Capítulo 15: Sorpresas inesperadas

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-¿Tú? ¿Qué haces aquí?- le pregunta bastante sorprendida.

-Altagracia, amore mio- se pone de pie y besa sus labios con delicadeza.

-¿Hace cuánto estás aquí?

-Llegué hace un par de horas, pero no quise entrar sin tu permiso.

-Ven, entra- dice abriendo la puerta- pero no entiendo, ¿qué haces aquí? ¿y cómo supiste donde vivía?

-Amore mio, io siempre tengo la informazione de la gente que me rodea, y vine porque quedé preocupado, no quería que te enojaras con me…

-Pero para eso pudiste haber llamado, no era necesario viajar tantas horas…

-Quería verte Altagracia- la toma de la cintura y la acerca a él- necesitaba tus besos- acerca sus labios a los de ella.

-Bueno...ya me viste- le dice algo incómoda.

-Pero io quiero más…Te quiero a ti.

Amatore junta sus labios con los de Altagracia y la besa. Ella se deja llevar por unos segundos, pero luego el recuerdo de José Luis la hace reaccionar y lo aleja.

-Bueno debes de estar cansado, hay una habitación para invitados…

-¿Invitados?- la detiene- ¿No me permitirás dormir contigo?

-Ay Rinaldi- lanza una carcajada irónica- Yo te dije, no duermo con ningún hombre, tú dormirás en el otro cuarto, y si no te gusta te puedes ir a un hotel.

-Va bene, va bene, no insistiré.

Altagracia lo lleva hasta el cuarto de huéspedes y se va rápidamente a su habitación cerrando con llave. Si bien es cierto, ella ya había estado con el seductor italiano y no le era indiferente, no volvería a repetirse. Ahora estaba con José Luis y lo respetaba, lo amaba y no podía negárselo. El problema ahora sería cómo contárselo a su hombre, sabía muy bien que él se molestaría con la noticia, y no era para menos, ella misma se había encargado de sembrar los celos en él con Amatore.. 

-Matamoros, necesito que pongas a unos hombres afuera de mi habitación por esta noche- le dice por teléfono.

-Claro Doña- le hace señas a los hombres para que vayan a cuidarla- ¿Está usted bien?

-Si Matamoros, es que llegó alguien de visita y no confío en que vaya a respetar la distancia entre las habitaciones…

-Esta bien Doña, pero cualquier cosa que suceda me informa de inmediato.

-Si mi Matamoros, ahora ve a descansar con tu mujer, no te preocupes.

-Bueno Doña, descanse.

A la mañana siguiente Altagracia se prepara rápidamente para salir a la constructora, pero cuando sale de su habitación, Amatore estaba esperándola en la sala, listo para salir con ella.

-Buongiorno Altagracia- se acerca a ella y la besa.

-¿Y tú adónde vas?- le pregunta algo desconcertada.

-Io voy contigo a la empresa, quiero ver a mi amico José Luis.

-No creo que sea buena idea aún- le dice preocupada.

-Sii, andiamo, ya es tarde- expresa con entusiasmo.

Cuando la Doña llega a la empresa con el italiano, se dirigen al elevador y al salir de éste, Amatore la toma por la cintura. De pronto la puerta de la oficina de Navarrete se abre y sale el empresario de su oficina viendo de inmediato a Rinaldi y a su mujer, no gustándole nada cómo él se apoderaba de su cintura.

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