12

127 30 19
                                    

Muy bien, hoy tengo una muy importante misión que cumplir y debo de hacerlo sola... bueno, con el coronel bigotes, supremo señor de lo esponjoso, a mi lado.

Al despertar encontré un conejo de peluche a mi lado y lo nombre coronel bigotes, gobernante y destructor de reinos.
Seguro me lo dejó Nina.

En fín... con sigilo ninja me movía entre arbustos y árboles para no ser detectada por los enemigos.

Mi vida depende de esto y un error podría significar mi fín.

Miré a un costado y vi como una sirvienta con anteojos me sonreía algo nerviosa antes de continuar su camino.

¡No tan rápido, ahora eres mi secuaz!

La agarré del brazo y la hice retroceder un poco, poniéndose ella de cuclillas.

-S-señorita Luz, ¿qué sucede?
D-debo llevarle sus bebidas a los caballeros, seguro están cansados luego de entrenar tanto, hasta se quitaron la parte superior de su ropa de tanto calor que tienen.

¡Y sí que están calien... digo, y sí que hace calor, mucho calor.

Tras pensar en un brillante plan me paré firme e intercambie las bebidas de la criada por el coronel bigotes, soberano del bajo mundo y le mostré una gran sonrisa.

Ella pareció entender que quería y se puso de pie, casi perdiendo sus anteojos.

-N-no puedo permitir éso, el señor d-del castillo se enfadara sí lo descubre.

¡Pff! Por favor, yo soy el y la señora del castillo al mismo tiempo y no podría enojarme con una criada que parece tan inocente y adorable.

Ignorandola, me dirigí donde los caballeros, viendo a dos practicando con sus espadas mientras el sudor bajaba por sus torsos descubierto.

Sip, ésos dos aprueban para ser caballeros.

-S-¡señorita Luz, espere!

La sirvienta me llamó y los caballeros miraron a mi dirección antes de acercarse a mí y rodearme.

Una pequeña pero peligrosa chica como yo rodeada por al menos veinte caballeros sin nada de la cintura para arriba.

¡Aleluya!

-¿Usted es la señorita Luz?
Joaquín no exagero para nada cuando dijo que es una chica muy bonita.

Dijo uno de los caballeros, el mas grande en tamaño de todo y yo sentí mi rostro muy caliente.

¿Quién diría que hasta ogros como Joaquín admiten que soy linda?

Mi bendición, mi maldición.

-¿Por qué nos trae las bebidas, joven señorita?

Otro de los caballeros me habló y voltee un poco para ver a un hombre bastante atractivo.

-P-¡por favor, no volverá a suceder! ¡No le digan al señor!

La chica de anteojos llegó a mi lado e hizo una reverencia mientras abrazaba al coronel bigotes, rey de los peluches, viéndose adorable... no tanto como yo, claro está.

-No te preocupes Anne, Joaquín ya había planeado que ella venga.

Todas las miradas enojadas de los caballeros y la confundida mía se dirigieron a un caballero rubio que ahora sonreía nervioso por meter la pata.

Por lo que entiendo, ésa rata de dos patas que atiende al nombre de Joaquín tenía planeado que yo vaya a ver a los caballeros mientras entrenan, lo que significa que cuando me dijo que estaba entrenando era parte de su plan para deshacerse de mi al saber que los querría ver...

Nuevamente sentí mi rostro arder pero del enojó al descubrir que fui perfectamente manipulada por un sirviente y le di la charola con bebidas a uno de los caballeros antes de ir a la oficina de ésa mala imitación de dueño del castillo para ponerlo en su lugar.

¡A mi nadie me manipula!

Mientras Luz se iban los caballeros venían con seriedad a su compañero que seguía sonriendo nervioso.

Y todo por querer hacer que Anne se calme.
.

.
Iba llegando a la futura ex oficina de Joaquín mientras oía a alguien gritar como loco pero lo ignore, mi objetivo era sólo ver sangre, su sangre.

Abrí las puertas de un empujón y vi a Joaquín sentado en la silla junto a su escritorio mientras un tipo rubio de ojos azules le dejaba de gritar para voltear a verme y un tipo de cabello negro y ojos rojos estaba leyendo un libro, recostado en la pared detrás de Joaquín.

¡Los dos patanes de la otra vez!

-¿Qué quieres niña? No te llamamos así que largo.

Me dijo el tipo rubio con despreció y sentí como un nervio en mi frente pálpito.

¿Ése tipo me acaba de dar una orden como sí fuese una sirvienta?

Primero intimida a Nina y ahora esto.
No digan que no soy piadosa porque la verdad ya vivió mucho tiempo sin recibir un castigo.

De manera intimidante me acerqué a la rubiecita mientras Joaquín se ponía de pie y me decía algo que ignore totalmente.

El siguiente será el de ojos raros, por último, Joaquín, pero primero, es éste.

-¿Qué pasa enana?
¿Tienes sucias las orejas que no me oyes?

Ése tipo apoyo su mano sobre mi cabeza mientras me veía con enojó y yo le sonreí dulcemente.

Espero que ya tenga hijos o ya no podrá tener descendencia.

Con fuerza, con toda mis fuerzas levanté mi pierna derecha mientras Joaquín se cubría los ojos con una mano, el de ojos raros apartaba la mirada y cerraba sus ojos mientras cerraba su libro y el rubio abría sus ojos al máximo mientras se le ponían algo rojo y parecía dejar de respirar.

Soy una damisela frágil y delicada que no lastimaria ni a una mosca pero que le gusta ayudar en la cocina y le encanta partir los huevos por gustarle el ruidito que hace al quebrarse.

Continuará...
.
.
.
.
.

.
.

.
.
.
.
.
¡Hola!

Pobre... Luz se olvidó del coronel bigotes.

Espero que les haya gustado el capítulo.

Gracias por su tiempo.

Volveré...

La luz del castilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora