amico, grazie per avermi aconsejado.

-De nada Amatore, estoy seguro que la harás feliz con eso. Nos vemos.

José Luis no podía creer lo que le había dicho a Amatore. Si bien es cierto, a Altagracia le encantaba el poder y las armas, no le iba a parecer de buen gusto que le mandaran algo así. Además, si se enteraba que él había sido el de la idea, era capaz de matarlo, pero así como ella jugaba con su vida privada, él también jugaría con la de ella.

***

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