Capítulo 20: Chantaje

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-Yo también quiero tenerte cerca…- las pausas continuaban- Nos vemos mañana amor. Te quiero.

Altagracia cuelga el teléfono y se da cuenta que está sin batería, por lo que sale del baño para llevarlo a cargar. Cuando sale encuentra a Amatore de pie en medio de la habitación.

-¿Y tú? ¿Qué haces aquí?

-Vine...vine a darte las buona notte...- le da una excusa.

-Mmm ¿seguro?- pone a cargar el teléfono.

-Si..- la mira- Bueno, te dejo.

-Ok..- Amatore sale de la habitación- que tipo más extraño.

Amatore pasó toda la noche pensando en lo que había oído. La mujer que amaba lo estaba rechazando constantemente porque tenía a otro hombre. Eso no se iba a quedar así. Iba a agotar hasta sus últimos recursos con tal de que ella lo amara a él. Él creía estar enamorado de Altagracia, creía amarla, con locura, una locura abismal que había cruzado la barrera de la obsesión. 

A la mañana siguiente, Altagracia sale a la oficina más temprano de lo usual. Ya no aguantaba las ganas de estar a solas con José Luis, aunque fuera un momento.
Apenas llega a la constructora, y antes de pasar a su oficina, se dirige a la de José Luis.

-Buenos días guapo- le dice entrando en la oficina.

-¡Wow!- se acerca a ella y la abraza de la cintura- Eres la mejor manera de comenzar el día- la besa dejándole ver cuánto la extrañaba.- Te viniste muy temprano Altagracia.

-Es que quería verte a solas, sin...tu sabes- le acaricia el lóbulo de la oreja.

-Ah me extrañabas- ríe.

-Mmm...solo un poco- ríe.

-Dime la verdad...estás loca por mí- sonríe.

-Ya quisieras- se aleja de él con una risa irónica.

-No lo sigas ocultando mujer- la toma por la espalda y la apega a él- Tú estás tan loca por mi como yo lo estoy por ti.

-Está bien, está bien- se gira y le sonríe- Yo te quiero, y mucho, pero no te aproveches de eso- pasa su dedo índice por el labio inferior de José Luis.

-Yo lo que más quiero es aprovecharme de ti- la besa suavemente- aprovecharme de tu boca todos los días de mi vida- la vuelve a besar- y de cada parte de tu cuerpo- la comienza a encaminar a besos hasta el sofá de su oficina.

-José Luis…- recibe un nuevo beso de su hombre- no creo que sea buena idea aquí…

-Yo tengo muy buenas ideas para nosotros Altagracia- caen ambos al sofá y comienzan a reír- Te amo Altagracia, te amo más de lo que crees.

Caricias iban y venían, sus besos estaban llenos de amor, de dulzura. Cada encuentro que tenían parecía ser más profundo, con más entrega. Esta vez no habían planes de tener sexo en la oficina, solo necesitaban aprovechar ese tiempo juntos, acariciarse, darse amor. José Luis cada día la sentía más suya, más frágil en sus brazos, y eso le gustaba mucho. Habían días en los que creía que no podía amarla más, pero la miraba a sus profundos ojos verdes y sentía que perdía la cordura por completo. Cada día anhelaba más su compañía, sus caricias, sus besos, su aroma.

Luego de un rato escuchan la voz de Rinaldi afuera de la oficina de José Luis. Se miran y Altagracia inmediatamente se comienza a desesperar. De alguna manera había comenzado a sentir mucho miedo cuando él estaba cerca.

-Altagracia, tranquila, tengo la oficina con seguro- le dice intentando que se calme.

-José Luis nos va a encontrar- intenta ponerse de pie.

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