Capítulo 21: Una noticia inesperada

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—Con calma corazón...déjame disfrutarte lentamente…

Altagracia toma la copa de Amatore y se dirige hasta la mesa de noche para volver a llenarla, pero ella no dejaría que él la tocara esa noche. Abre cuidadosamente el cajón y saca dos píldoras para dormir. Las echa en la copa sin que el italiano lo note y se la entrega.

—Toma, bebe un poquito más conmigo— le sonríe.

—Va bene amore mio— vuelve a tomarse la copa de un sopetón— Ahora si Altagracia, déjame tenerte per favore.

Amatore tumba a Altagracia sobre la cama y comienza a besarla. La rubia acepta sus besos y caricias intentando hacerle creer que lo desea tanto como él a ella. De pronto, el italiano cae rendido sobre ella y lo empuja hacia el lado de la cama. Le quita la ropa y lo acuesta. Ella por su parte se dirige hasta el sofá, no iba a dormir a su lado por nada del mundo. Prefería dormir incómoda antes que compartir la misma cama con ese tipo que a estas alturas solo le daba asco y miedo.

Altagracia al día siguiente nuevamente se fue sola, pero no fue a saludar a José Luis. Quería evitarlo a toda costa, ya que no se sentía capaz de mentirle u ocultarle lo que estaba sucediendo. 

Pasadas las 2 de la tarde, Rinaldi pasa por la oficina de Navarrete, quería saludarlo y hacerle una invitación.

—¡José Luiiiis!— entra alegre a su oficina.

 —Amatore…¿cómo estás?— pregunta serio.

—Perfectamente bien amico mío. Venía para invitarte a cenar está notte, si quieres invitas a tu novia para que sepan una gran noticia que les tenemos con Altagracia.

—¿Altagracia? ¿Qué pasa con ella?— pregunta preocupado.

—Niente, ya te enterarás. Bueno, nos vemos José Luis— sale de la oficina.

José Luis queda preocupado, por lo que sale directo a la oficina de Altagracia. Cuando entra la ve algo apagada.

—Altagracia, ¿Estás bien?— se acerca donde ella.

—José Luis— se pone de pie y lo abraza— estoy bien, pero abrázame, no me sueltes.

—Mi amor, ¿Estás segura que estás bien?- le toma el rostro con delicadeza— Amatore me dijo que me tenían una noticia, que íbamos a cenar juntos…

—¿Que vamos a cenar los tres?— se separa de él.

—Si, eso dijo— la mira— me estás ocultando algo…

—Yo creo que después debemos hablar José Luis, ahora tengo mucho trabajo— se sienta nuevamente y comienza a ojear unos documentos.

—Esta bien...pero espero que no sea nada malo, estoy confiando en ti…

—Mmhh, tranquilo— dice sin mirarlo.

José Luis se retira de la oficina y en el momento que cierra la puerta, Altagracia estalla en llanto. Ésto era demasiado para ella, no podía aguantar las ganas de abrazar a José Luis, de decirle toda la verdad, pero tenía miedo, un miedo terrible a perderlo. 

—Amore mio— llega Amatore sacándola de sus pensamientos.

—Dime…

—¿Te respondí bien anoche?— se acerca a ella.

—Uff...espectacular— le dice como si tratara de creerselo ella misma.

—Me gusta satisfacerte amore— la mira— Hoy iremos a cenar con José Luis y su novia.

—¿Su novia?— pregunta algo desconcertada.

—Si, me dijo que estaba muy enamorado de una mujer espectacular— sonríe.

Bite meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora